La temperatura desciende todos los días un poco más y el frío se va adueñando de nuestras casas. En ese momento pensamos en calefaccionar los lugares, pero si el objetivo es ahorrar un poco de energía, debido a los altos costos, en esta nota de AIM, te dejamos algunas ideas posibles para llevarlas a cabo.
Para evitar sorpresas en las facturas de gas o luz, se pueden tomar una serie de medidas que permitirán mantener a una temperatura agradable una vivienda sin necesidad de recurrir a la calefacción.
Ventilación, la justa
Si hace frío, no es aconsejable abrir las ventanas durante más de 5 minutos. Es tiempo suficiente para airear la casa sin dejar escapar el calor acumulado dentro de la vivienda, sobre todo en las paredes. Este calor se mantendrá hasta que se vaya el sol y entonces pasará de las paredes al aire. De todos modos, recordamos que es necesario ventilar los ambientes todos los días y si es necesario, con el contexto sanitario actual, varias veces al día.
Aprovechar el sol
Si hay sol, abrir las cortinas, levantar las persianas y dejar que el sol entre en la casa. Es una de las mejores maneras de que el aire del interior, las paredes y el suelo se calienten. Y cuando el sol se vaya, el recorrido es a la inversa: hay que cerrar cortinas y bajar persianas para evitar que el calor se vaya al exterior.
Cerrar puertas
Si hay algún ambiente de la casa que no se usa, lo mejor es cerrar la puerta y dejarla aislada del resto de la vivienda. De esa forma, el calor se quedará en las habitaciones donde hacemos la vida habitualmente.
Poner las alfombras
El mejor aislante en el suelo de una casa es la madera (el parquet) y las alfombras. Colocar estas en estancias como el living, delante del sofá por ejemplo, y en las habitaciones, al lado de la cama es la mejor forma de evitar que el calor se vaya por el suelo.
Usar burletes
Por las puertas y ventanas que dan al exterior de la vivienda puede entrar el aire frío. Lo mejor, colocar burletes para impedir la entrada del aire frío.
Ropa de abrigo
Aunque se esté dentro de casa, no es aconsejable ir vestido como si fuera verano. Nada de manga corta. Hay ropa de invierno muy cómoda que nos mantendrá calientes y nos permitirá ahorrar energía. Aunque vayamos a estar todo el día en casa, la comodidad no es incompatible con la eficiencia. Y si vamos a ver la televisión o leer un libro, una manta de sofá viene muy bien.
Bolsa de agua caliente
Un método tan tradicional como efectivo que ayuda a calentar el cuerpo de manera casi inmediata. Actualmente existen unos cojines rellenos de semillas que se calientan en el microondas y que pueden suplir perfectamente a las bolsas de agua caliente.
Colores oscuros
Si en primavera y verano se aconseja el uso de colores claros, tanto en la ropa como en la decoración, para el invierno es mejor que los colores sean oscuros. La razón: el color oscuro absorbe mejor la energía calorífica durante el día y la devuelve en forma de calor durante la noche.
Bebidas calientes
Tomar una bebida caliente da una sensación de confort y permite entrar en calor sin apenas esfuerzo. Se puede aprovechar el calor que desprende la taza para calentarnos las manos, dando mayor sensación de comodidad.
Aprovechar fuentes de calor
Aunque poco, los electrodomésticos desprenden calor y hay que saber aprovecharlo. Por ejemplo: si se usa el horno para hacer una comida, cuando se acabe de usar es mejor dejarlo abierto para que el calor de su interior se distribuya. O, si se usa la plancha, hacerlo en la estancia en la que se vaya a necesitar más calor.
Es posible que se tenga la sensación de que estas medidas usadas de manera individual apenas van a contribuir a mejorar la temperatura de una vivienda. Pero si las aplicamos todas ellas, o un buen número, seguro que se conseguirá mejorar la sensación de confort… y, de paso, un buen ahorro en las facturas.