En "Patas arriba" el escritor uruguayo Eduardo Galeano, invita a los presidentes de Nuestra América a unirse en defensa de sus países como han sabido unirse sus pueblos, pero no ellos.
Las organizaciones populares que menciona como "una peligrosa especie en expansión" son los sin tierra y los sin techo, los sin trabajo, "los sin". Enumera: los movimientos que agrupan a vecinos de los barrios: los frentes ciudadanos que pelean por precios justos y productos osanos; los que luchan contra la discriminación racial y sexual, contra el machismo y la explotación de los niños; los ecologistas; los pacifistas; los promotores de salud y los educadores populares; los que desencadenan la creación colectiva y los que rescatan la memoria colectiva; las cooperativas que practican la agricultura orgánica; las radios y las televisiones comunitarias y otras voces que no son ruedas auxiliares de los partidos políticos ni capillas sometidas a ningún Vaticano.
Aclara que salvo los zapatistas de Chiapas y los sin tierra del Brasil, rara vez estos movimientos ocupan el primer plano de la atención pública, y no porque no lo merezcan.
El Barzón
Entre los que no han tenido difusión está el Barzón de México, una organización de deudores que se han unido para defenderse de la usura de los bancos.
El Barzón nació el 13 de octubre de 1994, hace más de 20 años, para defender el patrimonio de las familias y rescatar unidades de producción amenazadas por los banqueros. Estaba formada al principio por campesinos, pero rápidamente el ejemplo se contagió a la ciudad y a otras víctimas de la usura bancaria, de aquella codicia que se defendía en la Edad Media como "el vicio de los comerciantes" que comenzó a superar a sus virtudes cuando a medida que los comerciantes se iban arrimando al poder, de manera similar a como los políticos se "moderan" y se vuelven prágmáticos y "realistas" a medida que creen arrimarse a un éxito electoral. Los miembros del Barzón tenían una consigna sencilla: “Debo, no niego, pero pago lo justo.
De a poco consiguieron liquidar las deudas que los agobiaban con presiones multitudinarias sobre los bancos y entonces se propusieron reactivar la actividad productiva que la usura de la banca y las pésimas políticas habituales en los gobiernos habían dejado al borde de la desaparición.
El Barzón se propuso entonces aprender nuevas cosas, aplicar nuevas tecnologías, participar del desarrollo económico y social del país. “Ayer defendimos nuestro patrimonio, hoy luchamos por la reactivación económica del campo mexicano” era la consigna siguiente de los barzonistas.
Lo que empezó como un movimiento campesino, como la revolución mexicana casi un siglo antes, reunió a amas de casa, profesionales, jóvenes, representantes de pueblos indígenas, y desbordó las fronteras de México para constituirse en Barzón latinoamericano a fines del siglo.
Desde entonces, la actividad barzonista genera propuestas, critica las políticas demagógicas y populistas y sobre todo combate los abusos de los poderes económicos.
Nuestros gobernantes, siempre a la zaga del pueblo, casi siempre en contra de sus intereses y aspiraciones, están atentos al poder a que pueden ofrecerse, en su momento el imperio británico, luego el norteamericano, ahora las inversiones chinas.
Llegan como republicanos con loas al voto y terminan añorando el poder eterno y pensando en lo bien que disimularía una corona real el vacío de sus cráneos, que ya se ve detrás del parloteo incesante.
Entre sus logros, el Barzón mexicano anota con orgullo la incomodidad que causan a los que se hacen ricos a través de la injusticias, su oposición firme a los que buscan el exterminio de los campesinos, a la connivencia entre jueces y bancos contra los deudores, a los enormes robos que han perpetrado los bancos como el "corralito" y el blindaje argentinos y las reiteradas "burbujas" que afectan a buena parte del mundo "globalizado" y a los disimulados "salvatajes" de grandes empresas que han hecho los gobiernos.
En México participaron de la cabalgata por la dignificación del campo entre Ciudad Juárez y el Distrito Federal, que duró 55 días en 1999. Integraron una caravana de tractores dentro de la campaña "sin maíz no hay país", cuando Monsanto patentó las semillas que eran patrimonio ancestral de los mexicanos, desde miles de años antes. Esas caravanas de tractores fueron similares a las que se dieron luego en la Argentina en protesta contra la resolución 125 del gobierno kirchnerista, que con un propósito puramente fiscalista disfrazado de justicia distributiva pretendía cobrar retenciones sobre las exportaciones de soja de hasta el 90%.
Los barzonistas han estado en primera fila cuando se trató de rescatar la soberanía alimentaria, amenazada en todo el mundo y ahora en la Argentina por un decreto de necesidad y urgencia, innecesario y tan poco urgente que viene a sustituir una ley que no sale porque no tiene consenso en las cámaras desde hace dos años. Esa norma permitiría a Monsanto establecer un monopolio de hecho sobre las semillas y rompería la tradición de retener semillas para sembrar en la cosecha siguiente. Todos se convertirían en clientes forzosos de la multinacional que patentó las semillas, que impondría las condiciones a su antojo.
El Barzón participa de la lucha contra la violencia de género, en la creación de reseva estratégica de alimentos, en la lucha contra los transgénicos y en la investigación sobre estos temas.
