Más de la mitad de los brotes registrados en las últimas semanas en España están relacionados con la vida social, los botellones y las fiestas.[{adj:86758 alignright}]
Hay dos momentos claros en una jornada, el día y la noche. Y está claro que el coronavirus ha optado sin duda por la última, cuando el sol se marcha y una buena parte de los ciudadanos se recogen en sus casas, mientras otros muchos, normalmente más jóvenes, salen a la calle a hacer lo que veinteañero o treinteañero necesita hacer, salir con los amigos, socializar, hablar de sus cosas, divertirse y, si tercia, enamorarse aunque sea por unas horas.
De hecho, una buena parte de los brotes registrados en las últimas semanas se han producido en lugares de ocio nocturno, donde es difícil evitar las aglomeraciones y las mascarillas brillan por su ausencia.
Según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, más de la mitad de los brotes se han producido hasta el momento por reuniones familiares y de amigos (Ordizia, Socuellamos, Burjassot, Fuerteventura, Tudela...), una buena parte de estas, nocturnas para evitar el calor. A estas, se han sumado las celebraciones juveniles de todo tipo como la fiesta de fin de bachillerato (la última en Córdoba), de la EVAU (Zarautz, Caspe) o sencillamente, porque sí en algún botellón organizado por las redes (Pamplona, Huesca...).
Y es que por el día, el dichoso virus lo tiene más complicado para meterse en ese cuerpo humano que necesita para sobrevivir porque los ciudadanos cumplen, con más o menos rigidez, las normas básicas para evitar contagiarse. Pocos son los que se olvidan de la mascarilla, se intenta mantener la distancia y casi todos aprovechan el gel hidroalcohólico dispuestos por todos los comercios, establecimientos públicos y en los puestos de trabajo para mantener las manos limpias.
Pero por la noche, las cosas son distintas. Todo se relaja, se intima, las ganas de diversión pueden a la razón y el alcohol hace el resto. Así lo indica el director general de Salud Pública de Aragón, Francisco Javier Falo. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, asegura que los nuevos brotes se centran de manera clara en el ocio nocturno, unos brotes que preocupa y mucho a los responsables de salud pública porque implican a personas de “múltiples lugares” y generan una transmisión difusa. Su rastreo es muy complicado.
Focos
El problema, sin embargo, es que los casos relacionados con este colectivo son “inevitables” por lo que “hay que convivir con ellos hasta que termine la temporada de recogida de la fruta y la verdura que se prolonga hasta otoño”, explicó Simón. Las empresas hortofrutícolas son consideradas esenciales, por lo que no puede decretarse el cierre de la actividad. Son los que nos proveen de alimentos necesarios. Lo único que se puede hacer es extremar las precauciones para evitar contagios
Lo que no es considerado una actividad esencial son los locales nocturnos, los últimos en abrir tras el periodo de desescalada y los primeros en cerrar cuando los brotes se descontrolan (Catalunya, Aragón). En el resto de las comunidades que, a día de hoy tienen controlados los brotes, sus ayuntamientos han decidido incrementar la vigilancia para evitar que se cumplan las medidas sanitarias establecidas en los locales de ocio (aforos, mascarillas y distancia) y perseguir como nunca antes habían hecho los botellones. Así lo está haciendo Toledo, Ciudad Real, Cáceres, Mérida, Alcalá de Henares, Jaén, por citar algunos de los municipios que han declarado la guerra al botellón.
También están bajo vigilancia las fiestas privadas en casas y domicilios.El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha hecho un llamamiento para que no se celebren porque tienen el mismo riesgo que las celebraciones en espacios públicos. Feijóo solo puede recomendar que no se realicen porque “no se pueden prohibir” si no es con autorización judicial, por ello insta a la responsabilidad ciudadana. Baleares vigila que no se celebren estas fiestas en locales clandestinos. Todo para evitar que el coronavirus se haga fuerte en la noche.
Fuente: La Vanguardia.