Asientos totalmente recostados… ¿en clase turista? Es posible, dice Air New Zealand, que anunció el martes un nuevo concepto de cabina económica que se pondrá a prueba en vuelos entre Nueva York y Auckland a partir de este octubre. La nueva ruta es la primera sin escalas entre las dos ciudades, por lo que dura entre 16 y 18 horas.[{adj:72165 alignright}]
Economy Skynest, el último prototipo que surgió del centro de innovación Hangar 22 de la aerolínea, se basa en el éxito de la aerolínea con Economy Skycouch, el cual permite a las familias transformar una fila de tres asientos económicos en una sola cama de tamaño completo.
Si Skycouch es como un futón, Skynest es un pequeño hotel encapsulado, con dos juegos de literas paralelas apiladas en tres alturas. Cada colchón tendrá aproximadamente 2 metros de largo y 58 centímetros de ancho, provisto de una cortina de privacidad, una almohada de tamaño completo, una manta, sábanas y tapones para los oídos.
La posición exacta de Skynest dentro de la cabina aún no se ha decidido, al igual que la fecha exacta de su primer vuelo. Sus especificaciones también están sujetas a cambios. Sin embargo, según una declaración de la gerente general de experiencia del cliente de la aerolínea, Nikki Goodman, “un cliente de clase económica en vuelos de larga distancia podría reservar Economy Skynest además de su asiento económico, descansar un poco y llegar a su destino listo para salir”.
El precio y la logística son igualmente inciertos, así como si los invitados pueden reservar la cápsula para un vuelo completo o solo segmentos. Un portavoz dijo que es más probable que se reserve para sesiones de un solo uso de una duración aún por determinar. Eso haría que el producto fuera accesible para más pasajeros por carga de avión y reduciría el umbral de precio, aunque plantearía preguntas sobre la limpieza entre usos. “Todavía hay trabajo por hacer en el desarrollo del diseño y el equipo está revisando la viabilidad comercial de tener el producto a bordo”, explicó el portavoz por correo electrónico.
La barra para la innovación en clase de ganado no está particularmente alta. En 2018, Airbus lanzó versiones que mostraban literas en la bodega de carga; este enero, una competencia llamada Premios Crystal Cabin recibió presentaciones que permitían que los asientos económicos quedaran de frente (como en un tren) o que se instalaran alrededor de una mesa común (como en una cafetería). Estas propuestas provienen de un grupo de diseño con sede en Hamburgo y de la Universidad de Cincinnati, no de aerolíneas. Quizás la mayor innovación para la parte posterior del avión en los últimos tiempos fue la incorporación de cócteles, toallas calientes y mejor comida de Delta a su oferta económica internacional. Eso apenas se compara con una cama plana.
Entonces, ¿por qué centrarse en el cliente que paga menos?
“Nuestra capacidad para tomar una buena idea, ejecutarla y ofrecer una innovación que funcione en nuestro entorno, nuestro mercado y para nuestra gente y nuestros clientes nos da una ventaja”, asegura Kerry Reeves, jefe de programas de aerolíneas de Air New Zealand.
Pero igual de importante, ofrece un producto patentable y de marca registrada que puede licenciarse a otras flotas de todo el mundo. Skycouch, por ejemplo, ha sido licenciado a China Airlines y a la aerolínea brasileña Azul.