El ajuste y la inflación impactan sobre la revista comunitaria Barriletes, contó a AIM el editor de contenidos de la publicación, Valentín Ibarra, quien señaló piensan estrategias para sostener la publicación mensual.
El brutal ajuste del gobierno de Javier Milei y el inicio de esta nueva crisis impacta directamente sobre los medios comunitarios.
La situación de la pauta oficial durante el próximo año “ya afectó de lleno en lo que es la salida de los números de enero y febrero a lo que se suma que los costos de imprenta implican un 130 por ciento más de gasto, por eso en diciembre hubo que saltar de 500 a 1.000 pesos el precio de venta y en febrero saldrá 2.000 pesos, lo que genera un montón de situaciones e interrogantes sobre la financiación y venta de la publicación”, contó Ibarra a esta Agencia.
Estamos convencidos que tenemos que sostener la revista porque la comunicación es un derecho humano y mientas más voces haya la democracia se fortalece.
Valentín Ibarra, editor de contenidos de Barriletes.
“Todo el mundo está mirando el bolsillo, la góndola, cada uno de los precios. Poner la revista callejera que se compraba en la peatonal en algunos puestitos (pasó de 500 a 2000 en cuatro meses) complicará a los vendedores, hasta aquellos que tenían su clientela desde hace años”, interpretó Ibarra.
Ante este escenario, “al haberse suspendido la pauta oficial que se utilizaba para cubrir los costos de impresión, las primeras medidas que estamos tomando con el equipo es reducir los costos de impresión con nuevas alternativas de papel y colores, que implicó un trabajo de diseño y reacomodamiento de un perfil de ilustración”, contó el editor. Asimismo, apuntó que se trabaja en otras estrategias que implica “ajustar al detalle la cantidad de redactores; alternativas de fuentes de financiación como salir a buscar padrinos y nuevos sponsors; y ajustar la cantidad de ejemplares a un presupuesto determinado y eso impactará enormemente en la tirada”. Asimismo, “se piensa, como alternativa, realizar eventos en la Casa de Barriletes, con otras asociaciones aliadas, pero eso implica más cantidad de trabajo en la misma cantidad de tiempo, porque todos tenemos otros trabajos”.
El panorama es distópico. “No sabemos muy bien cómo va a golpear toda esta situación y cómo va a redundar en la cantidad de personas que vayan participando y sabemos que algunos se alejarán forzosamente porque ya no les rinde absolutamente nada, pero estamos convencidos que tenemos que sostener la revista porque la comunicación es un derecho humano y mientas más voces haya la democracia se fortalece”, aseguró.