En las dunas del desierto del Sáhara viven unas hormigas que están consideradas las más rápidas del mundo. Un grupo de investigadores han cronometrado y medido la velocidad a la que se mueven estos insectos y los resultados son sorprendentes.
Algunas de las imágenes que han analizado estos investigadores muestran a hormigas desplazándose a un metro por segundo. Esto significa que si un gato doméstico corriese a esa velocidad, alcanzaría los 190 kilómetros por hora.
Cuanto más rápido corren estas hormigas, más se elevan en el aire, y llegan a levantar sus seis patas a la vez. En el momento de alcanzar la velocidad máxima, estos insectos viajan 108 veces la longitud de su cuerpo por segundo. “Vuelan por el aire sin casi pisar el suelo”, comenta Sarah Pfeffer, quien estudia comportamiento animal en la Universidad de Ulm en Alemania.
Para estas hormigas, conocidas como Cataglyphis bombycina, el mediodía es el mejor momento para escarbar. Cuando el desierto está más caliente, emergen de sus nidos y van en busca, que a menudo son cadáveres de criaturas menos afortunadas que han sucumbido a las altas temperaturas. Para sobrevivir, estos insectos tienen una especie de pelos plateados que les protegen de los rayos del sol. Pero pese a este mecanismo de defensa, les cuesta soportar las altas temperaturas, por lo que tienen que desplazarse a gran velocidad para encontrar comida y regresar a sus nidos.
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