El impacto de las últimas medidas económicas castiga a los ahorristas y no tanto al sector productivo, que tiene un problema mayor con la pandemia, sostuvo en diálogo con AIM el docente e investigador de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos, Claudio Coronel. En un contexto de emergencia, agravado por la pandemia global, observa que las restricciones al acceso a los dólares en el mercado local se presentan en tanto como un “parche” para evitar el drenaje de divisas en un corto plazo.
“Las medidas se dan en un contexto local en el cual el drenaje de dólares no se ha detenido, lo que implica un impacto serio en el mediano plazo sobre las reservas. Cabe recordar que la Argentina tiene un problema serio de tipo estructural, es decir, enquistado en su economía y de no sencilla resolución, con relación al sector externo”, sostuvo el economista Claudio Coronel ante esta Agencia, analizando el contexto en el que se dieron las últimas medidas económicas del gobierno nacional.
“Argentina es un país con cierta capacidad industrial, pero que no ha logrado una capacidad exportadora de ese sector capaz de autofinanciar su crecimiento, esto es, que los dólares que demandan por la propia dinámica de crecimiento (insumos, maquinarias, etc.) se expánde muy rápidamente, pero no logra compensar eso con exportaciones. El campo genera divisas, pero no tiene un impacto tan fuerte sobre la generación de empleo como sí la industria, por lo que su mucho crecimiento no implica grades mejores en el bienestar de la economía en su conjunto. A esto hay que sumarle la larga historia inflacionaria y de devaluaciones (que muchas veces van de la mano y se retroalimentan) que tiene la Argentina. Así, la gente razona que lo único que protege sus ahorros es comprar divisas; las que, como vimos recién, se necesitan para el crecimiento económico y que no son fáciles de conseguir”, planteó.
Herencia especulativa
A esta situación histórica, entiende Coronel, “que viene de antes” se le ha sumado en lo reciente “que el gobierno de Cambiemos no solucionó en lo absoluto, porque la demanda de dólares por parte de privados y de empresas no se detuvo, se financió con endeudamiento y con el ingreso de capitales especulativos que terminaron en lo que ya conocemos del 2018 hasta acá (lo que incluye el límite a los 200 dólares que ellos implementaron), hay que sumarle el contexto externo que no ayuda demasiado. Si bien Argentina es un país que exporta básicamente alimentos y, de algún modo, no es lo que más cae en cuanto a la demanda internacional en estos momentos, la caída en el crecimiento mundial producto de la pandemia de igual modo afecta, por lo que en un contexto de tal incertidumbre donde las exportaciones no crecen como sería necesario, hay que buscar alguna medida que proteja las reservas, de lo contrario hay que dejar que se devalúe aún más la moneda, con las consecuencias terribles que trae y que ya conocemos”.
Impacto
Desde otra perspectiva, dijo el docente universitario, “de algún modo estas medidas se podrían entender como un parche, con el mero objetivo de evitar que se vayan más dólares en el corto plazo, sin embargo, las presiones sobre el tipo de cambio no necesariamente se van a frenar, ya que es muy probable que impacten sobre el precio de las cotizaciones paralelas. Tenemos que entender es que sigue en la mente de quienes ahorran en dólares que el peso no es un refugio seguro. Muchas veces para compensar ese riesgo (el peso no seguro que decíamos) una de las alternativas es subir la tasa de interés (sería como compensar ese riego con más rendimiento), sin embargo, no siempre impacta como es esperado (lo vimos en el 2018 y 2019) y termina por afectar a la actividad económica y, vale recordar, es algo que por la pandemia está ya bastante castigado y atenta contra las expectativas que tiene el gobierno de una recuperación a fin de año y alguna remontada tibia el que viene”, planteó.
Coronel evaluó además que un contexto de emergencia como en el que estamos “no resulta saludable en términos del castigo” que es para “los pequeños ahorristas, en el sentido que se reducen sus alternativas de ahorro al elevarle el precio del dólar al que pueden acceder. Lo del cupo con la tarjeta de crédito sí es una buena medida, pero encarecer el pago de servicios como las plataformas de streaming con ese 35 por ciento, siendo que es una oferta que no se produce en el país, afecta aquellos que quizás no demandan dólares, no pagan impuestos a las ganancias porque no les da el nivel de ingresos y no son el verdadero problema (convengamos que la devolución puede ser engorrosa). En principio, esta medida no debería tener impacto sobre los precios, excepto que implique una mayor expectativa de devaluación y por ello se ajusten precios ‘por las dudas’; pero, recordemos, la inflación tampoco está controlada”, observó.
Por último, en cuanto a los sectores productivos, sostuvo que “si bien esto sienta una preocupación más hacia la incertidumbre en la que nos encontramos, tienen mayores problemas con la pandemia”.