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Crece la escalada de violencia armada en la franja de Gaza

Israel se prepara para la guerra tras sufrir la mayor salva de misiles que se recuerda en el centro de su territorio, con el resultado de un muerto y nueve heridos. Hamas y otras facciones armadas palestinas han lanzado 130 cohetes contra el área de Tel Aviv, a las nueve en punto, como represalia por el hundimiento de uno de los mayores edificios residenciales de Gaza, minutos antes. Un autobús en la ciudad de Jolón ha estallado tras ser alcanzado de lleno, hiriendo a tres pasajeros.

Otros proyectiles habrían burlado la Cúpula de Hierro israelí, explotando en el acaudalado barrio de Herzliye, al norte de Tel Aviv y otros puntos.

Hamás había amenazado con golpear Tel Aviv, si Israel se atrevía a atacar el edificio Hanide, de 13 plantas, en la Ciudad de Gaza. Este fue bombardeado y reducido a escombros en pocos segundos por aviones de combate, aunque Israel había hecho llegar antes el mensaje de que debía ser desalojado. Otro gran edificio de Gaza ha recibido la misma amenaza israelí.

Día preñado de amenazas cumplidas, que asegura que la escalada bélica prosiga entre Israel y las milicias palestinas de Gaza. El disparo de salida fueron los siete misiles que el brazo armado de Hamas lanzó ayer por la tarde sobre el oeste de Jerusalén, sin causar víctimas. Desde entonces, sucesivos raids aéreos israelíes sobre posiciones en Gaza de las brigadas Al Qasam, así como de la Yihad Islámica, han matado a por lo menos veintiocho palestinos, entre milicianos y civiles, diez de los cuales serían menores.

Asimismo, la lluvia persistente de proyectiles gazatíes, ahora de corto alcance, ha provocado ya dos muertes en el sur de Israel. Se trata de dos mujeres -una de ellas, india- que el servicio de ambulancias responsable de la martilleada Ascalón ha declarado como fallecidas en dos explosiones distintas.

En esa ciudad, así como en Sderot, la población se encuentra recluida en refugios, pese a lo cual se han registrado más de setenta heridos, despues de que varios proyectiles hayan impactado en casas y edificios, tras burlar el escudo israelí. Entre los edificios alcanzados en la costera Ascalón -donde las sirenas antiaéreas son constantes- está una escuela -que permanecía vacía- y el depósito de una petrolera.

En Gaza, el número de civiles heridos supera al centenar. En la misión bautizada como Guardián de las Murallas, Israel asegura haber eliminado a un responsable de balística de la proiraní Yihad Islámica, así como a otros tres comandantes milicianos, entre una quincena de operativos.

Hamas, por su parte, ha bautizado como Operación Jerusalén su campaña, responsabilizando a las fuerzas de seguridad israelíes por no abandonar el barrio jerosomilitano de Sheij Yarrah -en lucha contra los desahucios- y la Explanada de las Mezquitas, donde han causado heridas a más de setecientos manifestantes y alborotadores palestinos desde la noche del viernes.

Casi nadie esperaba el golpe de efecto de Hamas, que detuvo la provocadora Marcha de la Bandera y forzó la evacuación de la Kneset. Y que descoloca a la Autoridad Nacional Palestina, cuyo presidente, Mahmud Abas, acababa de posponer nuevamente unas elecciones que de todos modos llegaban con más de diez años de retraso.

Por su parte, el primer ministro israelí en funciones Beniamin Netanyahu -actualmente en el banquillo- tiene ante sí varios dilemas. Un aumento de la tensión prácticamente desbarata la posibilidad de ser desalojado del poder por un acuerdo transversal, que debería poner de acuerdo a extremistas judíos e islamistas.

Al mismo tiempo, una invasión terrestre de Gaza, como la operación Plomo Fundido -que en 2008-2009 provocó unos mil quinientos muertos- tendría consecuencias incalculables. Sobre todo, porque contra todo pronóstico, en estos días de Ramadán, no solo los palestinos de Cisjordania y Gaza se han solidarizado con sus hermanos de Jerusalén Oriental, sino también los palestinos que siguen viviendo dentro de las fronteras reconocidas de Israel.

Sirenas

Ascalón y Gaza fueron las ciudades que sufrieron más proyectiles durante todo el día
Estos, que representan un 21% de la población del estado de Israel, también han salido a la calle en Haifa y otras ciudades, recibiendo el mismo trato expeditivo por parte de la policía. Anoche, uno de ellos murió en un altercado con dos judíos.

En cualquier caso, el dilema de Beniamin Netanyahu parece que se desvanece. Después de que su ministro de Defensa en funciones y sin embargo teórico adversario, Benny Gantz, llamara a incorporarse a filas a 5.000 reservistas, el propio Netanyahu acaba de declarar que los ataques a objetivos en Gaza -ya van más de 140- van a aumentar en número, frecuencia e intensidad.

El fantasma de una tercera intifada aún no se ha materializado, pero no en vano, la segunda empezó con un calculado paseo del entonces líder del Likud en la oposición, Ariel Sharon, por el Monte del Templo. Es decir, por la Explanada de las Mezquitas.

Los políticos y votantes israelíes, además, acaban de descubrir que ignorar el conflicto palestino en sus campañas no lo hace desaparecer. Tras cuatro elecciones en dos años, la política israelí sigue empantanada y los palestinos siguen allí. Mientras el mundo árabe y musulmán -con el que esperaba hacer las paces - vuelve a prestar atención, con la diplomacia turca como sala de máquinas.

Medio Oriente

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