En una votación realizada al cabo de un debate intenso sobre la mayoría que necesitaba el recinto para tratar el tema, los diputados asestaron un duro golpe al Gobierno. Ahora le toca al Senado definir la suerte del DNU 656/24.
Con el aporte de diputados del Pro, la oposición logró este miércoles su primer éxito en la sesión especial pedida para tratar el DNU 656/24 a las 12.17, cuando consiguió el quórum con 129 presentes, que rápidamente el tablero marcó 140. Menos de una hora después, logró su segunda victoria, al conseguir aprobar por 156 votos afirmativos, contra 52 negativos y 6 abstenciones, el rechazo al decreto de necesidad y urgencia que le dio a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) 100 mil millones de pesos.
Dato saliente, la mayoría del PRO no se alineó por primera vez con La Libertad Avanza.
En el inicio de la sesión, el jefe del bloque LLA, Gabriel Bornoroni, pidió la palabra para usar el único elemento que tenía a su alcance el oficialismo, que era forzar el tratamiento de la suerte del decreto sobre tablas. “No tiene dictamen de comisión, por lo cual nosotros creemos que este tema tiene que ser tratado con los dos tercios de la Cámara”, argumentó.
A continuación, el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Nicolás Mayoraz, explicó las razones jurídicas que justificaban esa postura. Planteó que el tratamiento de un DNU “es un hecho importante, serio, grave, diría yo. No existe ningún antecedente que se trate sobre tablas un DNU que no tiene dictamen”.
“Desde 1994 a esta parte nunca se le dio celeridad al tratamiento de los DNU. Cuando Javier Milei asumió el Gobierno, nos encontramos con que la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo llevaba dos años sin funcionar, había más de 200 DNU sin dictaminar. Y a eso se sumaba una práctica parlamentaria según la cual el vencimiento de ese plazo de 10 días que establece la ley obligaba a la bicameral a expedirse. De hecho, hoy la bicameral está resolviendo sobre la validez de decretos de necesidad y urgencia que fueron dictados durante el Gobierno de Alberto Fernández. Más de 120 decretos que no se trataron jamás. No había celeridad ni apuro por ejercer las facultades de la Constitución, que ahora se dan cuenta los legisladores”.
Asimismo, agregó que “esa práctica permitió extraer una conclusión según la cual el plazo de 19 días para dictaminar es ordenatorio. Que vencido ese plazo de diez días recién el viernes pasado, no cesa la potestad de la bicameral para expedirse”.
“Nosotros esperábamos que el DNU pudiera ser tratado en la bicameral, que es el ámbito natural de discusión de esta temática. Elegido este camino por un grupo de diputados, entiendo que debe tratarse el 134; de lo contrario, se va a producir el absurdo que para tratar el día de la mandarina necesitamos los dos tercios y un DNU de estas características se trata por simple mayoría”, ilustró Mayoraz, para completar diciendo que “la bicameral está contemplada por la Constitución; es la única prevista por la Constitución. Y esta tarea está desplazando de su competencia natural y originaria, una cuestión que debería ser resuelta allí. Aquí no se puede hacer ninguna excepción al reglamento: hay que cumplirlo, esa es la manera de cumplir con la ley y la Constitución”.
Le contestó el jefe del bloque de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, quien en primer lugar recordó que, durante su última reunión, la Bicameral de DNU había sido intimada por tres miembros, conforme lo que establece el reglamento del Senado que hoy preside la comisión. “Estamos en los términos del artículo 99 inciso 3 de la Constitución. Cuando se sancionó la ley orgánica prevista en la Constitución para regular el trámite de los DNU, los legisladores previeron esta situación, que la bicameral, a través de maniobras, no tratara un tema -remarcó-. Por eso, el artículo 19 y el 20 previeron los plazos y el tratamiento de oficio de las cámaras, pensando las maniobras políticas, en este caso agravadas, porque se trata de dinero para organismos de inteligencia. Por lo tanto, las maniobras pueden estar siendo ejecutadas por miembros de inteligencia”.
