El huracán Otis se cobró la vida de al menos 27 personas, dijo este jueves el gobierno de México después de que una de las tormentas más poderosas que jamás haya azotado el país azotara el balneario de Acapulco, causando daños de miles de millones de dólares.

Otis, que azotó México el miércoles como tormenta de categoría 5, inundó calles, arrancó techos de casas y hoteles, sumergió automóviles y cortó las comunicaciones, carreteras y acceso aéreo, dejando un rastro de escombros en Acapulco, ciudad de casi 900 mil habitantes.

“Lo que sufrió Acapulco fue realmente desastroso”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador haciendo un recuento de los daños causados por la tormenta, que azotó el sur de México con vientos de 266 kilómetros por hora.

Otis, que se intensificó inesperadamente frente a la costa del Pacífico, fue tan poderoso que arrancó grandes árboles de raíz, esparciendo escombros por todo Acapulco. Inundó hospitales y cientos de pacientes tuvieron que ser evacuados a zonas más seguras.

Erik Lozoya, un mago profesional, dijo que soportó “tres horas de terror” con su esposa y sus dos hijas pequeñas en una habitación de hotel de Acapulco mientras el huracán atravesaba las ventanas y arrasaba el edificio con una intensidad ensordecedora.

“Literalmente sentí como si nos fueran a explotar los oídos”, dijo Lozoya, de 26 años, quien se atrincheró en un baño con su familia y otras cuatro personas. “Vimos colchones, tanques de agua volando. El techo empezó a hundirse”.

El huracán desprendió secciones de edificios en el centro de Acapulco. Algunos medios mexicanos publicaron videos de saqueos en la ciudad.

Hasta ahora el gobierno no ha estimado el costo de Otis, pero Enki Research, que rastrea las tormentas tropicales y modela el costo de sus daños, lo consideró “probablemente cercano a los 15 mil millones de dólares”.

Se cree que los desaparecidos son miembros de la Marina, dijo López Obrador, quien se dirigió a Acapulco por carretera, cambiando de vehículo en más de una ocasión debido a que la tormenta le provocó atracos. Un video lo mostró sentado en un jeep militar atrapado en el barro.

Las autoridades mexicanas dijeron que Otis fue la tormenta más poderosa que jamás haya azotado la costa del Pacífico de México, aunque el huracán Patricia, que azotó el centro turístico de Puerto Vallarta ocho años antes, provocó vientos aún más fuertes en el mar.

Casi 8.400 miembros del ejército, la fuerza aérea y la guardia nacional fueron desplegados en Acapulco para ayudar en los esfuerzos de limpieza, dijo la Secretaría de Defensa. Acapulco es la ciudad más grande del sureño estado de Guerrero, una de las más pobres de México. La economía local depende en gran medida del turismo y Otis causó grandes daños a algunos de los hoteles más famosos.

Evelyn Salgado, gobernadora del estado de Guerrero, calificó la tormenta de “totalmente devastadora” y dijo que el 80 por ciento de los hoteles de la ciudad habían sido afectados por la tormenta.

Las operaciones en el aeropuerto internacional de Acapulco seguían suspendidas, mientras que las clases escolares fueron canceladas en Guerrero por segundo día y políticos de oposición criticaron al gobierno por su falta de preparación ante el embate de la tormenta.

El mago Lozoya dijo que él y su familia no fueron alertados por el hotel sobre la aproximación del huracán hasta alrededor de las 10:30 pm del martes, apenas una hora y media antes de que Otis llegara a tierra.

López Obrador había advertido unas dos horas antes en las redes sociales sobre la inminente llegada de Otis.

La compañía mexicana de petróleo y gas Pemex (PEMX.UL) dijo que había suficiente gasolina y diésel para todo el estado de Guerrero. La eléctrica estatal CFE tenía más de 1.300 empleados trabajando para restaurar el suministro a unas 300 mil personas. Telmex, la empresa mexicana de telecomunicaciones, dijo que había restablecido su red ayer por la mañana.