La Corte Electoral uruguaya comenzó este martes el escrutinio secundario de los votos emitidos en el balotaje del domingo para oficializar al ganador de los comicios, en los que el centroderechista Luis Lacalle Pou obtuvo la mayoría de votos. En poco más de 24 horas se completó el recuento en nueve departamentos, en los que se registró un leve aumento de la ventaja a favor del postulante opositor.
Lacalle Pou sumó 491 votos más de los que había obtenido el domingo, y el oficialista Daniel Martínez perdió 142, según informa El País. Si esta tendencia se mantiene, será imposible para Martínez revertir la diferencia.
Por esa razón, el gobierno y el Frente Amplio ya preparan la transición. El presidente Tabaré Vázquez tiene pensado reunirse el lunes con Lacalle Pou para comenzar a discutir el cambio de mando, informó El Observador.
Martínez dijo que va a esperar el resultado del escrutinio secundario para reconocer la derrota. Pero el pasado lunes se comprometió a saludar personalmente a Lacalle Pou “cuando se confirme que él es electo”.
Lacalle Pou obtuvo 1,168 millón de votos en el balotaje, frente a 1,139 de su rival, una diferencia de menos de 30.000 votos que es, a su vez, inferior a los votos “observados” —cuando los electores sufragan en circuitos que no les corresponden o no figuran en el padrón—, que totalizan 35.000 y que siempre demoran en contabilizarse, pues debe cotejarse la identidad del votante en el padrón electoral. Según la consultora en estadísticas Enia, Martínez necesitaría que 91 por ciento de los votos “observados” le fueran favorables para torcer el resultado del escrutinio primario.
El presidente de la Corte Electoral, José Arocena, adelantó que el resultado final se conocerá entre jueves y viernes. Además del proceso de los votos “observados”, el escrutinio secundario contabiliza voto a voto en cada uno de los 19 departamentos en los que se divide Uruguay.
Los delegados de los partidos que asisten a los conteos departamentales pueden pedir al organismo electoral que considere válidos votos que fueron anulados por alguna anomalía, como una papeleta en mal estado, por ejemplo. Los votos anulados que luego son aceptados como válidos son históricamente escasos. En la primera vuelta electoral de octubre, los votos anulados que fueron finalmente contabilizados apenas alcanzaron 1.700, una cifra que no afecta el resultado de la elección, explicó a la agencia AFP Federico Comesaña, director de Enia.
Con 48,71 por ciento de los sufragios para Lacalle Pou y 47,51 para Martínez, una diferencia en números absolutos de apenas de 30.000 votos, el electorado uruguayo quedó partido en dos, aunque tras la primera vuelta, que definió la composición del Congreso, Lacalle Pou —al frente de una coalición de cinco partidos— tendrá mayoría parlamentaria para gobernar a partir del primero de marzo de 2020.