Durante la pandemia, “fue muy importante la literatura, porque muchas veces las historias que se leen en voz alta habilitan a hacer el duelo de otra manera”, informó a AIM, la coordinadora del Taller de lectura para niñas y niños de El Pingo, Andrea Rutt, quien destacó que leer, “permite darle significados a las experiencias que vivimos y ayuda a construir el pensamiento”.
En diálogo con esta Agencia, la tallerista manifestó que “durante la pandemia hubo que abordar temas sensibles como, por ejemplo, la muerte o el duelo ya todos teníamos que transitar situaciones de pérdida y dolor”.
“Algunos de los niños y niñas perdieron familiares, abuelos, tíos o parientes”, explicó y recordó que el constante relato de los medios sumado a diferentes problemáticas que trajo el confinamiento obligatorio hacían necesario un espacio donde pensar en otras temáticas que llevaran a la imaginación y a recreación de los niños y niñas.
“Para eso fue muy importante la literatura, porque muchas veces las historias que se relatan o se leen en voz alta habilitan a hacer el duelo de otra manera, acompañados por la lectura”, detalló.
Haciendo puentes
Rutt recordó que en aquella etapa del taller la propuesta de enseñanza se basó en la lectura de la poesía “Puentes” de la escritora Elsa Bornemann .
La actividad consistía en recordar a alguien que en ese momento se extrañara mucho “y a través de esta poesía la contactábamos y hacíamos trabajitos de imaginarnos, por ejemplo, con qué nos conectaba ese puente, o quién estaba del otro lado del puente, qué nos decía, o qué queríamos contarle nosotros”, explicó.
“La literatura es muy válida con la construcción de mundos y sentidos, permite darle significados a las experiencias que vivimos y ayuda a construir el pensamiento, por eso es fundamental en el trabajo con estas temáticas”, reflexionó.
“La mayoría de los integrantes del grupo siempre estaba contento y ávido de leer los cuentos nuevos, y en estas temáticas fueron centrales”, manifestó.
A continuación, reproducimos el poema mencionado que fue publicado en “El libro de los chicos enamorados”, en 2004 por la editorial Alfaguara:
Yo dibujo puentes
para que me encuentres:
un puente de tela
con mis acuarelas.
Un puente colgante
de tiza brillante.
Puentes de madera
con lápiz de cera.
Puentes levadizos,
plateados, cobrizos.
Puentes irrompibles,
de piedra, invisibles.
Y tú… ¿quién creyera?
No los ves siquiera.
Hago cien, diez, uno…
¡No cruzas ninguno!
Mas… como te quiero…
dibujo y espero
¡Bellos, bellos puentes
para que me encuentres!
De la Redacción de AIM
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