Las naftas suben hoy un cuatro por ciento, lo que le agregará un punto más a la inflación mensual, que viajará a fines de este mes y durante octubre –cuando hay elecciones– a los niveles más altos que se hayan registrado en el gobierno de Mauricio Macri.
La decisión de subir las naftas fue tomada 35 días después del anuncio del congelamiento con precios de referencia. La medida ya había nacido débil porque esta industria fue dolarizada por Macri dado que era la única manera de traer inversiones a Vaca Muerta para recuperar el autoabastecimiento de gas y de petróleo.
Desde agosto hasta hoy, se encarecieron los tres componentes que definen el valor de la nafta: el dólar saltó un 27 por ciento, de 46,55 pesos a 59,14 pesos; y el barril del crudo londinense Brent (de referencia para la Argentina) subió 11,2 por ciento, de 57,37 a 63,80 dólares.
Y el tercer componente, los biocombustibles con los que se cortan la nafta y el gasoil, tenía que subir un ocho por ciento, pero el Gobierno lo pisó a cambio de un subsidio para el sector del seis por ciento, al igual que los 1.740 millones de pesos que ofreció pagar a provincias y petroleras como compensación por el congelamiento.
Causas
Todos estos movimientos responden a causas económicas y políticas. En principio, la gestión Macri no logró restituir la estabilidad macroeconómica de la Argentina después de la crisis financiera de 2018, a pesar del crédito más grande de la historia del FMI por 56.300 millones de dólares.
En ese marco de fragilidad, el mercado financiero generó una corrida cambiaria y bancaria con devaluación del peso porque el Frente de Todos, integrado por el peronismo y el kirchnerismo, ganó las primarias y todo indica que va rumbo a ser gobierno.
En tercer lugar, dos instalaciones de la petrolera Aramco en Arabia Saudita –principal productor mundial de crudo– fueron atacadas el sábado con armamento presuntamente iraní, en medio de un histórico conflicto por territorios en Oriente Medio.
Esa multiplicidad de variables hizo que cayera el congelamiento de combustibles, con el que Macri esperaba morigerar la inflación de septiembre y octubre tras el pico del cuatro por ciento de agosto para llegar con mayores chances electorales a las elecciones presidenciales.
También las provincias dueñas de los yacimientos y las petroleras venían ejerciendo una fortísima presión para descongelar, con demandas en la Justicia para que se dicte la inconstitucionalidad y amenazas de juicios millonarios contra el Estado por violar contratos.
Desabastecimiento
El descongelamiento había sido flexibilizado a medias el 2 de septiembre cuando refinadoras y comercializadoras de gasoil fueron autorizadas a aumentar los valores en el canal mayorista.
Según la Fadeeac, el autotransporte de cargas se vio afectado entonces por incrementos de entre el cinco y el 10 por ciento.
Alberto Boz, presidente de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni), interpretó que el descongelamiento llegó porque se estaba configurando una situación “crítica”.
El dirigente señaló que había un “quiebre de stock” para las estaciones que responden a las petroleras y “desabastecimiento” para mil expendedoras de “bandera blanca”.
Más inflación
El pico de inflación mensual durante el macrismo había sido del 6,5 por ciento en septiembre de 2018. Pero este mes podría acercarse mucho a ese nivel.
La consultora Ecolatina estimó que en la primera quincena de septiembre de este año, los precios se movieron a una velocidad del 6,7 y podían terminar en 5,6 por ciento. Claro que ahora la suba de las naftas hará su aporte.