El Foro de Adultos Mayores de Paraná repudió “la falsa categorización de la Organización Mundial de la Salud (OMS) e invita a todas las ONG que adhieran solidariamente a nuestro claro propósito de prevenir y erradicar del imaginario social el concepto de ‘viejísimo’ en relación a los adultos mayores, como así también, apoyar y sostener la dignidad, los derechos y libertades que supimos conseguir”, indicaron a AIM.
Ante el desafortunado equívoco de la OMS de aseverar que el envejecimiento será una enfermedad en 2022, el Foro manifestó “su rotundo rechazo a tal valoración, fundada en estereotipos obsoletos y prácticas discriminatorias, repugnantes al espíritu vital de este grupo etario”.
La historia, memoria iluminadora de la Humanidad, enseña que en oriente y occidente hubo una especial consideración a la mayoría de edad de sus miembros: “Platón en República y Cicerón en De senectute nos enseñan que es necesario convocar a los de mayor edad para que asesoren en la gestión del gobierno de la ciudad. Esas personas han sido ejemplos de vida, ‘pilares de la sociedad’ porque durante años han acumulado sabiduría y experiencia, han prestado servicios a su comunidad, han producido y aportado para ella innumerables bienes”.
“Hoy nos sorprende esta intempestiva calificación de la OMS. Recientemente se declaró2021-2030 Década del envejecimiento saludable, en aras de mejorar la salud mental, asegurar la independencia y garantizar calidad de vida a los adultos mayores, que hemos contribuido a forjar el presente actual mediante nuestro trabajo y aporte de dinero a los erarios públicos”, indicaron.
En ese sentido, señalaron que “no es casual que en el mundo se incremente la población de mayor edad debido a notables avances en la salud, en la relación social, y las prácticas deportivas, artísticas e intelectuales. Es evidente que no somos descartables, que seguimos creando y produciendo, y contribuimos educando a las nuevas generaciones en los ideales de la libertad, la justicia y la defensa de los DDHH que hemos alcanzado”.
Este cambio del paradigma construido en las últimas décadas, tal como asume la OMS, “generó profundo malestar entre las instituciones vinculadas a los adultos mayores y los alcances satisfactorios de la longevidad. Considerar “enfermedad” a un proceso natural en la vida de los seres humanos significa un retroceso y una sustancial falta de respeto a sus logros personales. La autonomía basada en las habilidades diversas, la vida saludable, las actividades culturales, de esparcimiento e intercambio social constituye un mérito admirable e innegociable”.
“La gravedad de tal viraje conceptual compromete seriamente el bienestar de esta franja etaria al introducir la patologización como estado permanente e inevitable, que pone en tela de juicio las libertades y derechos de estos sujetos. Favorece el criterio de inhabilitación física y mental, el aislamiento y abandono. Pone en disputa las políticas públicas que contemplan sus necesidades de todo orden”, remarcaron.
Además, indicaron que “arriesga sus derechos cívicos y la autonomía para ejercer aquellos que los habilitan a disponer de sus bienes, de sus competencias cognitivas, a viajar, a casarse, y llevar una vida digna y de calidad”.