En la naturaleza existen cantidad de hierbas y remedios que son reconocidos por sus beneficios en los tratamientos del cáncer y otras enfermedades importantes, pero la medicina insiste en ignorarlas. Uno de estos remedios es el laetril, también conocido como vitamina B17.
Los suplementos de salud que contienen esta vitamina están prohibidos en gran parte del mundo. El hecho es que el hombre moderno de la civilización occidental está mucho más expuesto al cáncer que las culturas primitivas. Los Hunza son una antigua tribu del norte de Pakistan, cuyos miembros viven más de 100 años, y no conocen el cáncer.
La tribu vive en el valle del río Hunza, en el Himalaya, donde convergen los límites de Kashmir, China, India y Afganistán. Su población es pequeña, no tiene más de 30.000 habitantes, y es inusualmente sana, prácticamente no conocen las enfermedades ni la vejez.
El secreto de esta tribu es la vitamina B17. Los Hunza consumen entre 250 y 3000 miligramos de vitamina B17 por día. La riqueza en la tribu Hunza se mide por la cantidad de árboles de damasco que se tiene. Quien posea la mayor cantidad de árboles de damasco se considera el más rico, ya que las semillas secas de damasco son un plato que contiene una gran cantidad de vitamina B17.
Los mayores detractores de esta cura natural son los defensores de la “industria del cáncer”. El Dr. Ernst T. Krebs (1912-1996) fue uno de los pocos médicos en utilizar la vitamina B17 en los tratamientos de sus pacientes. Krebs llevó a cabo una investigación detallada del efecto de la vitamina B17 en los pacientes con cáncer, y reunió suficiente evidencia como para promoverla como cura contra el cáncer.
¿Cómo actúa la vitamina B17?
La vitamina B17 está compuesta de una molécula benzaldehído, una de cianuro de hidrógeno, y dos de glucosa. Para ser liberados, el benzaldehído y el cianuro tienen que entrar en contacto con una enzima específica (glucosidasa), que con frecuencia se encuentra presente en las células cancerígenas.
El principio de acción es simple: para desarrollarse, las células cancerígenas necesitan una gran cantidad de energía, o sea glucosa. Cuando se ingiere la vitamina B17, las células cancerígenas absorben las moléculas de glucosa.
Cuando se libera la enzima glucosidasa, las moléculas de benzaldehído y cianuro destruyen las células malignas. Gracias a su extrema concentración de la enzima glucosidasa, la vitamina B17 es extremadamente letal para las células cancerígenas, sin embargo no resulta tóxica para las células saludables.
El benzaldehído y el cianuro son elementos nocivos, pero en combinación con las moléculas de glucosa en la vitamina B17, son inocuos y no tienen efectos tóxicos.