Los niveles de contaminación del aire en China fueron muy bajos a partir del mes de febrero debido a las restricciones de movilidad por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, con la reactivación de la actividad económica las emisiones de gases contaminantes vuelven a ser altos, según datos presentados recientemente por la Nasa.
Los datos obtenidos por los satélites de monitoreo de la Nasa y de la Agencia Espacial Europea (ESA) revelan que los niveles de dióxido de nitrógeno en el país han vuelto a ser casi normales para esta época del año. Este es un gas nocivo emitido principalmente por la combustión en los vehículos, plantas de energía y las instalaciones industriales que han retomado paulatinamente su ritmo tras varias semanas de inactividad.
Los mapas elaborados por la agencia espacial muestran los niveles de dióxido de nitrógeno en la troposfera (la capa más baja de la atmósfera) en China. Las imágenes captadas en la zona central y oriental del país durante el periodo de cuarentena, del 10 al 25 de febrero, muestran bastante menos contaminación respecto a las últimas tomas realizadas después de que se levantaron las restricciones, entre en 20 de abril y el 12 de mayo.
Investigaciones anteriores han demostrado que la contaminación del aire en el país generalmente disminuye durante las celebraciones del Año Nuevo Lunar y luego aumenta lentamente tras las celebraciones. Sin embargo, los datos recientes muestran que el repunte tradicional se retrasó debido a la pandemia, y la contaminación atmosférica continuó por debajo de las tendencias hasta finales de abril.
Los científicos notaron por primera vez la diferencia en la ciudad de Wuhan, donde comenzó el brote de coronavirus, después de que las autoridades chinas cerraron el transporte dentro y fuera de la ciudad, así como las empresas, para evitar la propagación del virus. Fue la primera vez que se evidenció una “caída tan dramática en un área tan amplia y para un evento específico”, señaló en ese momento Fei Liu, investigadora del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Nasa.
Fuente: noticiasambientales.com/