“Actualmente se verifican las condiciones necesarias para repetir o inclusive agravar” el escenario más crítico de 2019 para el Río Paraná y la Cuenca del Plata, al que entonces se caracterizó como el de mayor gravedad del que se tenía registros en el último cuarto de siglo, puntualizó un reporte de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) del Ministerio de Agricultura de la Nación, en base a un informe del Instituto Nacional del Agua (INA).
En pocas palabras: la situación no tiene visos de mejora en los próximos meses.
La noticia así precisada ayer –hace meses que se viene señalando el avance de este fenómeno adverso- enciende a su máxima intensidad una luz roja para la marcha de las exportaciones agrícolas argentinas, uno de los pocos pilares que están soportando la debacle económica que se profundizó con la pandemia del Coronavirus y las esperanzas de la administración gubernamental Fernández, para el manejo de los fondos públicos.
Y al mismo tiempo, ilustra sobre la necesidad de una resolución razonable y consensuada de un tema pendiente: la nueva concesión del balizamiento y dragado de la principal vía fluvial argentina.
Bajante extraordinaria
La Cuenca del Plata viene siendo monitoreada por el INA desde 1983, sin discontinuidad, observándose la evolución hidrometeorológica, así como las tendencias climáticas, y poniendo énfasis en los eventos extremos.
En junio de 2019 comenzó a desarrollarse una sequía en la cuenca del río Paraguay, que luego se extendió a prácticamente toda la Cuenca del Plata. La máxima expresión de este proceso fue registrada durante el otoño de 2020 y se caracterizó como extraordinaria.
“No se había registrado un escenario tan grave en los anteriores 25 años, período que normalmente se toma para la referencia estadística”, subraya el Instituto.
Actualmente se verifican las condiciones necesarias para repetir, o inclusive agravar, aquél escenario crítico.
Conversaciones con países vecinos
Las conversaciones formales con los países vecinos se han mantenido, concentrando la atención en el caudal en el río Paraná y especialmente en los niveles frente a las tomas de agua urbanas.
Según el INA, la operación de embalses de la alta cuenca del río Paraná en Brasil no es la causa de la bajante. Vale resaltar que las reservas actuales en los embalses son inferiores a las de 2020. Los valores de caudal actuales y los esperables son muy inferiores a los valores normales y podrían aproximarse a los mínimos históricos.
Perspectiva francamente desfavorable
La tendencia climática regional, con horizonte en el 31/08/2021, presenta una perspectiva desfavorable, con baja probabilidad de una recuperación franca en los próximos meses.
La bajante en los grandes ríos obedece principalmente a la persistencia de lluvias inferiores a las normales.
Esta situación, evidenciada desde 2019, no tiene visos de mejora en los próximos meses. Debe considerarse además el efecto complementario y agravante que tiene en ocasión de escenarios críticos los cambios en el uso y en la no conservación de los suelos, concluye el reporte de la ORA.
Agroverdad