La madrugada del 25 de enero de 1997, José Luis Cabezas cubría para la revista Noticias la fiesta de cumpleaños del empresario Oscar Andreani. Horas después, su cadáver fue hallado en el paraje Los Manantiales, en las proximidades de General Juan Madariaga. Se encontraba dentro de un Ford Fiesta incendiado, con las manos esposadas a la espalda y dos tiros en la cabeza.
Un año antes, el reportero retrató a Alfredo Yabrán, el poderoso empresario al que todos conocían, pero nadie había visto su rostro. Tanta era la importancia que le daba el millonario a su anonimato que llegó a decir: "Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la cabeza".
Por el crimen de Cabezas, fueron condenados a prisión perpetua: los policías Gustavo Prellezo (como autor material del asesinato), Aníbal Luna y Sergio Camaratta; los miembros de "La Banda de los Horneros" José Luis Auge, Horacio Braga y Héctor Retana; también a Gregorio Ríos, jefe de Seguridad de Alfredo Yabrán, y el comisario Alberto Gómez, por liberar la zona.
Yabrán jamás llegó a ser juzgado por el crimen, ya que se mató de un escopetazo en mayo de 1998. En tanto, Camaratta murió en prisión y, para 2017, el resto de los condenados salieron en libertad.
El año pasado, al cumplirse 26 años del crimen, la hermana de José Luis, Gladys, aseguró que "existe un sistema perverso manejado por seres humanos. Hay una justicia escrita que está bien, pero los que la interpretan lo hacen mal". Para la familia del fotógrafo, "no se hizo justicia, ninguno cumplió su condena".