También tomaron parte de la lucha de organizaciones de consumidores y de defensores de la tierra contra el cambio climático.
Los objetivos del Barzón, declarados por sus miembros en un documento liminar, son:
Promover la organización de los productores agropecuarios, comerciantes, industriales, prestadores de servicios y usuarios de servicios financieros, para la defensa conjunta de sus intereses y el mejoramiento de sus niveles de vida.
Promover, impulsar y fundar, en coordinación con las instituciones técnicas y financieras de orientación idónea, las diversas figuras asociativas de ahorro y crédito, de consumo y cooperativas, de promoción y de producción y servicios, así como realizar las demás actividades de fomento económico y de solidaridad social que resulten necesarias.
Promover el aprovechamiento y la rentabilidad del campo mexicano a través del fomento, la capitalización y el desarrollo de las actividades agropecuarias.
Mantener la independencia económica, política y orgánica de la organización respecto de cualquier partido y organización política, autoridad gubernamental o confesión religiosa, sin perjuicio de la creencia o militancia individual de los asociados.
Demandar apoyo y estímulos para la modernización del comercio y de la industria, la generación de empleos y el mejoramiento de las condiciones para el consumo, así como el establecimiento de verdaderas bases de equidad en la producción y el intercambio comercial con otros países. Desarrollar los canales adecuados de comercialización entre asociaciones afines.
Apoyar, asesorar y, en su caso procurar la asistencia jurídica, contable fiscal y en general de naturaleza técnica y profesional que resulte necesaria, para la defensa y el mejoramiento de los intereses económicos y sociales, tanto individuales como colectivos de los asociados.
Propugnar por el mejoramiento del marco normativo legal y de las condiciones de funcionamiento de las instituciones financieras y de las dedicadas al fomento de la agricultura, de la ganadería, del comercio y de la industria y de los servicios.
Pugnar porque los procesos de desarrollo agropecuario, industrial, comercial y de servicios se promuevan de manera armónica y equilibrada con la población y su medio ambiente, además de buscar la participación de la organización en la definición, administración, impulso y fiscalización de las políticas y proyectos de desarrollo económico y social promovidos por el Estado.
* Desarrollar e implementar procesos de formación, capacitación y educación que fomenten la conciencia cívica, los conocimientos, los principios de solidaridad y convicción democrática entre los asociados.
Con la idea de constituir un poder ciudadano y popular, el Barzón pretende que hable el pueblo y se haga sujeto de la historia y no objeto de explotación y abuso de políticos y banqueros, víctimas del clientelismo o la usura, vacas lecheras siempre dispuestas al ordeño fácil.
Por este camino, el Barzón ha formado activistas sociales que defienden sus comunidades y son sus líderes naturales, un capital social de que antes no se disponía.
Sin embargo, como suele suceder cuando la gente se arrima a un movimiento que promete resolverles un problema acuciente, se retira cuando ha logrado su objetivo.
Por eso el Barzón, al menos en México donde nació, admite que ha decrecido, pero no es el mismo caso donde el movimiento es solo incipiente y todo todo el camino por recorrer, como en la Argentina.
Los barzonistas mexicanos explican su merma: "Ahora nos encontramos ante una situación real, como ya le resolvimos el problema concreto a la gente, ésta ya se ha retirado de El Barzón, aunque seguimos atendiendo problemas, pero ya no en las dimensiones multitudinarias de antaño. Hoy para nosotros la solución de los problemas de la gente se supeditan, en muchos casos, a un telefonema.
Por la fuerza social y el éxito obtenido, El Barzón se ha disminuido.
Porque hemos sido eficaces y eficientes, El Barzón se ha disminuido.
Porque no quisimos medrar ni obtener beneficios sociales ni políticos, El Barzón se ha disminuido.
Cuando algunos propusieron convertir al Barzon en un partido político, la decisión fue que nacieron para defender el patrimonio familiar de la gente, el empleo y la planta productiva nacional; no para que alguien pretenda usufructuar personalmente o para otros, nuestro movimiento.
"Somos una organización social plural, aunque cuestionamos de fondo el modelo económico, por lo tanto no debemos ser partido político. En un partido político todos piensan igual, ideológicamente hablando, en El Barzón se respeta la ideología de cada quien.
En términos de la realidad ha disminuido la presencia masiva de El Barzón, pero hay dos millones de familias beneficiadas con nuestra lucha que tienen una deuda moral con el movimiento, y que saldrán al llamado que se les haga algún día, porque saben que ese día que les llamemos, será porque hay una injusticia real, que tiene que ser frenada".
El Barzón se considera el único movimiento en el mundo que consiguió detener el despojo que perpetraban los bancos, que tuvo efectos tan desastrosos en la Argentina con el corralito seguido del corralón. Para sus miembros, hasta ahora la lucha contra el neoliberalismo se hizo en la esfera del discurso, o de pequeñas presiones sociales, y siempre se pierde.
Un llamado de la presidenta actual de El Barzón, Liliana Flores Benevídes, recuerda que sostiene su finalidad de luchar por un mundo donde todos y todas tengamos el derecho a ser felices, por lo que todos y todas pueden incorporarse libremente a su causa.