El cocinero convocó al ternero, al lechón, al avestruz, a la cabra, al venado, al pollo, al pato, a la liebre, al conejo, a la perdiz, al pavo, a la paloma, al faisán, a la merluza, a la sardina, al bacalao, al atún, al pulpo, al camarón, al calamar y hasta al cangrejo y la tortuga, que fueron los últimos en llegar.
Y cuando estuvieron todos, el cocinero explicó:
—Los he reunido para preguntarles con qué salsa quieren ser comidos.
Entonces alguno de los invitados dijo:
—Yo no quiero ser comido de ninguna manera.
El cocinero dio por finalizada la reunión.
Capítulo para el 6 de septiembre del libro Los hijos de los días de Eduardo Galeano