El Casal de Catalunya de Paraná, como cada año, se suma a la celebración del cumpleaños de la Ciudad, realizando la ya tradicional Fiesta de Sant Joan en su 24ª edición, Declarada de Interés Municipal por Decreto N°1014.
Será este domingo 23, desde las 16.30, cuando en la Costanera Baja el Casal de Catalunya celebre Sant Joan con una gran fogata, música, fuegos artificiales y danzas alrededor del fuego. La propuesta, con acceso libre y gratuito, se realiza celebrando el 211° aniversario de la ciudad de Paraná., comenzará con el montaje del Ninot (muñeco) en la playa del Balneario Municipal y la preparación de la fogata, mientras se vayan sucediendo las actuaciones musicales y diferentes danzas que culminarán con una ronda alrededor del fuego.
Al momento de la caída del sol, los jóvenes encenderán la fogata y será el mágico momento del calor del fuego, las luces artificiales y las estrellitas para los más chicos.
Con la consigna Abrigarse y participar! EL Casal reedita año a año la fogata de San Juan para recuerdo de los mayores que cuentan a los más chicos cómo eran sus fogatas cuando Paraná y otros pueblos de Entre Ríos eran más jóvenes
Esta Fiesta Cultural cuenta con el auspicio de la Generalitat de Catalunya, Dep. Exteriores y Unión Europea y de la Municipalidad de Paraná.
Trasfondo y esencia
Desde hace veinticuatro años, solo suspendida por la interrupción debida a los años de pandemia, Paraná tendrá una nueva tarde noche de Sant Joan y festejará, como desde el año 2000, una festividad muy antigua en la que se celebra la llegada del solsticio de verano en el hemisferio norte cuyo rito principal consiste en encender una hoguera con la finalidad de "dar más fuerza al sol" y, en el caso de los Països Catalans –Cataluña Norte, Cataluña, País Valenciano, Islas Baleares, Alguer, Andorra- la Flama del Canigó es un ritual cada vez más arraigado y popular. Se mezcla con la celebración de San Juan para evocar la identidad común de las tierras de habla catalana. El fuego de la Flama del Canigó nunca se apaga, durante todo el año permanece en el Castellet de Perpiñán hasta que, el 22 de junio, se lleva hasta la cima del Canigó. A la medianoche en punto, el fuego de la Flama se distribuye entre los presentes y, de inmediato comienza el recorrido, en el que se va expandiendo y desdoblando para encender las fogatas de San Juan de centenares de poblaciones. Los voluntarios portan La Flama del Canigó a pie, en coche, en bicicleta, en barca, a caballo o con cualquier medio de transporte posible y así llega a todos los rincones, cada pueblo, villa o ciudad organiza el recibimiento de la Flama a su manera: con música, diablos, danza, castells... Sin embargo, el ritual es compartido: en todas partes, cuando la Flama ya ha llegado a su destino, antes de encender las fogatas, se lee un mensaje común para recordar el significado de la iniciativa, una simbología vinculada con la persistencia y la vitalidad de la cultura catalana