Terminó pidiendo que se tratara por mayoría absoluta de los miembros presentes, y tras recordar lo que en su momento se hizo con otro gobierno con un pedido de rechazo hecho por Elisa Carrió y otras diputadas de entonces, entre las que citó a Patricia Bullrich, recordó lo que se hizo en el Senado con el DNU 70/23, que lo trató con mayoría simple. Y concluyó pidiendo, ante las presiones existentes, que se votara primero y se debatiera después.
Su moción fue aprobada a mano alzada, ante lo cual el jefe del bloque oficialista comenzó a insistir en que ellos tenían una moción previa, que era la de su compañero Nicolás Mayoraz, para resolver si se debía votar o no sobre tablas.
Desde Encuentro Federal, Oscar Agost Carreño propuso que se aprobara el siguiente texto: “Artículo 1°. Rechazar en los términos de la Ley 26.122 el decreto de necesidad y urgencia del Poder Ejecutivo N° 656 de fecha 19 de julio de 2024. Artículo 2°. Comuníquese al Poder Ejecutivo”.
Las idas y vueltas en torno a las mociones a votar se extendieron largo rato, mientras desde la oposición se insistía en votar la moción de Agost Carreño. En ese sentido expuso por Unión por la Patria Carolina Gaillard, quien advirtió que el Gobierno ya había gastado el 80 por ciento de los gastos reservados que se estaban debatiendo. “Si tardamos un día más, se van a gastar todo. Le digo al diputado Mayoraz que la ley es clarísima, por eso pasemos a votar el DNU”.
Miembro de la Bicameral de DNU por parte del oficialismo, Lisandro Almirón aclaró que esa comisión había postergado el tratamiento para la siguiente reunión. Le atribuyó “mala fe a un grupo de legisladores que solicitaron antes de los 10 días esta sesión especial”, e insistió en que la Ley 26.122 establece un plazo perentorio, pero por “uso y costumbre” eso no suele cumplirse. Y sostuvo que eso no se aplicó con “el gobierno de Unión por la Patria y el gobierno del Pro”, tras lo cual se preguntó si “los violadores seriales de la Constitución aparecen como grandes reglamentaristas. Estamos dejando un grave antecedente”.
“No hace falta ninguna interpretación parlamentaria”, aclaró Germán Martínez, advirtiendo que “la moción de Mayoraz ni siquiera está encuadrada dentro de lo que dice el (artículo del reglamento) 127. Pasemos a votar”.
Intervino entonces Miguel Pichetto: “Para cortarla, y también estar de acuerdo con lo que acaba de expresar Germán Martínez. Le vamos a dar la derecha, ponga a considerar la moción por simple mayoría y después ponga a consideración el tema y la propuesta. Si estamos de acuerdo terminemos con esta discusión. La Cámara interpreta las mayorías en el tratamiento de los temas”.
Por su parte, Silvana Giudici dijo que “acá hay una interpretación del reglamento que ya se hizo varias veces. Coincido en que no se necesita poner a votar esa moción de Mayoraz, lo que no entiendo es que tratemos de votar un DNU tan importante en una votación exprés, sin debate. De ninguna manera se puede votar antes que todos los bloques podamos hablar. Me parece lo menos democrático y sensato que he escuchado”.
Con todo, una votación a mano alzada impuso que se votara la suerte del DNU, y el resultado fue amplio. El rechazo fue aprobado por 156 votos afirmativos, 52 votos en contra y 6 abstenciones.
Luego se puso en consideración el proyecto de Maximiliano Ferraro y Margarita Stolbizer para declarar nulo el DNU. En este caso sí se necesitaban 2/3, porque este proyecto fue girado a Asuntos Constitucionales y jamás fue dictaminado. Esa votación no obtuvo 2/3. Como hubo reclamos de legisladores a los que supuestamente el voto no se les había tomado, Cecilia Moreau pidió la reconsideración de la votación, pero la misma tuvo el mismo resultado: no se alcanzaron 2/3 y por ello no se trató el proyecto de Ferraro.