Cuando la "operación especial" en Ucrania llevaba un año, el tribunal de La Haya emitió una orden de captura contra el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, por crímenes de guerra que consistían en el desplazamiento a Rusia de niños ucranianos huérfanos de origen ruso.

El ex presidente de la Federación, Dmitri Medvedev, reaccionó sugiriendo irónicamente a los jueces mirar continuamente al cielo, para atisbar la llegada desde lo alto al "Palacio de la Paz" de La Haya del misil con el que la Federación Rusa contestaría la orden de detención contra Putin.

No solo el presidente, sino Maria Alekseyevna Lvova-Belova, Comisionada para los Derechos del Niño de Rusia, están a tiro de detención por el presunto secuestro de niños ucranianos.

Luego de la orden del tribunal de La Haya, Putin no viajó a Sudáfrica, a un encuentro de los Brics, para evitarse problemas y evitarlos a los anfitriones; pero más adelante viajó a la China dejando ver que tras él venían asistentes con dos valijas negras, las botoneras de las armas nucleares rusas para usar en cualquier momento y lugar en caso de necesidad.

La cuestión es según Medvedev que los jueces deben vigilar el cielo porque de allí podrían caerles malas noticias explosivas, aunque no está claro qué podrían hacer si el peligro se materializara, ni siquiera si tendrían tiempo de hacer algo.

Lo mismo podría decir cualquiera de nosotros, que no estamos acusados de nada ni nos ha juzgado en ausencia ninguna corte. Hace tiempo los astrónomos blandieron la amenaza de la llegada catastrófica a la Tierra del asteroide Apophis, que recibió el nombre de la diosa serpiente egipcia que pretendía evitar el día y sembrar el caos. Pero no se concretó ni tampoco la del cometa Yelenin, que terminó consumido por el sol, ni el paso cercano del asteroide 2005 YU55 fue ningún problema.

Pero debemos seguir vigilando el cielo con aprensión. Puede llegar otro asteroide que según la ciencia pasará cerca de la Tierra en 2040.

Sin embargo, lo más prudente es analizar la distancia a la que pasará el asteroide y las verdaderas posibilidades de impacto con la Tierra.

El nuevo peligro es un asteroide que mide unos 140 metros y tendrá cinco acercamientos a nuestro planeta entre los años 2040 y 2047.

Es el asteroide 2011 AG5 está a la cabeza en la lista de peligros cósmicos, catalogado con nivel 1 en la escala de Turín (una escala de 0 a 10 según la peligrosidad y la probabilidad de impacto). Por tanto, se trata de un objeto de muy baja probabilidad de colisión, que se aproximará mucho a la Tierra el 5 de febrero y el 9 de junio de 2040.

Así pues, y aunque aún hay que hacer cálculos más precisos sobre su órbita exacta, lo cierto es que la probabilidad de choque es de 1 entre 625.

Eso sí, dado el tiempo que resta para nuestro encuentro con la gran piedra, podría significar una oportunidad única para ensayar las futuras tecnologías para desviar asteroides peligrosos.

Desde este momento hasta dentro de 27 años tenemos tiempo suficiente para avanzar en ese camino y estar preparados para una posible colisión.

Recordemos que el peligro existe, está ahí fuera y siempre es bueno contar con un programa de defensa en caso de que un objeto represente una amenaza real para nuestro planeta.
De la Redacción de AIM.