El referente de Teresa Vive, del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), Bruno Giusti, criticó la posición de la Iglesia Católica Argentina (Icar) que cuestionó los planes y movimientos sociales. “La pobreza es uno de los mayores negocios de la iglesia, por eso le molestan los movimientos sociales que luchamos por otra realidad en la tierra y no en el más allá”, afirmó a AIM el dirigente social.

La Pastoral Social realizó una cumbre para discutir la distribución de la asistencia social. En ese marco, la Icar “se sumó a la guerra contra los planes y los movimientos sociales”, dijo Giusti a esta Agencia, quien apuntó que “no es menor que ahora la Iglesia Católica se suma a la ofensiva conservadora, después del discurso de (Cristina) Fernández de Kirchner en la Central de Trabajadores de la Argentina donde la expresidenta se plegó a la postura de (Javier) Milei, (Ramiro) Marra, (Patricia) Bullrich, (Juan) Zabaleta y (Horacio) Larreta y del Fondo Monetario Internacional (FMI)”.

Para Giusti “es contradictorio que la iglesia salga a hacer esto porque es el clero el beneficiario de gran parte del Presupuesto del Estado para ayuda social, lo que demuestra el miedo a perder la influencia y organización en barrios populares frente a la unidad piquetera y de los movimientos sociales independiente del gobierno”.

La Icar “busca la solución a la pobreza y a los planes sociales con los mismos que la generan, lo que indigna y causa gracia”, aseguró el dirigente del MST, quien remarcó que “quienes reciben plata del Estado por no laburar son ellos, quienes no prestan ningún servicio más que ser el culto de una minoría y que, además, tienen exenciones impositivas y reciben grandes subsidios”.

En ese marco, Giusti afirmó que los movimientos piqueteros y sociales son los únicos que demuestran “diariamente la situación crítica en materia económica y social de los que menos tienen”, por lo que rechazó la campaña contra la lucha piquetera, a la que se suma la Iglesia con su prédica de la resignación para garantizar la paz social en un cuadro de guerra contra los trabajadores.