Habían pasado tres meses desde que el rey James II había prohibido el golf, en 1457, y ningún escocés le hacía caso.
En vano, el monarca repitió la orden: era necesario que los jóvenes dedicaran sus mejores energías al arte de la arquería, imprescindible en la defensa nacional, en lugar de perder el tiempo golpeando pelotitas.
Pero en los verdes campos de Escocia había nacido el golf, allá por el año mil, cuando los pastores mataban el aburrimiento embocando piedras en los hoyos de los conejos; y esta tradición seguía siendo invencible.
En Escocia están los dos campos de golf más antiguos del mundo. Son de propiedad pública y de entrada gratuita.
Raros en el mundo: por regla general, este deporte, privatizado, pertenece a los pocos que comen el espacio de todos, y nos beben el agua.
Capitulo para el 3 de julio del libro Los Hijos de los Días de Eduardo Galeano.-