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Condenas de hasta siete años de prisión por maltrato en un jardín de infantes

Este lunes se conoció la pena para la directora, las maestras y las auxiliares condenadas por "abandono de persona agravado, amenazas y lesiones" contra al menos 40 nenes en el jardín de infantes Tribilín de San Isidro, en 2013. Las docentes ya habían sido condenadas y estaban detenidas, pero faltaba que se de a conocer la pena correspondiente. Las cinco docentes recibieron condenas que van de los 4 años y 6 meses de prisión a los 7 años y 6 meses.

Las docentes irán a la cárcel por maltratar chicos.
Las docentes irán a la cárcel por maltratar chicos.

La fiscalía había pedido 10 años de cárcel para todas por igual, la pena máxima en este tipo de delitos, y la querella pidió 12 años, porque agregó el delito de "amenaza" para tres de ellas. La medida recae sobre Noemí Nuñez, Mariana Buchniv, Yanina Gogonza, Noelia Gallardo y Vanina Diap, respectivamente la directora, dos docentes y dos auxiliares. Las cinco mujeres fueron detenidas tras la condena que les dictó el Tribunal el 18 de octubre, por un posible peligro de fuga. A lo largo de las siete audiencias, más de 80 testigos aportaron datos a la causa.

Las docentes fueron condenadas por unanimidad. Según los jueces, se comprobaron maltratos que les dejaron a los chicos secuelas psíquicas y de aprendizaje, y las maestras colocaron en riesgo la salud física y psíquica de sus alumnos.

La mayor pena recayó sobre la directora, Noemí Núñez, condenada a 7 años y 6 meses de prisión. Su socia, Mariana Buchniv, recibió 5 años y 6 meses de prisión. La docente Yanina Gogonza, a quien en un audio se escuchó decirles fuertes frases a los chicos, también recibió una de las condenas más elevadas: 7 años. En tanto, la auxiliar Noelia Gallardo fue sentenciada a 6 años y 3 meses de prisión y la otra auxiliar, Vanina Diap, a 4 años y 6 meses de prisión. En todos los casos, fueron además inhabilitadas por 10 años para todo tipo de actividad relacionada con niños.

Ninguna de ellas estuvo presente en el momento de la sentencia. "No vinieron porque prefirieron quedarse en la celda", explicó a Clarín el abogado querellante, Sergio Arenas.

Están detenidas en la Comisaría de la Mujer ubicada en Juncal 46, Martínez. "Ya pidieron cupo al Servicio Penitenciario para que las lleven a una cárcel. El traslado depende de cuándo se liberen cupos. Igual, no creo que tarden demasiado. No es como los varones, que no hay lugar. Las cárceles de mujeres no están superpobladas", agregó el abogado.

"Es algo inédito", confirmó Arenas. "Es la primera condena que yo tenga memoria, o un registro, de una sanción de estas características, por maltrato en un jardín", sostuvo. Respecto a la pena, comentó que "habíamos pedido más, pero estamos conformes".

La decisión del Tribunal fue celebrada también por el Ministerio Público Tutelar, organismo del Poder Judicial de la Ciudad que vela por los derechos de niñas, niños y adolescentes. "La sentencia condenatoria, es acorde a la protección que desde la justicia debemos brindarle al colectivo más vulnerable", dijo Yael Bendel, asesora general tutelar.

Bendel comentó que "se hizo justicia" y resaltó el carácter ejemplificador del fallo porque "pone énfasis en la condición de vulnerables de las niñas y niños y la especial posición que tienen los adultos encargados del jardín en cuanto garantes del cuidado de los niños".

El episodio se conoció en el verano de 2013, cuando el papá de una nena que no quería ir a la escuela le puso un grabador en la mochila y registró lo que sucedía entre las paredes del establecimiento de O’Higgins 591, en Beccar.

Las más de cinco horas de grabación que se dieron a conocer dejan al descubierto el maltrato que recibían los chicos y los castigos a los que eran sometidos.

“¿Podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear? Dejá de gritar, callate. ¿Querés ir a la pileta?” se escucha, siempre con llantos de fondo, en un audio en el que se hace referencia a “la pileta”, uno de los castigos que les imponían a los niños.

"Mi hija ahora tiene 6 años y al día de hoy todavía no quiere bañarse sola en la ducha porque no quiere agua en la cabeza", dijo una de las madres denunciantes luego de que se conociera la sentencia.

Hay otros diálogos en los que los asustan con las consecuencias de contarles a sus papás lo que les hacían: “Callate, callate. Guay que vayas a decir cualquier huevada a tu casa. ¿Escuchaste?”.Durante la hora de la comida, los chicos también vivían un infierno. “Comé vos. Abrí la boquita. Guay que vomites”, le gritan a una nena. “Decime por qué vomitaste. ¿Por qué vomitaste, pendeja de mierda? Por tu bien que hayas tragado, mogólica”. “¿Estás loca, nena? Tragate lo que te puse en la boca porque vos ya me cansaste”.

Según las defensas de las docentes, la condena es desmedida y no hubo pruebas de maltratos físicos. Adrián Murcho, defensor de la directora, había asegurado a mediados de octubre que la condena fue por "grave daño en la salud psicológica", pero "los peritos psicológicos dijeron que los daños no los tienen hoy, que podrían surgir a futuro". "Están basando la condena en algo que no pasó, que puede llegar a pasar", había afirmado.

Fuente: Clarín.

 

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