Desde la Comisión Organizadora del festival de teatro callejero “Corriendo la coneja” se encuentran convocando a espectáculos nacionales e internacionales a postularse para participar de la décima edición. “El nombre sintetizaba este anhelo de poder crear nuevos espacios de trabajo, las calles y las plazas eran un lugar que no estaban del todo explotados”, dijo a AIM Juanqui Izaguirre. El encuentro tendrá lugar del 23 al 31 de marzo, en la Semana Santa de 2024.

Hasta el 5 de enero, a las 23:59 (hora de Argentina) se encuentra abierta la convocatoria para que espectáculos nacionales e internacionales de teatro al aire libre, callejero y de espacios no convencionales se postulen para participar de la décima edición del festival de teatro callejero “Corriendo la coneja 2024” que se desarrollará en Semana Santa –del 23 al 31 de marzo- en Paraná.

“Esta convocatoria es muy especial porque fuimos seleccionados por Iberescena –Fondo de Ayuda para las Artes Escénicas Iberoamericanas-, quienes otorgan financiamiento para el fomento, intercambio e integración de las artes escénicas, teatro, circo, danza en 17 países”, destacó el integrante de la organización Juanqui Izaguirre a esta Agencia.

El germen del festival
Remontándose en el tiempo, Izaguirre recordó que “en 2011 Tete Caridad y Paula Righelato nos invitan a Los Macanos Borondongo –integrado junto a Carina Colombo, Aldaba Badano, Alexis Chausovsky, Fernando Rabellino, Manuel Leiva- a participar de una serie de funciones que pensaban hacer en la plaza Sáenz Peña en Semana Santa”. De ese modo, “con otro grupo que venía de Mar del Plata y estaba en un motor home en 2011 comienza esta semillita que luego germinó con mucha fuerza”.

En 2012 y 2013, “se invitó a varias compañías de Paraná que hicieran teatro callejero y les gustara hacer funciones en plazas, llegando a ser 10 o 12 grupos haciendo más de 20 funciones en toda la ciudad, porque se llegó a la plaza Le Petit Pisant, el Patito Sirirí y otros lugares”, destacó Juanqui.

2014, el primer Corriendo la coneja
Al integrarse el grupo La Rueda, con Daniela Osella y Pablo Vallejo, “se presenta una solicitud de subsidio al Instituto Nacional de Teatro (INT), buscamos financiamiento en secretarías de cultura municipal y provincial, los privados y nace formalmente lo que hoy se conoce como Corriendo la coneja. Nos constituimos no solo como un grupo de hacedores sino de gestores”, explicó Izaguirre y agregó: “Por eso en el 2024 cumplimos los 10 años y estamos de cumpleaños”.

Corrieron los años, y “en 2019 Tete y Pauli con su grupo Teastral deciden abrirse del festival, ya que tenían varios proyectos en puerta y emprenden otro tipo de encuentros. A partir de ese año, sumamos al grupo Montoto y Magoya, formado por Verónica Spahn, Leandro y Mariela Bogado”.

Los orígenes del nombre
Ese 2014, al decidir crear formalmente el grupo, “al buscar el nombre a todos nos parecía que el corriendo la coneja era una síntesis de lo que nos pasaba a los teatreros, porque estamos corriendo detrás de buscar los fondos económicos para poder vivir de esto que tanto nos gusta y apasiona”, contó entre risas Izaguirre y agregó: “Nos parecía que era el nombre que sintetizaba este anhelo de poder crear nuevos espacios de trabajo, las calles y las plazas eran un lugar que no estaban del todo explotados, por lo menos desde nuestra perspectiva”.

Reflexionó también Juanqui que “hablaría más de teatro popular que callejero, ya que nuestra idea es la de chocarnos con el espectador, ir al encuentro de ese público que pasea por las plazas y al ver que pasa algo se queda mirando el espectáculo. Es la posibilidad de no esperar en una sala que llegue el público, sino que nosotros salimos, lo buscamos”.

A la búsqueda del público
Con el generar nuevos espacios como uno de los primeros objetivos del teatro popular, “la idea es trabajar para todo tipo de espectadores, para aquel que es asiduo y para el que va por primera vez”, lo que lleva al segundo objetivo de “la formación de nuevos espectadores, poder ir ganando adeptos al teatro y eso a lo largo de estos diez años lo hemos visto rendir sus frutos ya que tenemos un público que todos los años nos acompaña y espera el festival, con el cual nos seguimos encontrando”, lo que produce un “sumo placer”.

Con el tiempo y las redes sociales, “todo eso se ha ampliado también mucho, las formas de difusión”, por lo que “no solamente vamos a buscar ese público, sino que también a partir de diferentes estrategias de comunicación vamos llegando a otros”.

Las temáticas del Corriendo la coneja, consignó Izaguirre, “tienen que ver con las cosas que nos atraviesan a todos como comunidad y está dirigido sobre todo al público infantil y sus familias. Es un encuentro en el cual nosotros disfrutamos mucho con las risas de las infancias y de las familias, nos llenan de regocijo y de seguir produciendo”.

Bicicleteadas payasas
Desde hace unos años, “previo a la Semana Santa, salimos en las bicicleteadas payasas, recorriendo en las calles de Paraná, interviniendo las esquinas para poder convocar a lo que es el fin de semana largo, que además siempre tiene el condimento de estar el conejo dando vueltas por ahí, los zancos, las batucadas y todo lo que hace a las formas de convocatoria del teatro popular”, destacó el actor.

El camino de los 10 años
Desde sus orígenes, “las convocatorias han sido diversas, siempre a elencos de la provincia, nacionales y en ciertas convocatorias, como es la de este año para el que viene, incluye a internacionales; estamos en la búsqueda de tres grupos que nos visitará de diferentes países; hasta el momento tenemos más de 40 postulaciones”.

En los preparativos del décimo aniversario del festival, “somos 16 personas de esos tres grupos los que constituimos el Corriendo la coneja y recibe un gran apoyo de la comunidad teatral de la ciudad”, concluyó Izaguirre.