El vicegobernador de Entre Ríos, Adán Bahl, abrió formalmente las puertas del hemiciclo de la Cámara Alta que fue restaurado físicamente y actualizado técnicamente, en el proceso de modernización que implicará la despapelizaición, trasmisiones en vivo, control de asistencia digital y voto electrónico, registró AIM. Los cambios convergerán con una reforma del Estatuto del cuerpo.
En el hemiciclo del Senado se entrelazan las nuevas tecnologías con la tradición. Entre cámaras y taquígrafos, la historia del espíritu normativo de Entre Ríos será registrada por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (Tic) y por el histórico cuerpo de estenógrafos.
Las reformas físicas y el soporte de las Tics -que no alteraron la disposición del reciento ni implicaron ninguna ampliación- exponen un deseo político de eficacia, transparencia y mejoramiento del control ciudadano sobre la Legislatura.
“Hoy el recinto del Senado abre, nuevamente, sus puertas y los recibe con una nueva cara, que no son sólo implica modificaciones estéticas sino cambios fondo. Si hay que buscar palabras apropiadas para reflejar el trabajo podemos afirmar: modernización, transparencia y eficiencia”, afirmó Bahl a esta Agencia.
En ese sentido, explicó que el objetivo de incorporar tecnología y adecuar el edificio fue “para transparentar los debates y la sanción de Leyes”, y ahorrar recursos y cuidar el medio ambiente con la despapelización. Al respecto, el vicegobernador subrayó que ahora todos los ciudadanos podrán ver por internet “qué opinó, qué defendió y qué posición tomó cada de los senadores en el reciento cuando se tratan proyectos de Ley, resoluciones, comunicaciones u homenajes”, información que se tornará trascendental con la eliminación de la boleta sábana.
En ese marco, Bahl aclaró que se apunta “a un proceso de digitalización de todos los expedientes, pero (el cuerpo de taquígrafos) forma parte de un procedimiento incorporado en el Reglamento y no está previsto sacarlo, porque es un documental físico que permite registrar las sesiones”.
El proyecto implicó una inversión de 2.600.000 pesos, de los que se utilizó 1.700.000 pesos entre hardware y software (que implicó el desarrollo del programa, 18 sensores biométricos, seis notebooks, un servidor, 20 microcomputadoras con pantalla táctil y dos ups). En ese marco, Bahl rescató que la mano de obra para la mejora física del hemiciclo implicó un ahorro del Estado y una integración, ya que fueron internos de la Unidad Penal quienes realizaron los trabajos de infraestructura.