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Investigan el plástico como trampa para la fauna

Investigadores de la UNR se propusieron determinar los impactos directos de los residuos plásticos invitando a la gente a participar enviando imágenes.

Investigadores de la Universidad Nacional de Rosario y del Conicet llevaron a cabo un estudio sobre la contaminación plástica y cómo afecta a la fauna nativa. La investigación está encabezada por Clara Mittchell, integrante de la Plataforma de Estudios Ambientales de la UNR, y Martín Blettler, doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Instituto Nacional de Limnología, dependiente del Conicet.

El uso de elementos plásticos ha tenido un crecimiento exponencial durante los últimos años. En nuestro país, el consumo anual per cápita de plástico pasó de 11,5 kg en 1990 a 43.2 kg en el 2016. Como consecuencia de este modelo insustentable de producción y consumo, la contaminación plástica se ha tornado una problemática compleja, especialmente en los ambientes acuáticos, que requiere de soluciones urgentes. “No nos damos cuenta pero a lo mejor los plásticos que usamos por breves minutos son una fuente de contaminación importante. A veces los vemos como algo inofensivo, como por ejemplo una bolsa, y de verdad está teniendo un montón de efectos negativos sobre la fauna y flora, y hasta en nuestros propios cuerpos. Recién ahora la ciencia está comenzando a entender sobre los peligros y los efectos de este tipo de contaminación”, afirmó Mittchell.

Los investigadores se propusieron determinar los impactos directos de los residuos plásticos sobre la fauna nativa por lo que generaron una convocatoria de ciencia ciudadana, invitando a la gente a participar enviando imágenes cuando sean testigos de una interacción o convivencia entre un animal y la contaminación plástica.
Este tipo de iniciativas son un modo de contribución al conocimiento científico a través de la participación de voluntarios y voluntarias que generalmente no son especialistas en el tema pero que contribuyen enormemente con su colaboración a la solución de interrogantes planteadas en estudios científicos. “En este caso en particular, se solicitó a las personas interesadas que nos enviaran fotos o videos de interacciones entre plásticos y fauna de las cuales hayan sido testigos. La respuesta a la convocatoria nos sorprendió y estamos sumamente agradecidos con todos aquellos que participaron, sin ellos este trabajo no hubiera sido posible”, subrayó Mittchell.

Todo el material fotográfico recibido hasta ahora fue cuidadosamente analizado y los resultados y conclusiones fueron publicados en la reconocida revista internacional Science of the Total Environment. De esta manera, este estudio proporciona por primera vez evidencia irrefutable de las consecuencias negativas para la fauna de los desechos plásticos que llegan a los ambientes terrestres y de agua dulce.

En total se documentaron y analizaron 90 casos de interacciones entre residuos plásticos y 44 especies diferentes. “Muchas de las fotos hablan por sí mismas y cuentan una historia sobre la relación tóxica que hemos creado con los plásticos. Muchas reflejaron el claro e inequívoco momento en que un animal entra en contacto con un residuo plástico, un elemento completamente ajeno a su ambiente y para el cual ninguna adaptación o comportamiento evolutivo ha sido desarrollado”, señaló.
Los encuentros de la fauna con los residuos plásticos fueron clasificados en diversas categorías. La primera involucra la ingestión, ya que algunas fotos captan el momento preciso cuando una especie pretende consumir un residuo plástico. Por ejemplo, un biguá intentando tragar una bolsa plástica, probablemente confundiéndola con alimento.

La segunda se relaciona con los enredos con los plásticos, muy común entre aves y peces, particularmente con elementos de pesca en desuso como pedazos de redes viejas o tanzas. En tercer lugar, se identificó el uso de plástico como material para nidos, donde la mayoría de los casos fueron aves, por ejemplo numerosos espineros y benteveos, pero también se encontraron mamíferos (como la zarigüeya o comadreja) y hasta invertebrados (como una especie de abeja solitaria).

Por último, se resaltó el uso de plásticos como lugar de asentamiento o transporte, un fenómeno muy observado en el mejillón dorado, una especie invasora. En este caso, botellas y otros objetos plásticos son colonizadas por esta especie favoreciendo aún más su establecimiento y dispersión.

La mayoría de los enredos con aves, mamíferos, reptiles y peces tuvieron consecuencias letales. Los enredos con elementos de pesca abandonados y con los anillos de las tapitas de las botellas fueron particularmente peligrosos y relativamente frecuentes en este estudio. “Por ejemplo, biguás, caranchos, calandrias, caraús, lagartos overos y otras especies fueron registrados atrapados en estos objetos sin posibilidad de escape ni de supervivencia. En este sentido, este tipo de objetos plásticos, así como muchos otros, tristemente funcionan como trampas a la deriva, aprisionando, estrangulando o asfixiando muchas especies que se topan con éstos”, señalaron los investigadores.

Las aves fueron el grupo más afectado por los residuos plásticos representando más de un 70por ciento de los encuentros registrados en este estudio y 30 especies diferentes. Muchas usan los residuos plásticos como material para el nido, con consecuencias negativas como enredos que desembocaron en la muerte del espécimen, ingesta, cambios en la temperatura y humedad natural dentro del nido.

Los profesionales destacaron el caso muy llamativo de un nido construido 100por ciento de tanzas de pesca plásticas. Se trataría del primer registro a nivel mundial de una situación como esta y, si bien las consecuencias directas de esto están aún bajo estudio, presuponen que estos materiales podrían favorecer la caída del nido. “Apoya esta conjetura el hecho de que dicho nido fue registrado caído en el suelo. Otro caso particular fue un nido que fue construido utilizando cuantiosas cantidades de cubiertos plásticos descartables, decenas de ellos, particularmente tenedores y cuchillos. El peligro potencial de que los progenitores y pichones acaben lesionados o lastimados por estos objetos es claramente alto”, indicaron.

En estudios previos, se visibilizó y cuantificó las colosales cantidades de residuos plásticos que se encuentran dispersos en el río Paraná, sus lagunas, playas y ambientes circundantes. Ahora se muestran algunos de sus impactos directos sobre la fauna por lo que es imperiosa la necesidad de reducir el empleo de plásticos descartables, así como también implementar la responsabilidad extendida del productor, mejorar los sistemas municipales de recolección y tratamiento de los mismos.
“Existen diferentes niveles de responsabilidad cuando hablamos de la contaminación plástica. Por un lado, tenemos las empresas que obtienen beneficios a través de la venta de productos en envases descartables y, por ello, necesitamos una Ley Nacional de Responsabilidad Extendida del Productor. También debemos continuar legislando de manera de reducir la cantidad de plásticos descartables; algunos avances ya se han logrado pero aún queda mucho camino por recorrer. Es importante continuar trabajando para un mejor tratamiento de los residuos”, opinó Mitchell.

Los investigadores indicaron que se va a seguir trabajando en iniciativas para profundizar el conocimiento sobre la contaminación plástica en la región, uniendo esfuerzos con otros científicos de Argentina. “Es importante seguir achicando la brecha del conocimiento sobre la contaminación plástica entre ambientes marinos y territorio, para así demostrar lo que está pasando aquí y con la fauna de nuestra región”.

Para continuar generando conocimiento científico sobre esta problemática, se continúan recibiendo imágenes para todo aquel que aún quiera participar en el mail: [email protected]
Fuente: Página 12

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