En el 2024 se dará inicio al Año Internacional de los Camélidos, con la finalidad de sensibilizar a la opinión pública y a los gobiernos de las naciones del mundo acerca de la importancia del aporte económico y cultural de los camélidos en la vida de los pueblos ubicados en asentamientos remotos e inhóspitos.
Origen de este Año Internacional
La creación de este año internacional surgió por una petición de Bolivia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), debido a la contribución significativa de los camélidos en la supervivencia de poblaciones que habitan en entornos hostiles del planeta caracterizados por altas y bajas temperaturas, así como condiciones de aridez y sequía.
En tal sentido, durante la 40° conferencia de la FAO celebrada en Roma en el año 2017 la Asamblea General aprobó esta petición, mediante una Resolución.
Los objetivos del Año Internacional de los Camélidos son los siguientes:
Contribuir al logro de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 y de los Objetivos Estratégicos planteados por este organismo internacional.
Promover entre todos los Estados Miembros, el sistema de las Naciones Unidas y demás agentes la importancia económica y cultural de los camélidos, así como fomentar el consumo de productos que se obtienen de estos mamíferos.
Contribuir a la inclusión de las poblaciones más vulnerables de las sociedades rurales, mediante la generación de empleos sostenibles y la promoción de la igualdad.
Fomentar la concienciación pública sobre la importancia de los camélidos, para la seguridad alimentaria y las funciones ecosistémicas.
¿Qué son los Camélidos?
Los camélidos son mamíferos herbívoros pertenecientes a la familia Camelidae, que aparecieron por primera vez en la época del Eoceno Tardío, hace unos 40 millones de años.
Entre sus características físicas se destacan las siguientes: poseen largos cuellos y patas, dientes caninos de grandes proporciones, son ungulados (cuyas patas terminan en pezuñas) y artiodáctilos (con un número par de dedos en cada pata que soportan su peso).
Se alimentan de la escasa vegetación localizada en las praderas semi áridas y áridas. En la actualidad constituyen el único medio de subsistencia de millones de familias asentadas en las regiones más inhóspitas del planeta.
Las especies de camélidos existentes son las siguientes, localizadas en África Septentrional, Asia Sudoccidental y Central, Oceanía y América del Sur (Cordillera Alto Andina de Suramérica):
Dromedarios.
Camellos bactrianos.
Llamas.
Alpacas.
Vicuñas.
Guanacos.
La carne de los camélidos es una alta fuente de proteína cárnica y láctea para la subsistencia de miles de pobladores locales, contribuyendo a su seguridad alimentaria. Su pelaje se utiliza para el abrigo; además constituyen el único medio de transporte de personas y productos de poblaciones y asentamientos ubicados en lugares remotos. Generan fertilizante orgánico que beneficia la producción agrícola de cultivos de subsistencia.
Entre las especies rumiantes existentes, los camélidos son los mamíferos que generan una menor emisión de gases de efecto invernadero.
Los camélidos son conocidos como el "barco del desierto", debido a su capacidad de sobrevivencia en circunstancias ambientales y climáticas adversas, atravesando grandes distancias y durante largos periodos sin agua.
Los Camélidos y su Contribución al Desarrollo Sostenible
Los camélidos garantizan la seguridad alimentaria y nutricional de las poblaciones y comunidades indígenas ubicadas en asentamientos remotos alrededor del mundo, contribuyendo al logro de los objetivos contemplados en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas.
Proporcionan carne, leche, fibra y medio de transporte que permiten una calidad de vida sostenible, contribuyendo a la lucha contra el hambre (Objetivo de Desarrollo Sostenible 2) y la erradicación de la pobreza extrema (Objetivo de Desarrollo Sostenible 1).
Es de vital importancia la participación laboral y empoderamiento de las mujeres pertenecientes a los asentamientos locales, en labores pastoriles y de aprovechamiento de la fibra de camélidos (Objetivo de Desarrollo Sostenible 5).
Por otra parte, los camélidos promueven el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, disminuyendo la degradación de las tierras y la desertificación (Objetivo de Desarrollo Sostenible 15).