Zhang Wenhong, quien dirige el equipo de expertos en Covid-19 de Shanghai y supervisa el departamento de enfermedades infecciosas en uno de los principales hospitales de la ciudad china, consideró que una segunda ola de contagios de coronavirus podría afectar a China y a otros países en noviembre de este año.
El cálculo se basa en que la reducción sustancial de casos en el país está llevando a los gobiernos regionales de toda China a hacer que la gente vuelva a salir a las calles para trabajar. En consecuencia, el experto estimó que, si bien los países podrían controlar adecuadamente la pandemia durante el otoño, el próximo invierno boreal puede traer una “segunda ola” de infecciones en China.
No obstante, Zhang afirmó que la experiencia de China en el control de la pandemia demuestra que cualquier resurgimiento de infecciones a fines de 2020 será manejable, y no requerirá una repetición de las medidas de aislamiento ordenadas para frenar la propagación del virus.
“China no pondrá en marcha ningún cierre, y los casos importados seguirán constituyendo el grueso del brote”, dijo Zhang. Según los informes del régimen chino, las personas infectadas que viajan a China constituyen la gran mayoría de los nuevos casos confirmados en las últimas semanas. Ello llevó, por ejemplo, a que las autoridades cierren la frontera terrestre con Rusia.
“Durante mucho tiempo, la prevención y el control de las epidemias pasarán por períodos de relajación y endurecimiento. Será posible vivir y trabajar normalmente, pero probablemente no será posible erradicar completamente los brotes”, advirtió Zhang. Esto significa que los países deben seguir luchando juntos contra la pandemia incluso después de que los brotes iniciales hayan alcanzado su punto máximo, dijo Zhang, y añadió: “Sólo cuando todas las naciones hayan controlado adecuadamente la enfermedad podremos volver a vivir bien”.
Zhang estimó que Estados Unidos pondrá su brote bajo control en mayo. E indicó que los testeos constantes y el rastreo de contagios, combinados con la hospitalización inmediata de los casos confirmados, son la fórmula para un control efectivo de la epidemia.
China ha comenzado los ensayos clínicos en humanos de dos posibles vacunas contra el coronavirus Sars-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, informó este martes la prensa local.
Se trata de dos vacunas inactivadas, es decir, consistentes en microorganismos que se han matado a través de procesos físicos o químicos.
La primera de las candidatas, que obtuvo la licencia para proceder a ensayos clínicos el pasado domingo, ha sido desarrollada por el Instituto de Virología de Wuhan (la ciudad centro-oriental china donde se detectaron los primeros casos de la enfermedad) de manera conjunta con la sucursal en esa misma urbe de la empresa Sinopharm.
La segunda es el resultado del trabajo conjunto de varias empresas, con Sinovac Research & Development a la cabeza. Esta empresa es una subsidiaria de Sinovac Biotech, que trabajó también en una vacuna contra el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (Sars, en su acrónimo inglés) en 2003.
Según la publicación económica especializada Caixin, el proyecto de Sinopharm -que cuenta con el apoyo económico del Ministerio de Ciencia y Tecnología de China- probará la vacuna en 1.396 voluntarios reclutados en la provincia de Henan (en el centro-este del país asiático) en sus dos primeras fases, que se prevé duren hasta el 10 de noviembre de 2021.
A mediados de marzo, las autoridades chinas aprobaron el comienzo de los ensayos clínicos de otra vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Academia Militar de Ciencias.
Hasta la fecha, al menos 3.341 personas han muerto en China a consecuencia de la Covid-19 entre los 82.249 diagnosticados. De ellos, 77.738 pacientes han sido dados de alta tras haber superado con éxito la enfermedad.