La francesa Micheline Bernardini tiene hoy 93 años y vive en Estados Unidos. Su nombre ha pasado a la historia por su atrevimiento. Hace hoy 75 años que el ingeniero automovilístico Louis Reard presentó en la piscina del hotel Molitor de París un traje de baño femenino compuesto por un sujetador y una braga ceñida. La escandalosa prenda se presentó con una stripper y no con modelos
Ninguna modelo quiso lucirlo por verlo indecoroso debido a su reducido tamaño. Reard tuvo que recurrir a una stripper de 19 años, Bernardini, que trabajaba en el Casino de París, advirtiéndole que el desfile del 5 de julio de 1946 iba a ser una bomba más potente que la que, cinco días antes, Estados Unidos había detonado en el atolón de Bikini. De ahí su nombre.
Antes, algunas mujeres ya habían lucido un traje de baño de dos piezas (pantalón corto y camiseta escotada), pero eran nadadoras, y no enseñaban el ombligo, porque se consideraba indecente. Incluso en la antigua Grecia y en Roma, las atletas lucían prendas parecidas al bikini, tal como muestran un buen número de mosaicos. Los más famosos son los de la villa romana del Casale, en Sicilia, del siglo III después de Cristo.
El bikini no llegó a popularizarse hasta que una jovencita Brigitte Bardot, icono sexual y de moda, empieza a lucirlo en la Costa Azul en la década de los cincuenta en el festival de Cannes. El bikini se convirtió en un símbolo de liberación femenina, y por tanto costó que fuera aceptado con naturalidad en países de tradición católica como España, donde además imperaba la dictadura franquista.
El cine ha contribuido, no solo a normalizar su presencia, sino también a convertir el bikini en una prenda icónica y protagonista por derecho propio de algunas películas. Así en Agente 007 contra el Dr. No , la primera cinta de James Bond, rodada en 1962, la imagen más recordada es la de Ursula Andress saliendo del agua con un bikini blanco y un cinturón con un cuchillo. 40 años después, en el 2002, Halle Berry la homenajeó en la vigésima película de la saga, Muere otro día , aunque con el bikini de color naranja.
También en Lolita , la película de Kubrick de 1962, el novelista Humbert (James Mason) se enamora de la adolescente que da nombre a la película (Sue Lyon) al verla tomando el sol en bikini en el jardín de su casa. Muchos fans de Star Wars también se enamoraron de la princesa Leia Organa (Carrie Fisher) cuando cambió su característico peinado de ensaimadas por un sexi un bikini dorado en E l retorno del Jedi , en 1983.
Raquel Welch enfundada en un bikini, que pretende ser prehistórico, es la imagen más recordada de Hace un millón de años , película de 1966. Precisamente la presentadora Lara Álvarez ha hecho del bikini su uniforme al frente de Supervivientes , desde Honduras, y muchos de los modelos que luce en el programa están inspirados en el de Raquel Welch.
Bikini amarillo
Como prenda de moda, el bikini ha ido adaptándose a las tendencias del momento en tamaño, escote, tirantes y forma de la braga. La revista Sports Illustrated publica desde 1964 un número anual en invierno ( Swimsuit ) con los diseños del próximo verano y con las modelos más importantes del mundo. Aparecer en la revista y sobre todo en la portada es el objeto de deseo para muchas modelos y el trampolín a la fama. Aunque en España, durante años, el bikini más vendido del verano era el que lucía Ana Obregón en su tradicional posado veraniego en Mallorca. Y para este verano, una de las tendencias que hace, furor en las redes sociales es llevar la parte de arriba del revés.
El bikini ha creado derivados como el tanga, el microkini, el triquini, el burkini o el sling bikini (tirantes desde la braga), que en su variante masculina (manquini) fue popularizado por Sasha Baron Cohen en la película Borat.