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Política
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La causa de Malvinas, al borde del desastre

En este artículo de opinión, Eduardo Mariano Lualdi, coordinador del Foro Patriótico y Popular, compartió con AIM consideraciones sobre la causa Malvinas y la postura del actual gobierno nacional en el contexto geopolítico.

Ya durante la campaña electoral, Javier Milei se refirió de manera agraviante a la causa de Malvinas en diferentes oportunidades. Su admiración por Margaret Thatcher, la jefa del colonialismo británica en 1982 y que nos impuso su guerra de ocupación, por Ronald Reagan, el presidente de Eeuu que colaboró a destajo para el triunfo militar de los invasores británicos, y su promesa de un alineamiento incondicional con la camarilla fascista de Netanyahu que gobierna el Estado de Israel. Es bueno recordar que Israel nunca votó en los organismos internacionales a favor del reclamo argentino en los organismos internacionales. Por el contrario, siempre lo hizo con el Reino Unido y con Eeuu contra la Argentina.

También Mondino aportó lo suyo. En una entrevista concedida a un medio británico, Mondino introdujo la fórmula política de respetar los deseos de la población británica que ocupa nuestros territorios australes. La Argentina nunca concedió hasta este gobierno a dicha proposición inglesa de respetar el deseo de los británicos residentes en nuestros territorios, dado que británicos al fin, solo desean seguir siendo británicos. Siempre se comprometió a respetar sus intereses, pero siempre rechazó aceptar los “deseos” de los ocupantes.

La propuesta de considerar que le corresponde el derecho a la autodeterminación a la población británica ocupante de Malvinas fue rechazada por la comunidad internacional sin dejar lugar a dudas. Se trata de una población inserta, no de un pueblo originario.

Mondino tiene como destacado asesor a Jorge Faurie, bajo cuya dirección política se suscribió el acuerdo conocido como Foradori-Duncan, que fue la aceptación de todas las condiciones británicas que le hizo la entonces Primer Ministro británica Theresa May, al gobierno de Mauricio Macri.

Milei entronizó en la Secretaría de Malvinas a Paola Di Chiaro, una fiel integrante del grupo capitaneado por Fulvio Pompeo desde la fundación Argentina Global (argentinaglobal.org.ar, Esmeralda 288, piso 4, Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

Pompeo es un personaje poco conocido por la inmensa mayoría de la ciudadanía. Es secretario de Relaciones Internacionales del PRO y Presidente de la Fundación Argentina Global, educado en la Universidad Westminster en Londres, Inglaterra, un hombre que siempre resulta gravitante en lo que hace al trazado de la política internacional pro inglesa tanto del gobierno de Macri, en su momento, como el actual de Milei-Villarruel.

Asumida la dupla ejecutiva de Milei-Villarruel, la política de desmalvinización del gobierno de La Libertad Avanza no se ahorró acciones. Nos hemos referido oportunamente

a la peligrosidad de esta política desmalvinización que se apoya en los pergaminos de la hija de un combatiente de Malvinas. No los de ella, que no los tiene, sino de su padre, que integró las tropas de la Compañía de Comandos 602 en Malvinas. Nos referimos al Tte. Cnel. Eduardo Marcelo Villarruel, segundo jefe de esa compañía, de destacada actuación durante la guerra contra el invasor inglés.

Sería largo enumerar las brutalidades de la cancillería sobre un tema crucial para nuestra nación, ya que se trata del objetivo británico de apropiarse de millones de kilómetros cuadrados de territorios de indudable soberanía argentina. En alguna oportunidad nos hemos referido a las dimensiones del objetivo expansionista del imperialismo inglés en estas latitudes, contra los territorios argentinos. Es prudente recordar de lo que hablamos:

1) 1.639.900 km² invadidos directamente,
2) 1.430.367 km² en disputa por la Plataforma Continental,
3) 965.597 km² de territorio del Sector Antártico Argentino, al que Inglaterra le impuso el nombre de “Territorios de la Reina Isabel” (Queen Elizabeth Land).

Un total 4.035.864 km² de territorio argentino.

La Argentina continental abarca un total 2.791.820 km².

El total de la superficie de nuestro país (ejercicio efectivo de soberanía o posible) es de:

6.827.684 km² (4.035.864 km² + 2.791.820 km²).

De esos 6.827.684 km², 4.035.864 km² están gravemente comprometidos por la mencionada ocupación colonial.

Hablamos de casi el 60 por ciento del total de nuestro territorio.

