La iniciativa impulsada por la administración Biden fue aprobada por 21 países, menos Argentina, Brasil y Nicaragua. Cancillería optó por fijar su propia postura mediante el comunicado oficial que ya rechazó la irrupción rusa en Kiev
La Argentina evitó condenar en el seno de la Organización de los Estados Americanos (OEA) la invasión de Rusia a Ucrania, que fue considerada por la mayoría de los países de la región como “ilegal, injustificada” y una “violación flagrante del derecho internacional”.
En cambio, optó por replicar el último comunicado que difundió Cancillería. Allí, la Casa Rosada lamentaba “profundamente la escalada de la situación generada en Ucrania”. La iniciativa impulsada por la administración de Joe Biden fue aprobada por 21 países, menos Argentina, Brasil y Nicaragua.
En una sesión del Consejo Permanente de la OEA convocada en forma virtual para analizar la crisis en Ucrania, se votó una declaración que “condena enérgicamente la invasión ilegal, injustificada y no provocada de Ucrania por parte de la Federación Rusa y pide la "retirada inmediata de la presencia militar y el cese de cualquier otra acción militar en ese país”
La declaración, leída por la embajadora de Guatemala ante la OEA, Rita Claverie de Sciolli, pide a Rusia cesar inmediatamente sus hostilidades y “volver a la vía del diálogo y la diplomacia para la solución de controversias”. El gobierno argentino decidió no apoyar la resolución, al no ponerse de acuerdo con ciertos términos utilizados, que fueron impulsados por Estados Unidos.
Los países que apoyaron la declaración son Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guyana, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago y Venezuela, que está representada en la OEA por funcionarios afines al líder opositor Juan Guaidó. Durante la reunión, Honduras también pidió unirse a la declaración. El caso contrario fue el de Argentina, Brasil y Nicaragua.
En su disertación, la representante argentina se limitó a reiterar el comunicado que la Cancillería emitió el jueves y manifestó “el más firme rechazo al uso de la fuerza armada y lamenta profundamente la escalada de la situación generada en Ucrania”. Sin hablar de “invasión”, llama a Rusia a “cesar las acciones militares en Ucrania”.
“Reitera la necesidad del pleno apego a todos los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, sin ambigüedades ni dando preeminencia a unos sobre otros, con pleno respeto del derecho internacional, a la soberanía de los estados y su integridad territorial, la solución pacífica de las controversias y el pleno y profundo respeto por los derechos humanos”, agregaba el comunicado.
También, insistían en su “compromiso y confianza en que puedan activarse para ello todos los mecanismos de la comunidad internacional, con activa participación de las Naciones Unidas. La intensificación de los vientos de guerra dificulta gravemente el objetivo impostergable de preservar la vida, es imprescindible que todos los involucrados actúen con la mayor prudencia y desescalar ya mismo el conflicto en todas sus aristas para garantizar la paz y la seguridad integral de todas las naciones”.
En cambio, la declaración de la OEA asegura que la operación militar rusa en Ucrania es contraria a los “principios de respeto de la soberanía y la integridad territorial, así como a la prohibición de la amenaza o el uso de la fuerza, y a la resolución pacífica de las controversias, que están consagrados en el derecho internacional y en la Carta de las Naciones Unidas”. También hace un llamado a las partes a respetar sus obligaciones de derecho internacional humanitario, “en particular en lo relativo a la protección de la población civil y de quienes no participan en las hostilidades”.