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Política
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De los cañones a los misiles

Gracias a la decisión del "gordo" Enrique VIII de dotar a la flota de cañones de hierro, Inglaterra comenzó a predominar en los mares para después  predominar en el comercio y la industria.

Dos bombarderos nucleares rusos Tu-160 en Venezuela. (AFP).
Dos bombarderos nucleares rusos Tu-160 en Venezuela. (AFP).

Enrique no solo se casó varias veces y mató a algunas de sus mujeres entre postre y postre, sino asumió la jerarquía de Papa de la religión que creó, la anglicana, y de paso se apoderó de los bienes de Roma en Inglaterra.

El amor todo lo puede

Un historiador cuenta que el verdugo que debía matar a Ana Bolena, la mujer por la que Enrique rompió con el el Papa, se quejó  del costo de afilar las hachas, que el verdugo debía asumir. Los filos  se mellaban cuando cortaban los cuellos y además el hacha no era eficiente, al punto que algunos condenados exigían varios hachazos antes de dejar partir el espíritu a los cielos.

Advertido de estos inconvenientes, Enrique dispuso una excepción para Ana, con estas palabras: "para tí, mi amor, lo mejor". Y mandó decapitarla a espada.

Pero la comida y las mujeres no eran las  únicas pasiones de Enrique. Sabía que Inglaterra  necesitaba de una flota poderosa para estar a la altura de otras potencias europeas, que por entonces le llevaban ventaja. No podía armar la flota como pretendía, porque no había bronce suficiente para los cañones. Entonces, lo que parece no se le había ocurrido a nadie antes, dispuso construirlos de hierro, mucho más abundante y barato, a pesar de la dificultad para fundirlo.

Inglaterra señoreó los mares durante siglos, con el lema "Britania rule the waves". Entonces llegó el tiempo en que según Churchill "la libertad viaja detrás de los cañones de la flota británica". Viajó impulsada   por los banqueros  libertarios de Londres hasta que  el triunfo agónico ante los nazis obligó a dejar la posta a los Estados  Unidos, su descendencia rebelde.

Tiempos modernos

Desde el fin de la segunda guerra mundial Estados Unidos ejerce supremacía naval gracias a su flota, en particular a la docena de portaaviones nucleares.

Pero nada es eterno en este mundo, el adversario vigila y los laureles invitan al sueño. Los rusos, que han logrado un renacimiento militar inesperado después de la caída de a Urss,  descubrieron en la flota todopoderosa una debilidad  y crearon los misiles hipersónicos, que hacen del acero más duro la manteca más blanda.

Los hipersónicos son misiles que pueden viajar cinco veces más rápido que el sonido, de modo que cuando se los ve venir, si se los ve, es  casi imposible contrarrestarlos con los medios actuales.

A esta dificultad se suma que el poder de estos misiles es mayor debido a la gran velocidad con que llegan al objetivo.

Un misil de esta índole cuesta mucho menos que un buque; es muy efectivo contra las flotas, que navegan ahora en  un mar de inseguridad  al punto que los portaaviones  yankis estan por ahora anclados en los Estados Unidos.

Rusia advirtió que los misiles antibalísticos estadounidenses no ofrecen protección contra proyectiles hipersónicos, que caen sobre los buques desde unos 35.000 metros de altura.

Los estadounidenses lamentan ahora el poco interés que que pusieron antes en las armas hipersónicas. Quedaron retrasados,  dormidos en el colchón de laureles que ofrecía la flota.

El misil ruso Tsirkon, 'el golpe imparable', es la amenaza más grave para la hegemonía naval estadounidense, porque no hay defensa todavía contra él.

El misil  Tsirkon tiene un alcance de 400 kilómetros y puede acelerar hasta   6.120 kilómetros por hora.

Un buque solo tendría un tiempo de respuesta de un minuto a una distancia de 160 kilómetros. Si la distancia es menor, merma más la capacidad de reacción. La destrucción o el daño del buque en la mayoría de los casos está  garantizada.

El Tsirkon puede ser lanzado desde submarinos,  desde buques de  guerra e, incluso desde aviones. Si se dispara desde un altura de 30.000 metros, el impacto sería 50 veces más potente que el de cualquier misil mar-mar, tierra-mar existente en la actualidad. Es un formidable cazador de portaaviones, buques que hasta ahora, con sus aviones y helicópteros, con la flota de submarinos y buques de superficie que los acompañan, eran  casi invulnerables

El Yu-71, o proyecto 4202 está todavía en  fase experimental, pero sus capacidades son mayores que las de todos los misiles  conocidos.

El Yu-71 puede alcanzar velocidades entre 6.000 y 11.200 kilómetros por hora hasta  5.500 kilómetros  y a una altura de 80.000 metros. Puede llevar  ojivas independientes que le permitirán desplazarse autónomamente.

En caso de un ataque naval de EEUU, una oleada de misiles Yu-71 puede poner en jaque a los grupos navales estadounidenses que intenten atacar la costa rusa del mar Báltico.

El cañón electromagnético chino

Varios años antes de lo previsto, y para sorpresa de los estrategas norteamericanos, los chinos que en otros tiempos lo inventaron todo y ahora parecen volver a "illo tempore", instalaron en un buque de guerra el temible cañón electromagnético.

El cañón llamado también "de riel" es capaz de lanzar proyectiles contra otros buque a una velocidad superior a los 6000 kilómetros por  hora,  seis veces la velocidad del sonido, y dejar sin respuesta a las defensas de enemigo. Por ahora, tiene el inconveniente de gastar mucha energía, pero debe usarse sólo en caso de guerra.

De la Redacción de AIM.

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