Poco después del mediodía de hoy comenzó el debate en las comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación sobre el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. La Campaña Nacional por el Derecho Aborto Legal, Seguro y Gratuito convocó en todo el país a acompañar en las calles. En Paraná a un pañuelazo en Plaza 1º de Mayo. “Sabemos que la primera conquista para tirar abajo el patriarcado es conquistas nuestro derecho a decidir”, sostuvo ante AIM la referente local Jorgelina Londero en relación a las expectativas que se abren ante la sanción de la Ley.

“Esperamos que salga en el 2020 y será muy fuerte para la Argentina y para Latinoamérica
Ahora somos muchas más y juntas somos poderosas. Y eso ha hecho que la opinión pública haya cambiado, que nuestras madres y abuelas quieran para nosotras lo que ellas no tuvieron”, planteó a esta Agencia Jorgelina Londero, de la Campaña por el Derecho al Aborto de Paraná. A tan solo dos años de que se debatiera por primera vez en el Congreso un proyecto de este tipo el escenario ha llegado a que 7 de cada 10 argentinos estén a favor, apunta como dato la activista que afirmar que fue un logro del movimiento de mujeres y feminista haber llevado a las prioridades de la agenda pública el reclamo por este derecho.

Será la “segunda oportunidad de cambiar y hacer la historia”, dice interpelando a los legisladores nacionales en las víspera de la actividad que se realiza en la capital provincial. El movimiento llamó a concentrar para seguir las discusiones que se abrieron hoy y cuyo tratamiento se prevé llegue al recinto el 9 o 10 de diciembre, tras habilitarse las sesiones extraordinarias e ingresar en el temario. Los congresista, subrayó Londero, tendrán la ocasión de “votar no en cuanto a sus creencias o sus convicciones, si no en cuanto a sus responsabilidad de sus funciones y que el aborto es una deuda de la democracia con las mujeres, las disidencias y las personas gestantes”

Para la militante feminista el paso en el Congreso en 2018 no fue un proyecto frustrado. “Fue la primera vez en 100 años que la discusión en del aborto se dio en el ámbito del Congreso de la Nación. Fue un logro y una conquista del movimiento de mujeres, del feminismo, que esto haya sido así. Hoy por hoy pienso así. En 2018 no fue Macri, en 2020 no es Alberto; somos nosotras, es esta la marea verde que desde 2015 es masiva, que se apoderado de las calles, y que no nos callamos más y estamos juntas y estamos organizadas. Y sabemos que la primera conquista para tirar abajo el patriarcado es conquistas nuestro derecho a decidir”, se entusiasmó.

Matices

En cuanto las diferencias entre el proyecto enviado por el Ejecutivo nacional y el motorizado por la Campaña, la integrante local del colectivo señaló que el borrador oficial tienen mucho de los argumentos del movimiento feminista. “Nosotros vemos nuestra trayectoria de lucha en esos argumentos, que son de la salud pública, de la justicia social, de la democracia, de los derechos humanos”.

En cuanto a las diferencias respecto al último proyecto de la Campaña y el enviado por el Ejecutivo marcó alguno puntos bastantes claros: “Entre la consulta de la personas en capacidad de gestar y pidiendo información y solicitando la práctica del aborto y la realización en sí nuestro proyecto dice 5 días; el del Ejecutivo dice 10 días. La otra diferencia es que el aborto tiene que salir del Código Penal y el Ejecutivo lo mantiene aunque modificando las penas. Es una importante modificación claro que sí, muy valiosa e importante, pero sigue estando dentro del Código penal, hay una penalización en determinadas causas. Creemos que por una cuestión de justicia social y democracia tiene que salir del Código Penal el aborto, no tienen que ser punible por ningún motivo”.

Y la “diferencia más contundente” es la objeción de conciencia. “Nuestro proyecto no la incluye, porque consideramos que dentro del sistema de salud pública no lo puede haber. Debe priorizarse la atención de la personas en capacidad de gestar en ese momento, sus deseos, sus necesidades sobre su corporalidad, respetar la dignidad, la vigencia de los derechos humanos y de ciudadanía”. El porqué de esta mirada, dice, estriba en
“la avanzada de los grupos antiederechos” que provoca desconfianza. “En la actualidad me resulta muy difícil que en el marco de la atención de la salud pública puede haber personas que son objetoras de conciencia y que no van a decir nada y van a derivar a otro profesional sin anteponer sus creencias y prejuicios. Me resulta difícil de creer eso por la situación de odio y fundamentalismo que estamos viendo”.