"El intento de asesinar a Cristina Kirchner buscó alterar una construcción de 40 años", dijo el presidente en su primera conferencia presencial en la Asamblea General de las Naciones Unidas
El presidente Alberto Fernández pidió un "rechazo global" a los "discursos extremistas y violentos" que buscan "erosionar" a las sociedades y a la democracia, al hablar en la 77° Asamblea General de la ONU que se lleva a cabo en Nueva York.
Parado por primera vez ante los líderes del mundo reunidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Presidente le dio a su mensaje anual más importante en la arena global una fuerte impronta política al otorgarle un lugar estelar al intento de magnicidio contra la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y afirmar, apenas abrió su discurso, que el atentado buscó alterar la construcción democrática argentina de las últimas cuatro décadas.
“En la Argentina el intento de asesinar a la Vicepresidenta no solo afectó la tranquilidad pública. También buscó alterar una virtuosa construcción colectiva que el año entrante cumplirá cuatro décadas de vida”, sentenció el Presidente, el undécimo jefe de gobierno en hablar ante casi doscientas delegaciones de todo el mundo.
A lo largo de su mensaje, Alberto Fernández recorrió los problemas del mundo y del país, y en el arranque condenó, al hablar del fallido intento de asesinato a la vicepresidente, a “la violencia fascista que se disfraza de republicanismo”.
“En la Argentina, el intento de asesinar a la vicepresidenta no solo afectó la tranquilidad pública. También buscó alterar una virtuosa construcción colectiva que el año entrante cumplirá cuatro décadas de vida. En 1983 recuperamos la democracia, e iniciamos un largo ciclo histórico en el cual alternaron en el gobierno distintas fuerzas políticas”, dijo el mandatario.
“Los argentinos construimos el acuerdo del “Nunca Más” al terrorismo de Estado y a la violencia política. Valoramos la democracia como un modelo de desarrollo social que exige respetar al otro en la diversidad. Estoy seguro de que la violencia fascista que se disfraza de republicanismo no conseguirá cambiar ese amplio consenso al que adhiere la inmensa mayoría de la sociedad argentina”, agregó.
El mandatario consideró que, "aprovechando la desazón que generó la pandemia y los efectos económicos de la guerra, los discursos extremistas y violentos proliferaron y encontraron tierra fértil para sembrar el sentimiento antipolítico en nuestras sociedades", por lo que, dijo, "guardar silencio ante semejante evidencia puede conducirnos a poner en crisis el mismo Estado de Derecho".
"Quienes buscan debilitar y erosionar a las democracias tienen intereses específicos que los llevan a promover la polarización extrema. No aceptemos resignados esa situación. Generemos un enérgico rechazo global a quienes promueven la división en nuestras comunidades", planteó.
Además del mensaje político, el discurso tocó los temas centrales de la política exterior argentina. Fernández habló sobre democracia, la deuda externa, el azote de la pandemia del coronavirus, la seguridad alimentaria y energética, el cambio climático, la lucha contra la pobreza y la desigualdad social, la defensa de los derechos humanos –no hubo menciones a las violaciones en Nicaragua, Cuba o Venezuela, pero si un pedido para levantar los “bloqueos” a las dos últimas–, condenó el terrorismo y reiteró el reclamo a Irán por el atentado a la AMIA, y al Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas.
En la primera fila lo escuchaban la primera dama Fabiola Yañez y casi todos los funcionarios de la delegación oficial: el canciller Santiago Cafiero, el embajador Jorge Argüello y la representante argentina ante la ONU María del Carmen Squeff, entre otros.
Refirió que "la defensa de los derechos humanos forma parte de nuestra identidad y de nuestra historia", en la cual "las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo nos enseñaron a persistir y a luchar".
Por otro lado, bregó por "imponer el diálogo y recuperar la paz en la disputa iniciada con el avance militar de la Federación Rusa sobre el territorio de Ucrania".
El Presidente pidió el cese de hostilidades en la guerra de Ucrania –esta vez no usó la palabra “invasión”, sino “avance militar” al referirse a la agresión de Rusia– y buscó colocar a la Argentina como un futuro proveedor estratégico en dos frentes donde reinan las necesidades: energía y alimentos.
La seguridad alimentaria volvió a ocupar buena parte del discurso y de la agenda de Fernández durante su gira. “No podemos transitar este tiempo con hambrunas. Los recientes informes de la FAO alertan sobre el impacto de la excesiva volatilidad de los precios de algunos alimentos”, dijo.
“Siempre hemos pregonado la solución pacífica de las controversias. Es imperioso que cesen todas las hostilidades desatadas. Por ese motivo, necesitamos trabajar unidos para imponer el diálogo y recuperar la paz en la disputa iniciada con el avance militar de la Federación Rusa sobre el territorio de Ucrania”, afirmó el presidente.
Más adelante, definió el lugar que puede llegar a ocupar la Argentina en el mundo: “Trabajamos para garantizar que este camino de sostenibilidad ambiental y seguridad alimentaria y energética sea posible. Pero todo esfuerzo será en vano si no transitamos ese camino en un marco de desarrollo económico y social más equitativo”.
El Presidente condenó el terrorismo, volvió a pedirle a Teherán que coopere con la Justicia para esclarecer el atentado a la AMIA y reiteró su predisposición para volver a la mesa de negociaciones con el Reino Unido para discutir la soberanía de las Islas Malvinas, un conflicto estancado. Sobre el final, volvió a tocar el tema de la desigualdad, uno de sus favoritos.
“Vivimos en un mundo donde las injusticias y desigualdades se incrementan. Al mismo tiempo, crecen los riesgos para las democracias, se resquebraja la paz y se potencia la incertidumbre. Tenemos un deber ético impostergable. Es ahora. Debemos trabajar e implementar acuerdos globales efectivos que erradiquen el hambre, que reduzcan de modo drástico las desigualdades, que aseguren la estabilidad democrática, la paz y la convivencia”, dijo ya al finalizar.