En un año marcado por la creciente preocupación por la inseguridad, el Observatorio de Seguridad de Verisure presentó a AIM un informe revelador, en base a una encuesta realizada por CIO Investigación. El documento subraya que esta problemática dejó de ser un hecho aislado para convertirse en una problemática a atender y que los robos en inmuebles demuestran una tendencia al alza, en comparación al año anterior.
Según la Central Receptora de Alarmas de la compañía, en 2024 se registró un 60 por ciento de incidentes en hogares, mientras que solo el 40 por ciento ocurrieron en comercios. Esta tendencia representa un notable cambio respecto a 2023, cuando los incidentes estaban repartidos equitativamente entre ambos tipos de propiedad. Este aumento en la inseguridad en los hogares lleva a las personas a repensar cómo reforzar la protección agregando capas de seguridad a los inmuebles con tecnología de avanzada.
La tipología de incidentes también revela patrones preocupantes: las intrusiones son el tipo más común, seguidas por las solicitudes de SOS y los atracos. Los fines de semana, especialmente los sábados y domingos, se convirtieron en los días de mayor incidencia delictiva, tanto en hogares como en comercios (bares, talleres industriales, oficinas y tiendas de atención al público). Además, el rango horario crítico para los robos se sitúa entre las dos y las cuatro am.
Los estratos sociales no difieren de preocupaciones en términos de seguridad. Atraviesa tanto al segmento más alto, conocido como ABC1, como así también, a los grupos de ingresos más bajos. Son las mujeres quienes tienden a señalar la escasez de autoridades, el desempleo y la falta de iluminación junto con una urbanización pobre como factores que agravan la inseguridad.
El 76 por ciento de los encuestados mayores de 46 años opinan que la inseguridad es el principal inconveniente que atraviesa el país. Resulta llamativo que la segunda población intranquila corresponde al rango que va desde los 18 y hasta los 35 años con un 70 por ciento de alerta frente a este tópico; mientras que, apenas por debajo, con un 68 por ciento comprende el rango etario de entre 36 a 45. Los residentes del GBA Oeste destacan la inseguridad en las calles como un problema crítico, reflejando una percepción que se vuelve más intensa con el tiempo.
Esta percepción de inseguridad no es infundada; más de siete de cada 10 encuestados experimentaron un hecho delictivo en los últimos dos años, y al menos el 40 por ciento de estos delitos fueron violentos. Es notable que los segmentos de menores ingresos (D2/E) y los jóvenes son los que reportan más frecuentemente haber sufrido situaciones de inseguridad. En estos sectores, la violencia es un factor predominante, afectando de manera desproporcionada a los hombres. Esto resalta la urgencia de abordar no solo la percepción, sino también la realidad de la inseguridad, donde las estadísticas muestran un aumento preocupante de hechos violentos que impactan directamente en la calidad de vida de los ciudadanos.
En respuesta a esta alarmante situación, un 31 por ciento de quienes sufrieron un delito contaban con un sistema de seguridad en el momento del hecho, y un 28 por ciento admitió haber contratado uno después de la experiencia. Las medidas de seguridad más comunes son los cuidados comunitarios y el uso de alarmas, siendo esta última más frecuente en sectores de mayores ingresos y entre personas mayores de 46 años. Curiosamente, entre los hogares con niños menores de 17 años, la adopción de sistemas de seguridad se incrementa, lo que refleja una preocupación palpable por proteger a los más vulnerables. Este aumento en la implementación de medidas de seguridad es indicativo de la necesidad de que las comunidades se fortalezcan y apoyen mutuamente en la creación de entornos más seguros.
“Las estadísticas que dan cuenta del aumento de robos seguidos de violencia o a mano armada son datos que pueden medirse, contrastarse y que permiten comparar a la Argentina con otros países. Desde mediados de los 90 la inseguridad ha estado siempre entre los principales temas de la agenda pública y también ha sido una preocupación fuerte de los argentinos. En los últimos años, el narcotráfico se instaló y solo ha incrementado esto. Pero más allá de los números, está la ‘sensación de inseguridad’ que puede medirse y fluctuar mucho con las repercusiones del tema en los medios. Por más que nos digan que estamos mejor que Colombia la gente siente y percibe otras cosas y es en función de esos sentimientos o percepciones que toma decisiones”, sostiene a AIM Cecilia Mosto, politóloga con especialización en Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales y responsable de CIO.
La tecnología es una aliada de las personas y así es como llevan esta potente herramienta a sus hábitos de rutina cubriendo una rápida y efectiva solución a sus intereses. Trasladado a la seguridad, cada vez son más quienes optan por cuidar de los suyos con un sistema inteligente.
“El futuro de la seguridad se apoyará cada vez más en la tecnología. Aunque queda mucho por desarrollar, se viene una revolución tecnológica que pasa por más video y menos estática. El cliente está en el centro y con ello, entender cuáles son sus necesidades. La integración con los celulares será fundamental para democratizar la seguridad”, comenta a AIM Carlos Beltrán Rubinos, director de Operaciones de Verisure.