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Política
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Daia defendió el proyecto contra el antisemitismo y la discriminación y espera que la Legislatura lo sancione

El presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia) filial Entre Ríos, Pablo Soskin, afirmó a AIM que el proyecto de Ley que trata la Legislatura representará un cambio trascendental en políticas contra la discriminación y el antisemitismo, ya que será la Fiscalía quien denunciará hechos de discriminación en la Justicia Federal y se constituirá como querellante. Si la norma avanza, Entre Ríos será la primera provincia argentina que entenderá que cualquier acto de discriminación es un delito contra el Estado.

En la semana de recordación de la Shoá, Soskin consideró importante que se trate en la Legislatura el proyecto de Ley que remitió el Ejecutivo contra el antisemitismo y la discriminación, ya que aseveró a esta Agencia que la norma será vanguardia en el país, ya que determinará que Fiscalía será el organismo que denunciará hechos de discriminación en la Justicia Federal y se constituirá en querellante.

En ese marco, valoró el debate que se da en la Legislatura, pero aclaró que hay organizaciones que malinterpretaron artículos del proyecto de Ley, ya que en ningún momento se proscribe la posibilidad de cuestionar a ningún Estado, si es de forma respetuosa. Además, lamentó que se coló en el debate intereses geopolíticos que no responden al debate en sí que promueve la iniciativa.

Al respecto, el presidente de Daia Entre Ríos dijo que “en el contexto de la semana de recordación de la Shoá (holocausto), es gravitante que el Poder Legislativo provincial retome la discusión y sanción del proyecto de Ley impulsado por el Ejecutivo contra el antisemitismo y la discriminación”.

En ese sentido, recordó que el texto tomó estado parlamentario a través del ingreso en la Cámara de Senadores, cuerpo que recibió a Daia y elaboró dictamen de comisión del proyecto pero no trató finalmente sobre tablas tras reuniones con integrantes del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y la Unión Árabe, quienes objetaron un artículo del proyecto firmado por el gobernador Gustavo Bordet. En ese marco, aclaró que la postura de las organizaciones que critican el artículo que busca evitar el antisemitismo y el antisionismo tiene argumentos que a su entender son erróneos y que requieren que la comisión convoque a Daia para dar las explicaciones correspondientes. “Inicialmente hay que aclarar, contrario sensu, de lo que expresa la Unión Árabe que Argentina es miembro permanente dela Alianza Internacional de Recordación del Holocausto (Ihra), por lo que fue parte de la redacción de este concepto que estamos ratificando a través de esta legislación”.

Precisamente, detalló que el concepto de antisemitismo del 2016 que se debate “se adoptó posteriormente por la Organización de Estado Americanos, (donde Argentina forma parte) y en 2020 fue adoptada por el país a través de la Resolución del Ministerio de Exteriores de la Nación y, a partir de ahí, la provincia de Entre Ríos (mediante decreto del Ejecutivo) adhirió a la Resolución adoptando el concepto así como, también, lo hicieron la mayoría de las provincias del país y las principales ciudades de Argentina, como así también, organismos no gubernamentales como entidades deportivas (Boca, River) y universidades, entre otros”.

Casos específicos
Lo que propone Ihra es que el antisemitismo “es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto”, y, en ese marco, explica que ejemplos contemporáneos de antisemitismo se observan, en la vida pública, en los medios de comunicación, en las escuelas, en el lugar de trabajo y en la esfera religiosa y, teniendo en cuenta el contexto general, podrían consistir en: pedir, apoyar o justificar muertes o daños contra los judíos, en nombre de una ideología radical o de una visión extremista de la religión; formular acusaciones falsas, deshumanizadas, perversas o estereotipadas sobre los judíos, como tales, o sobre el poder de los judíos como colectivo, por ejemplo, aunque no de forma exclusiva, el mito sobre la conspiración judía mundial o el control judío de los medios de comunicación, la economía, el Gobierno u otras instituciones de la sociedad; acusar a los judíos como el pueblo responsable de un perjuicio, real o imaginario, cometido por una persona o grupo judío, o incluso de los actos cometidos por personas que no sean judías; negar el hecho, el ámbito, los mecanismos (por ejemplo, las cámaras de gas) o la intencionalidad del genocidio del pueblo judío en la Alemania nacionalsocialista y sus partidarios y cómplices durante la Segunda Guerra Mundial (el Holocausto); culpar a los judíos como pueblo o a Israel, como Estado, de inventar o exagerar el Holocausto; acusar a los ciudadanos judíos de ser más leales a Israel, o a las supuestas prioridades de los judíos en todo el mundo, que a los intereses de sus propios países; denegar a los judíos su derecho a la autodeterminación, por ejemplo, alegando que la existencia de un Estado de Israel es un empeño racista; aplicar un doble rasero al pedir a Israel un comportamiento no esperado ni exigido a ningún otro país democrático; usar los símbolos y las imágenes asociados con el antisemitismo clásico (por ejemplo, las calumnias como el asesinato de Jesús por los judíos o los rituales sangrientos) para caracterizar a Israel o a los israelíes; establecer comparaciones entre la política actual de Israel y la de los nazis; considerar a los judíos responsables de las actuaciones del Estado de Israel.


Debate geopolítico
Por otro lado, Soskin lamentó que en el debate quieren imponer un posicionamiento geopolítico que constantemente estigmatiza al Estado de Israel.

El dirigente provincial dijo que preocupa que “se quiera introducir o importar cuestiones que tienen que ver con la geopolítica y el ámbito de medio oriente; debemos recordar que el concepto claramente expresa que la crítica al Estado de Israel no constituye antisemitismo, lo que sería considerado antisemitismo es cuando se utiliza el Estado de Israel o el sionismo para ejercer actos de antisemitismo”.

“Por otra parte hay que tomar en cuenta que la gente que realiza estas acciones solo lo hace con el Estado de Israel y no lo realiza con otros estados y por eso nuestro criterio es no ingresar cuestiones con el conflicto en medio oriente porque podríamos expresar como judíos argentinos cómo puede ser que el Libano tenga a Hezbolá como grupo político armado protegiéndolos y siendo parte del Estado siendo que fueron los culpables de los dos actos terroristas que sufrieron argentina o “o en el caso de Siria en donde se pasean con suma libertad miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (que es considerada una Organización Terrorista en muchos Estados) y Hezbolá. Siendo que incluso Irán ha expresado claramente su deseo de destruir el Estado de Israel o son uno de los grandes negadores del holocausto. Nosotros, por respeto a la comunidad sirio libanesa, no hacemos público estas situaciones, sino que lo dejamos para un debate para quienes tienen intereses especiales en el Medio Oriente que no es el caso de la Provincia de Entre Ríos ni de su población”, comentó Soskin.

“Tampoco se hacen críticas a Estados como Siria en donde en su Guerra Civil han matado a más de mil palestinos o como en el caso de Líbano, Siria y Jordania donde los palestinos se les niega la ciudadanía y viven sin los derechos mínimos básicos (Conforme surge de los informes de palestinalibre.org)”, apuntó.

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