Parece que hubiera pasado más, pero fue hace apenas un año. El 25 de octubre de 2017, Julio De Vido perdía sus fueros y el Gobierno tenía la foto que ansiaba desde su asunción: la de un ex funcionario kirchnerista entre las rejas.
La alianza Cambiemos consiguió un abultado apoyo opositor para aprobar, con 176 votos, los requerimientos de los jueces federales Luis Rodríguez y Claudio Bonadio, que ordenaron la detención inmediata del legislador del Frente para la Victoria-PJ en dos causas por corrupción.
El oficialismo superó con holgura los dos tercios de los votos requeridos para desaforar a De Vido, que estuvo ausente, al igual que el grueso del bloque presidido por Héctor Recalde. El Frente Renovador de Sergio Massa, el bloque Justicialista de Diego Bossio y Oscar Romero, la izquierda y fuerzas provinciales concedieron su apoyo a la hora de la votación, que se produjo tras un debate breve, pero de alto voltaje.
Mientras vecinos y curiosos esperaban la detención de De Vido en su domicilio, el diputado desaforado se entregó directamente en Comodoro Py.
Lo recordó este jueves su colega Carlos Castagneto en Twitter, al evocar que el del ex ministro de Planificación es un voto que le falta al bloque Frente para la Victoria-PJ.