"Ahimsa" es una palabra sánscrita compuesta de "himsa" que significa daño o herida y "a", prefijo privativo como "in" en castellano. Suele traducirse como no violencia y es una virtud para el jainismo, doctrina fundamental de Oriente, que remonta en la India a 10.000 años.
También es el primero de los cinco preceptos del budismo, cuya oración diaria pide "que todos los seres en todos los lugares sean felices y libres; que los pensamientos, palabras y acciones de mi vida contribuyan de alguna forma a esa felicidad y libertad para todos" porque todos, no solo los humanos, tienen la chispa de la divinidad.
Lastimar a otro ser implica en consecuencia lastimarse a uno mismo. Este podría ser el sentido de mandatos cristianos -quizá de origen estoico- que parecen ingenuos o ridículos a la mentalidad corriente, como no resistir al mal o poner la otra mejilla ante una agresión.
El ahimsa tuvo expositores tan notables como Mahavira, renovador del jainismo en tiempos de Buda y el Buda Sakyamuni mismo. Pero su conocimiento actual en occidente deriva del uso que hizo de la no violencia el Mahatma Mohandas Gandhi en la lucha por liberar la India del dominio imperial ingles.
El precepto de "no causar daño" incluye las acciones, las palabras y los pensamientos. La frase del evangelio de Mateo "cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón", que suele suscitar una sonrisa pícara en los cristianos y en los ateos y agnósticos, expresa la continuidad entre los hechos, las palabras y los pensamientos, que para nosotros están separados y son diferentes.
Gandhi entendía que ninguna doctrina en el mundo ha explicado el principio de ahimsa tan profunda y sistemáticamente como el jainismo.
Su prédica de no violencia o de resistencia pacífica impresionó la opinión pública y tuvo una importancia decisiva por su impacto en Inglaterra, que perdió una colonia que era "la joya de la corona" porque consolidó el imperio.
Gandhi destacó el ahimsa como una fuerza creativa, enderezada a la verdad. Su recomendación de no usar la violencia contra sus dominadores causó extrañeza en Occidente. Pero a diferencia de lo que parece, la no violencia es un método de lucha para gente muy dura, tanto como los occidentales modernos no solo no pueden serlo por lo general, sino que incluso no entienden que alguien pueda serlo
Se funda en el karma, que sostiene que no hay acción sin reacción, que todo acto, consciente o no, tiene consecuencias que tarde o temprano recaen sobre el actor. No se debe confundir con una cuestión ética.
En una entrevista para la prensa suiza antes del inicio de la segunda guerra mundial, consultado sobre si un país pacífico debía o no permitir el paso por su territorio de un ejército que se dirigía a invadir a un vecino (La Alemania nazi a Checoslovaquia), dijo: " A riesgo de ser considerado un visionario o un loco, debo responder a esta pregunta de la única manera que se: Si yo hubiera sido un ciudadano suizo o un presidente del Estado Federal, no hubiera permitido el paso de un ejército invasor negándole todos los suministros. En segundo lugar, en una versión suiza de las Termópilas, hubieran podido ustedes ofrecer una muralla viviente de hombres, mujeres y niños e invitar a los invasores a marchar sobre cadáveres. Se podrá decir que tal cosa excede la experiencia y la capacidad de aguante humanas. Sostengo que no es así, que es perfectamente posible ( y dio ejemplos hindúes) Agregó que si el ejército fuera lo suficientemente brutal para marchar sobre la muralla humana, entonces los que le negaron el avance se habrían limitado a cumplir su deber (su "dharma" o ley propia que brota de la naturaleza de cada uno, no es un concepto legal ni moral).
"Puede usted negarse a admitir tal valor en masas de hombres y mujeres, pero entonces debería admitir que la no violencia está hecha de un paño más duro. Nunca fue concebida como un arma de los débiles, sino de los corazones más recios". No se trata de un método pacífico, sino de un método eficaz porque ancla en la naturaleza de las cosas, no como se ve sino como es en esencia.
De la Redacción de AIM.
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