Detener el crecimiento de las ciudades y proteger la biodiversidad “para poner el foco en la salud y calidad de vida” son dos de los cinco puntos propuestos por la vicepresidenta del Consejo Nacional de Arquitectos de Francia, Valérie Flicoteaux-Melling, para promover una urbanización sostenible en todo el mundo.
La arquitecta, encargada de transición ecológica en este consejo, es una de las especialistas que ha participado en la primera edición de ‘Otoño Verde’, un programa de actos culturales, científicos y didácticos organizado por el Instituto Francés y que, entre otros aspectos ambientales, ha examinado cómo deberían ser las ciudades del futuro.
Para Flicoteaux-Melling, frenar el desarrollo urbanístico es “la mejor solución para proteger la Naturaleza” en una estrategia que añade otros tres puntos: trabajar por una mayor descentralización, potenciar la economía local e impulsar la descarbonización.
En el caso de Francia, “la centralización es un problema porque genera una falta de vínculos de solidaridad entre ciudades grandes y medianas”y, en el aspecto económico, “hay que dar valor al comercio de proximidad” y valorar que “más cantidad no significa más calidad” a la hora de potenciar “el cuidado del hogar”.
A ello hay que sumar la importancia de la descarbonización, ya que en la actualidad más de la mitad de la población mundial vive en ciudades “pero en 2050 lo hará casi el 70 por ciento” por lo que “hay que pensar cómo hacemos para sobrevivir 8.000 millones de personas”.
En las ciudades “no podemos hacer todo lo que queremos siempre”, sobre todo cuando “el territorio habitable del planeta se está reduciendo” y ello desemboca en “la inmigración climática” que obliga a “ayudar a los países más pobres”
Cada ciudad, afirma, necesita un cambio diferente impulsado por “la voluntad política” y, así, “el encanto de París choca con algunas de las medidas medioambientales” por lo que considera necesario “definir lo que es el patrimonio cultural parisino y cómo mantenerlo habitable sin desfigurarlo con temperaturas por encima de los cuarenta grados centígrados”.
Proyecto Madrid Nuevo Norte
En su opinión la próxima adaptación de la capital francesa será la de afrontar un clima como el de Madrid y precisamente a la capital española se ha referido en la misma jornada el titular de la Oficina Madrid Nuevo Norte en la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, Ramón Cubián Martínez, para detallar este proyecto urbanístico sostenible que se prevé esté concluido en 2040.
Esta iniciativa implica una intervención de más de cinco kilómetros de longitud desde la estación ferroviaria de Chamartín hasta el límite norte con la autovía de circunvalación M40 e incluirá “14.500 metros cuadrados de Naturaleza sobre las actuales vías de tren, que son como cicatrices de Madrid”, según Cubián.
Madrid Nuevo Norte impulsará el comercio de proximidad y desplegará una red de “residencias de protección oficial” que supondrá una facilidad de acceso a la vivienda para los jóvenes, en un momento, el próximo decenio, en el que se prevé que los habitantes de la Comunidad de Madrid aumenten en un millón más de personas, que requerirán “lugares mucho más verdes y saludables” tanto en sus domicilios como en los centros de trabajo.
Ciudad de los 15 minutos
En ‘Otoño Verde’ también ha participado el catedrático emérito de Arquitectura Bioclimática en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, Francisco Javier Neila González, quien ha defendido el concepto de “ciudad de los 15 minutos” que, para tener éxito, debe conseguir que “la ciudad sea paseable”.
Entre los desafíos a afrontar por las urbes del futuro, Neila ha destacado el fenómeno de “la isla de calor”, que se genera “sobre tres pilares básicos: la radiación, la contaminación y el calor antropogénico” y que constituye una de las razones para potenciar un “reverdecimiento” urbano.
Fuente: Agencia EFE