En los primeros nueve meses de gobierno de Javier Milei la ejecución presupuestaria sufrió una caída del -31 por ciento en comparación con el mismo período del año 2023, informó este lunes el Centro de Economía Política (Cepa). En ese marco se destaca un fuerte ajuste en salud, educación, programas sociales, ciencia y tecnológica.
"La situación general de la Administración Pública Nacional es de una fuerte reducción de su ejecución presupuestaria. Reducción que en algunos casos está llevando a la paralización de programas de alto impacto en términos sociales, y de salud de la población. Incluso en un escenario fuertemente recesivo, tampoco se están ejecutando programas de ayuda social, y de estímulo al desarrollo productivo", destacó el Cepa.
"Dentro de un contexto de fuerte ajuste, sobresalen los incrementos interanuales reales de 216 por ciento para la Secretaría de Inteligencia del Estado, dependiente de Presidencia de la Nación, la cual ejecutó nada menos que casi 108 mil millones de pesos acumulado durante el año; así como del 18 por ciento de incremento en el caso del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, que lleva gastado 22 mil millones de pesos durante 2024", agrega el relevamiento.
Al analizar el gasto por organismos públicos, el Cepa reveló que se detectaron fuertes ajustes en la Superintendencia de Servicios de Salud (-67 por ciento), Anmat (-19 por ciento), hospitales nacionales, e incluso en el Instituto Nacional del Cáncer (-29 por ciento) y la Agencia Nacional de Discapacidad (-15 por ciento). En el caso del Hospital de Salud Mental Laura Bonaparte, del cual el gobierno anunció su intención de cerrarlo, el ajuste interanual es de casi el 20 por ciento.
En materia ciencia y tecnología se registraron fuertes caídas en la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología y otros organismos del sector como la Conae, Conicet y Coneau.
También se mostró que los organismos de la Seguridad Social están sufriendo fuertes recortes en la ejecución de sus partidas presupuestarias. "En el caso de la Anses, organismo responsable de la Seguridad Social, el recorte llega al -18 por ciento respecto al año pasado. También se detectaron recortes del 65 por ciento en el Inaes; y del 41 por ciento en la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia", se destacó.
"En un contexto recesivo y de caída de ingresos, los programas de Desarrollo Social no tienen el financiamiento necesario. El programa Potenciar Trabajo recorta un 79 por ciento de su ejecución. Situación similar vive el programa de Apoyo al Plan Nacional de Primera Infancia, con una caída del 79 por ciento. Finalmente, el programa de Comedores Comunitarios y Merenderos sufre un ajuste real superior al 85 por ciento", puntualiza el relevamiento.
En materia de desarrollo productivo, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, tiene un recorte del 96 por ciento, mientras que la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo cae un 89 por ciento. Otros organismos como el Inta e Inti también tiene caídas en su ejecución presupuestaria.
Los casos de los organismos de seguridad también tienen marcadas caídas en su ejecución, especialmente las fuerzas federales. Es el caso de la Policía Federal (-26 por ciento), Gendarmería Nacional (-26 por ciento), Policía de Seguridad Aeroportuaria (-17 por ciento) y Prefectura Naval (-25 por ciento). La misma realidad se presenta para las Fuerzas Armadas, con reducciones de las partidas del Ejército (-15 por ciento), la Armada (-19 por ciento), y la Fuerza Aérea (-16 por ciento). Aunque, como se mencionó previamente, resalta el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas con un incremento real del 19 por ciento interanual.
Al analizar la ejecución con un grado mayor de desagregación, es decir por partidas programáticas, se observan caídas en los principales programas de la Seguridad Social. Entre ellos, se ajusta fuertemente la Puam, Pensión Universal para el Adulto Mayor, con un ajuste del 43 por ciento; las pensiones no contributivas, con una caída del 28 por ciento, y las transferencias a la Seguridad Social y Organismos Descentralizados, fundamentalmente el Pami, con un recorte del 44 por ciento.
En materia educativa se observa fuertes caídas en la ejecución de partidas sensibles como el Fondo Nacional de Incentivo Docente (-98 por ciento en la ejecución base caja), el Programa Conectar Igualdad (-85 por ciento) y el programa de Infraestructura y Equipamiento de la Secretaría de Educación (-94 por ciento).
En salud existen programas críticos que están virtualmente paralizados por falta de fondos. Son los casos de “Acceso a Medicamentos, Insumos y Tecnología Médica” (-58 por ciento), “Respuesta al VIH, Infecciones de Transmisión Sexual, Hepatitis Virales, Tuberculosis y Lepra” (-75 por ciento), Atención Sanitaria en el Territorio (-96 por ciento), y el Fortalecimiento del Sistema Público de Salud (-90 por ciento). Los programas de prevención de enfermedades no transmisibles, endémicas y patologías específicas sufren recortes de entre el 67 por ciento y el 82 por ciento.
En obra pública, el escenario es de una paralización casi total de las partidas presupuestarias, con caídas cercanas al 100 por ciento en programas como Apoyo para Infraestructura en Municipios, Obras de Seguridad en Rutas Nacionales, y Desarrollo de Infraestructura Hidráulica.
Finalmente, en materia de transferencias del Tesoro Nacional a las provincias y municipios, los ajustes son muy marcados, encabezados por el Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires (-100 por ciento), la Asistencia Financiera a Provincias y Municipios (-100 por ciento), y la Asistencia Técnica a Municipios (-92 por ciento).