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Política
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“Estas elecciones no son argentinas, son también regionales y mundiales”

Por Miguela Varela, de Revista PPV, especial para AIM. Tras el comienzo del proceso de definiciones políticas que inauguraron las Paso, el mundo volcó su mirada sobre la Argentina. A casi un mes de las elecciones, el gobierno de Macri, que recibió el mayor préstamo de la historia del FMI, quedó en la mira al demostrar el fracaso de un modelo neoliberal que no fue ratificado en las urnas. Parece que pasaron siglos desde el lunes negro post elecciones: renuncia del ex ministro de Economía Nicolás Dujovne, anuncio de “reperfilamiento” de la deuda, reinstauración del “cepo” y consolidación del binomio Fernández-Fernández que sigue sumando puntos y amenaza con una victoria aplastante.

Foto: ilustración.
Foto: ilustración.

Para complicar el escenario, dos factores irrumpieron con fuerza: por un lado, una América Latina que vive momentos de incertidumbre política y económica y, por otro, los incendios en el Amazonas desatan una crisis diplomática entre Brasil y Francia que congela las negociaciones del acuerdo Unión Europea-Mercosur.

“Y ahora, ¿qué? Tras la devastación del lunes negro, la economía argentina vuelve a asomarse al abismo”. Así comienza el editorial de Enric González en el diario El País de España a pocos días de conocerse los resultados electorales. También la reacción del Financial Times fue contundente y dio por tierra el argumento del gobierno: “los mercados le temen más a Macri que al regreso de Cristina Fernández de Kirchner”. Además, el diario británico aseguró que al presidente se le acabó el tiempo.

En este marco, Revista PPV dialogó con Juan Carlos Monedero, politólogo español y miembro de Podemos, quien declaró: “Estas elecciones no son Argentinas, son también regionales y mundiales. En España tenemos una pelea también contra el modelo neoliberal, y creo que es un momento muy especial porque la victoria de Alberto y de Cristina es una victoria que va alentar el cambio también en España y en Europa. Y por tanto, creo que cuando alguien derrota a los ´caminantes blancos´, sabemos que estos ´caminantes blancos´ son derrotables, y eso nos da alegría en todo el mundo y especialmente en España”.

Además, sobre los resultados comentó: “Esto es una toma de pulso que debe servirnos para que la gente se llene de alegría y de fuerza, pero van a venir con todo. No hay que ser ingenuos porque creo que la derrota del modelo neoliberal en Argentina es un llamado de atención en Brasil, en Chile y en todo el continente. Por tanto, creo que el capital financiero internacional no va a permitir con tanta tranquilidad que el pueblo decida. Así que esté todo el mundo muy alerta y que los próximos dos meses no se pierda ni un solo voto”.

¿Qué espera América Latina?

El impacto de las Paso habla de un rechazo popular a la profundización de un modelo neoliberal de desocupación, hambre y saqueo del estado que refuerza el triunfo de la política sobre el marketing político. En un contexto mundial de resurgimiento de los partidos de extrema derecha y de fuerte cuestionamientos a la democracia liberal, el fracaso de Macri demuestra que sólo los pueblos pueden torcer este camino. Además, la disputa por la hegemonía global entre Estados Unidos y China transforma a los países de la región en presas fáciles de las grandes corporaciones.

Ante este escenario, la derecha regional pierde fuerza y comienza a desesperarse ante una posible desbalance de su poder en países como Brasil, Chile, Paraguay o Ecuador.

En sintonía con esto, el presidente brasilero, Jair Bolsonaro, tomó la posta y arremetió contra Alberto Fernández. Sin embargo, esto no es más que una nueva señal de debilidad de Bolsonaro que, ante la ineficacia de su gestión económica y ante la creciente impopularidad de su imagen, teme un futuro similar al de Macri.

Los mismos temores se acercan a Paraguay, un país atravesado por una profunda crisis política y económica que dejó al presidente Mario Abdo Benítez al borde del juicio político, debido a la polémica sobre la compra de energía de Brasil a la represa de Itaipú.

Aún más, la situación en Ecuador no es mejor: la economía no despega y son permanentes las amenazas de encarcelar al ex presidente Rafael Correa.

Sin embargo, el tema clave de la región es Venezuela. La aplastante derrota que sufrió el macrismo promete reforzar una solución dialoguista a la situación que atraviesan los venezolanos. Esta postura es la que lleva adelante Bolivia, Cuba, Uruguay y México, en contraposición a la mirada estadounidense que apuesta a reforzar el bloqueo asfixiando a la población.

Brasil entre el miedo y los incendios

En este escenario, un nuevo factor se introduce en los destinos de la región. Los incendios del Amazonas, que comenzaron en Brasil y se extendieron hasta Bolivia y Paraguay, expusieron nuevamente la política depredadora de la derecha brasilera y la falta de tacto diplomático. No conforme con culpar a un grupo de ONGs por los incendios, Bolsonaro rechazó la ayuda económica del G7, valuada en unos 18 millones de euros hasta que Macron se disculpara por acusarlo de mentir sobre el cambio climático. La escalada verbal culminó con los insultos del mandatario brasilero hacia la primera dama francesa.

Estas tensiones no hicieron más que reavivar las dudas que tenía el gobierno francés sobre la política ambiental de Brasil y amenaza con un futuro complicado para avanzar en las negociaciones comerciales entre ambos bloques.

El impacto de este desastre ambiental puso la mirada sobre todas las potencias, incluida el Reino Unido, quien también anunció una inversión de 10 millones de libras para restaurar las áreas afectadas.

Según los datos informados por el Instituto Nacional de Investigación Espacial (Inpe), el mes de septiembre comenzó con casi 1000 focos de incendio en el Amazonas. Pero está situación se gestó con las deforestaciones que, según el mismo Inpe, afectaron 1864 kilómetros cuadrados de selva sólo en el mes de julio. Una vez publicados estos datos, Bolsonaro despidió al director del Instituto.

La contracara de la postura brasilera, fue la de Evo Morales quien, hasta el momento, desembolsó unos 11 millones de dólares para combatir el fuego en el oriente boliviano. Además, cuenta con el apoyo financiero de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) que lleva aportados unos 2000 millones de dólares.

Con este frente interno, el gobierno de Bolsonaro complica sus expectativas con lo que sucede del otro lado de la frontera. Una de las medidas que asustó a varios empresarios brasileros fue el control a la salida de dólares, medida que no esperaban de un manual tan ortodoxo como el de Macri. Y como si fuera poco, Datafolha dio a conocer una encuesta en la cual la reprobación de la figura presidencial subió del 33 a un 38 por ciento.

Con estas cartas sobre la mesa, una parte de la región mira con entusiasmo el resultado de las elecciones argentinas y espera nuevos escenarios que aceleren el final de los gobiernos de derecha, o que influya de manera positiva en los comicios de Bolivia y Uruguay. Para actores como Brasil y Paraguay, un triunfo del peronismo anticipa un final cada vez más cercano.

Argentina es un factor decisivo que no sólo afecta el equilibrio de poder entre fuerzas de derecha y progresistas, sino que, además, de ella dependen las negociaciones del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.

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