Frente al retroceso en los derechos conquistados por parte de las mujeres y el colectivo de diversidad sexual que se viene dando en Argentina en el último año, “resulta francamente significativa esta especie de actitud presidencial por parte de Javier Milei en sus intervenciones públicas, tanto con sus gestos obscenos como con el tenor de sus discursos, a lo cual calificaría como una especie de apología machista de la violación”, dijo a AIM la militante feminista, docente investigadora jubilada de la Facultad de Trabajo Social e integrante de la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries de Paraná, Isela María Firpo.
“El retroceso de los derechos de las mujeres y del colectivo de diversidad sexual en nuestro país debe leerse y entenderse a la luz de un proceso político que está favoreciendo, indudablemente, la acumulación en los grupos concentrados de poder económico y que es a costa del avasallamiento de los derechos y hasta el aniquilamiento de grandes sectores de la población”, afirmó Firpo a esta Agencia.
Remarcó que lo anterior “no es un dato menor si estamos hablando del terreno de los derechos humanos. En este sentido, esta especie de modelo de concentración obsceno y escandaloso se cruza con una diatriba de neto corte conservador en contra de derechos adquiridos”.
En este sentido, señaló Isela Firpo, “resulta francamente significativa esta especie de actitud presidencial por parte de Javier Milei en sus intervenciones públicas, tanto con sus gestos obscenos como con el tenor de sus discursos, a lo cual calificaría como una especie de apología machista de la violación -Franco Torchia habla de homofobia de Estado en este sentido-, esto es una apología del abuso sexual y de la violación, no casualmente hay un cruento embate contra esa ley formidable que es la Educación Sexual Integral (ESI)”.
Analizó que: “Nada de esto sería posible sin la anuencia de vastos sectores o figuras políticas, tanto a nivel nacional como provincial, que prestan su anuencia y su apoyo a medidas de este tenor. En este sentido, se está frente a una especie de actitud de humillación aceptada por parte de grandes sectores de la clase política argentina a cambio de determinadas migajas económicas”.
En este sentido, marcó Isela Firpo, “también frente a lo que una podría hablar de esta especie de moralina pseudoconservadora a favor de la moral y las buenas costumbres, que es absolutamente mentirosa, lo cotejaría con esta especie de apología de la violación que ejerce el Presidente de la Nación permanentemente”.
“La palabra construye realidad, sentidos, simbología, y abona a la construcción de una cultura política del avasallamiento, de la humillación, de la destrucción de los sectores más desfavorecidos y más en términos de desamparo en estos momentos”, remarcó la militante feminista.
“Tanto el movimiento de mujeres como el colectivo de la diversidad sexual en nuestro país va a seguir ejerciendo la soberanía de sus cuerpos en el espacio público y en todo aquel territorio de nuestra provincia y país que sea necesario para seguir defendiendo los derechos conquistados, los avasallados, y los que aún nos falta conquistar. El movimiento, los colectivos están demostrando en distintos puntos del país que nosotros estamos inscriptas en el terreno de defensa de nuestros derechos y de los derechos humanos ejerciendo políticamente la memoria de lo que ha significado esa lucha en la República Argentina”, concluyó.