Desde que hace casi una semana se confirmó su victoria, Andrés Manuel López Obrador ha recibido el aplauso de los líderes del mundo, incluido Donald Trump, los candidatos derrotados, sindicalistas, intelectuales y hasta los empresarios.
Al reconocimiento colectivo se han sumado Carlos Slim y la patronal, enfrentados con él durante su campaña, así como sus archienemigos los expresidentes Carlos Salinas, Vicente Fox o Felipe Calderón.
Pero en este coro hay una voz que repudia su victoria; la del Ejército Zapatista de Liberación Nacional . El viejo enfrentamiento entre el líder de la izquierda y el movimiento indígena de Chiapas no ha cicatrizado.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (Ezln) advirtió que López Obrador será una decepción más. “Podrán cambiar de capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo”, dijeron en un comunicado difundido el viernes.
Con el título "Píntale caracolitos a los malos gobiernos pasados, presentes y futuros", el Ezln compara la elección ganada por López Obrador con un partido de fútbol: “El dueño del balón no pierde, no importa qué equipo gane. La gran final tan esperada y temida concluyó y el equipo vencedor recibe, con falsa modestia, los clamores de los espectadores. ¿Cuántas veces ha escuchado usted eso? Muchas, ¿vale la pena contarlas? Las derrotas reiteradas”, señala el comunicado firmado por los subcomandantes Galeano (antes Marcos) y Moisés.
Desde la apabullante victoria de Obrador, el país se ha sumergido en una ola de entusiasmo que revierte la depresión reinante desde la victoria de Trump, algo que hasta los zapatistas reconocen. “Al menos la ilusión actual alivia esa historia de fracasos a la que luego se sumará la desilusión prevista”. Sin embargo, la reacción del movimiento indígena que conquistó al mundo con sus pasamontañas y escopetas de madera durante el levantamiento de 1994, ha sido la nota única discordante en un coro que aplaude la llegada de la izquierda al poder.