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La Pastoral Social ya piensa en la pospandemia

La salida es con sensibilidad humana y de forma colectiva, afirma a AIM José María Velázquez, responsable de la Pastoral Social de Paraná para dar cuenta sobre la perspectiva que se puede abrir ante la crítica situación social. Actualmente con la Municipalidad asisten a 160 merenderos con un promedio de 100 asistentes en donde observa cada vez más la incorporación de la clase media entre los más necesitados.

“Estamos en una situación muy difícil, muy tirante, que esperemos que no desborde”, describe a esta Agencia para trazar el panorama el delegado episcopal en la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Paraná, José María Velázquez. La consulta a partir de cómo se observa el incremento del números de la pobreza en la realidad, lleva a dar cuenta al mismo tiempo de una mirada positiva. “Estamos jodidos, pero no aplastados y el optimismo es muy importante porque somos hombre de fe”, afirma para repasar estadísticas, donde se plantea una fuerte pérdida de puestos de trabajo en la capital provincial, que genera un gran desaliento, sostienen Velázquez.

Para el referente de la Pastoral, uno de los sectores más golpeados actualmente por el desempleo es la clase media “que viene aguantando, con sus aportes, a los que menos tienen. Y preocupa si pasan a engrosar la filas de los no tienen laburo y van a buscar comida”, grafica.

Velázquez explica que las parroquias son “sensor” del clima social y cuando desde todas ellas se pide ayuda para asistir a necesitados, hasta las que están en zonas más favorables, donde le “golpean para pedir por comidas”, la situación da cuenta de la profundidad de la crisis. “Esto es fruto de una pandemia que no es de ningún gobierno y tenemos entre todos buscar una solución entre todos”, alienta el delegado episcopal.

En este orden, una clave es organizar la ayuda, tratando de caminar por los barrios para no perder ese vínculo, ese “mano a mano” que se cortó con el aislamiento y que la conexión virtual no puede reemplazar del todo.

“Con Desarrollo Social municipal estamos buscando organizaron en cuanto a las urgencias para llegar a los más necesitados. Porque hay un cierto números de vulnerables de la clase media que se ha incorporado porque no encuentran laburo”. Y para esto también no sólo se debe pensar en lo inmediato, y se proyecta en crear cooperativas, pequeñas y medianas empresas. “Si no nos asociamos, individualmente estamos fritos”, afirma.

Lo que hace falta para poner esto en marcha, reconoce Velázquez es “cerebros puestos a disposición de un grupo para buscar juntos la salida. No es fácil, porque lo virtual no permite un abrazo, un apretón de mano, que acerca a estos desde lo humano”, reconoce, pero de alguna manera la idea es llegar a conformar estas plataformas grupales e ir buscando alternativas.

En lo urgente, en tanto, el responsable de la Pastoral señala es “tranquilizar a las personas”, para evitar que caigan en el “desasosiego y tranquilidad”. Y reitera: “Lo urgente es lo humano; si no tenemos humanidad, y si volvemos al individualismo después de la pandemia, estamos fritos. Porque hay gente que está quedando marginada, al borde del abismo. Y no hablo de los pobres, estoy hablando de la clase medio que sale a comprar comida. Y no es fácil porque estaba en un nivel social que de golpe bajó”.


Ayuda, también plantea Velázquez, es tener esta idea en ejemplos concretos de cómo salir. “Es parte de lo que uno tiene que analizar para pasar del dar al producir. La idea es llevar a cada merendero la harina para que hagan el pan, no que esperen que le den la comida, y eso la gente humilde lo sabe”.

Finalmente para quien quiera ayudar, lo más efectivo es ir a la parroquia más cercana, sugiere, “para dar una mano para armar bolsones o donar alimentos. Cada párroco está interiorizado de su zona”, con la propuesta de “tender una mano para salir juntos; lo virtual es muy bueno, pero lo humano es indispensable”, concluyó.

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