El insecto Delottococcus aberiae, de un tipo conocido con nombres populares como por ejemplo cotonet o melazo, se alimenta de la savia de las plantas, lo que puede llegar a debilitarlas notablemente; además, excreta una sustancia pegajosa rica en azúcares llamada melaza que provoca el crecimiento de hongos y bacterias que dañan y deprecian las cosechas. Uno de los sectores más afectados por esta plaga es el de los cítricos, en el que puede llegar a causar pérdidas de más de un 50 por ciento de la cosecha en ataques severos. Daña también a otros cultivos tropicales como el café y guayabo y subtropicales y templados como el olivo y el peral.
Este insecto fue detectado en 2009 en la zona de Les Valls (Valencia, España), seguramente proveniente de Sudáfrica. Desde entonces, su zona de influencia no ha parado de crecer y los daños que provoca se han ido observando en zonas cada vez más lejanas al punto de introducción. Respecto a otros insectos de su tipo, el cotonet de Les Valls “resulta especialmente dañino porque cuando está presente durante el cuajado provoca la deformación o la reducción del tamaño de los frutos”, explica Vicente Navarro, investigador del grupo de Ecología Química Agrícola (Ceqa) del Instituto Agroforestal del Mediterráneo, en Valencia.
Los enemigos naturales de otros cotonets no resultan eficaces contra este melazo porque el cotonet de Les Valls requiere menores temperaturas para su evolución y empieza a reproducirse cuando los depredadores y parasitoides que hay en la zona aún no pueden hacerlo.
En este contexto, el único control posible, hasta ahora, era el control químico con insecticidas de amplio espectro que provocan desequilibrios o el aceite parafínico en agricultura ecológica. En la búsqueda de nuevos tratamientos alternativos, investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), pertenecientes al grupo de Ecología Química Agrícola (Ceqa) del Instituto Agroforestal del Mediterráneo, han conseguido aislar e identificar la feromona sexual del cotonet de Les Valls, Delottococcus aberiae, lo que puede resultar en el desarrollo de nuevas estrategias para luchar contra este insecto.
Este descubrimiento es el resultado de 4 años de investigación y de la colaboración con la empresa Ecología y Protección Agrícola SL (EPA SL) y de la Generalitat Valenciana por medio de dos convenios de Investigación firmados en 2017 y 2018.
La feromona identificada es una molécula totalmente nueva que ha sido objeto de patente por la UPV y EPA SL. Esta feromona ha demostrado tener una gran actividad, lo que supone una nueva herramienta para luchar contra esta importante plaga. La feromona, además de posibilitar la detección precoz de la plaga, permitirá estudiar el ciclo biológico y determinar los momentos óptimos de tratamiento, así como desarrollar métodos de control como la confusión sexual o la atracción y muerte, lo que supondría una solución ecológica y respetuosa con el medio ambiente.
Fuente: UPV