El politólogo Gonzalo Roldán, de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), analizó, en diálogo con AIM, el estado de la educación en Argentina. Desde su perspectiva, destacó los desafíos actuales y planteó propuestas para fortalecer el sistema educativo como motor de la justicia social y la equidad.

"La educación es una herramienta central para construir igualdad", explicó Roldán y subrayó que el sistema educativo argentino atraviesa una crisis profunda que afecta tanto la calidad de la enseñanza como el acceso equitativo.

Para el politólogo, uno de los problemas estructurales radica en la fragmentación del sistema: “Hoy tenemos realidades educativas muy dispares según la región y el nivel socioeconómico de los estudiantes. En muchas provincias, los recursos son insuficientes y las escuelas no pueden garantizar condiciones básicas para enseñar y aprender”, explicó.

Recuperar el rol social de la escuela

Roldán resaltó que la educación siempre tuvo un papel clave como igualador social. “Durante las primeras gestiones del peronismo, se pensaba en la escuela como un espacio donde todos los chicos, sin importar su origen, pudieran acceder a herramientas que los empoderaran. Hoy necesitamos volver a esa lógica inclusiva, adaptándola a los desafíos del siglo XXI”.

En este sentido, el politólogo enfatizó la importancia de construir un sistema educativo que permita el desarrollo integral de las personas, más allá de los saberes técnicos o laborales: “La educación debe formar ciudadanos críticos, con capacidad de transformar su entorno y aportar a la comunidad. Esa es la esencia del proyecto peronista, y es lo que debemos recuperar”.

Inversión pública y federalismo

Según Roldán, la inversión pública es clave, pero debe implementarse de manera estratégica y equitativa. “El presupuesto educativo tiene que ser una prioridad nacional, pero también es fundamental que se diseñen políticas adaptadas a las necesidades específicas de cada región. No es lo mismo una escuela rural en el norte que una escuela urbana en el centro del país”, indicó.

Asimismo, destacó la necesidad de trabajar en conjunto con las provincias para garantizar una distribución equitativa de recursos. “El federalismo no debe ser una excusa para la desigualdad. La Nación tiene la responsabilidad de coordinar y asegurar que ninguna provincia quede relegada en términos educativos”, añadió.

La formación docente, un pilar olvidado

Otro de los puntos críticos que destacó Roldán es la necesidad de fortalecer la formación docente. Según el politólogo, los institutos de formación están desactualizados y desarticulados de las demandas reales del aula.

“No podemos exigir resultados a nuestros educadores si no les brindamos las herramientas necesarias. Necesitamos un programa nacional que actualice los contenidos y las metodologías pedagógicas, y que priorice áreas como la inclusión, el uso de tecnologías y la formación en pensamiento crítico”, argumentó.

Roldán también señaló que es esencial mejorar las condiciones laborales de los docentes. “Un maestro que trabaja en múltiples escuelas para llegar a fin de mes difícilmente pueda dedicar el tiempo y la energía necesarios para innovar en el aula. Hay que dignificar la tarea docente como eje central del sistema”.

Pensar a largo plazo: la educación como política de Estado

Finalmente, Roldán insistió en que el debate educativo debe trascender la coyuntura y plantearse como una política de Estado a largo plazo. “Si no pensamos en políticas sostenidas por al menos 15 o 20 años, siempre estaremos parchando un sistema que pide a gritos una transformación de fondo”, afirmó.

Para el politólogo, esta transformación debe basarse en un diálogo amplio y participativo, que incluya a docentes, estudiantes, familias y expertos. “La educación no puede ser rehén de los cambios de gobierno. Necesitamos un consenso que garantice continuidad y estabilidad en las políticas educativas”, expresó.

Un sistema educativo con raíces y proyección

Roldán cerró su análisis destacando la importancia de recuperar el espíritu de la educación como derecho universal. “La Argentina que soñamos solo será posible si volvemos a creer en la escuela como el motor del progreso colectivo. Debemos mirar hacia adelante, pero sin perder de vista nuestras raíces y nuestra identidad”, concluyó.