Esto sin mencionar los ricos recursos naturales que rapiña el imperialismo inglés por su ocupación militar, robo gracias al cual ha sostenido esa ocupación, ni su amenaza a la Patagonia Argentina, extremo sur de nuestro país y del continente Suramericano. El plan británico, y no tan solo británico, de dividir a la Argentina continental a la altura de Bahía Blanca, es harto conocido. Se debe tener en cuenta que la Argentina es un país cuyo territorio ya está dividido. La Argentina marítima se encuentra ocupada en gran parte por la task force británica, amén de los territorios insulares y todo lo que conlleva el ejercicio compulsivo de la soberanía por parte de los colonialistas. En Malvinas, los británicos, tienen la más grande y moderna base militar en Monte Agradable (Mount Pleasant), y están proyectando un puerto de aguas profundas para el recalado de buques comerciales pero, en especial, de grandes buques militares.

Desde el dominio del Atlántico sud occidental, se amenaza la soberanía de los ríos interiores de la Argentina y Suramérica. La situación de pérdida de la soberanía nacional en nuestros ríos interiores es conocida y ha sido minuciosamente estudiada por distintos autores.

Sin abundar en detalles, las últimas acciones del gobierno de La Libertad Avanza a través de su ministerio de Relaciones Exteriores sobre la cuestión Malvinas no pueden pasarse por alto. La concepción geoestratégica de este gobierno, en especial de Milei y Mondino, es la mejor expresión de las concepciones oligárquicas que han configurado nuestra nación desde que los grandes propietarios de tierra la diseñaron desde 1880 sobre la base del exterminio de las poblaciones originarias al sur y al norte, y la subordinación, principalmente al imperialismo inglés, cuando nuestro país complementó su economía a los intereses británicos. Hablamos “del granero del mundo”, la Argentina de principios del siglo XX que reivindica Milei, cuando más del 90 por ciento de la población era pobre y carecía de todo derecho.

La concepción geoestratégica de estos personajes se reduce a la dimensión de sus latifundios y las posibilidades como exportadores de materia prima. Porque, justamente, personajes como Espert y la propia Mondino, entre muchos otros, son terratenientes, muchos de los cuales son extranjeros como el inglés Lewis. Su visión de la Nación se limita a la extensión de sus vastas propiedades y la obtención de una renta parasitaria sobre la que se ha explayado Carlos Ríos, en numerosas oportunidades.

La oligarquía argentina siempre actuó de espalda al mar y a Malvinas, En el caso de Mondino, se debe agregar que tiene intereses como integrante de una familia de banqueros, por lo que le suma a la miopía estratégica propia de su sector de latifundistas, la de los especuladores financieros, a la cabeza de los cuales se ubican tanto el “Toto” Caputo como Sturzenegger, quienes impulsan una política anti-industrialista. Son los ejecutores del plan de Martínez de Hoz y Videla llevado adelante a partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, de acabar con la Argentina técnica, industria y científica, como explica el Dr. Julio C. González, en numerosas obras suyas.

No solo demuestra esa concepción geoestratégica de subordinación a Inglaterra la absurda comparación con un departamento ocupado por inquilinos con que Mondino se refirió a los territorios usurpados. No solo a la ausencia de pronunciamiento de los países del Mercosur sobre Malvinas por propia iniciativa de este gobierno y su cancillería. No solo por el reciente voto contra Palestina en la Asamblea de las Naciones Unidas. No solo el desastre al que se asomó la Argentina por la estulticia de su ministerio de relaciones exteriores en el Comité de los 24, cuando algunos países propusieron un pronunciamiento en favor del derecho a la autodeterminación de los británicos ocupantes de Malvinas. Estos hechos son graves, pero reparemos en algo tanto más grave, pero de lo que poco se habla.

Hay poca conciencia de la trascendencia de una decisión estratégica del gobierno de Milei- Villarruel. El alineamiento con Eeuu, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte e Israel, es de una gravedad difícil de dimensionar para los intereses nacionales, ya que nos involucra de lleno en la disputa de las distintas potencias mundiales cuando crece el peligro de una nueva guerra mundial. Pero la decisión de Milei de llevar la embajada argentina a Jerusalén, acarreará consecuencias peligrosas e irreparables para los intereses nacionales y, en especial, para la causa de Malvinas. No se aprecia que la llamada “clase dirigente argentina”, esté vitalmente preocupada por esta gravísima e irresponsable decisión.

No solo porque rompe con la tradición política y diplomática de nuestro país con respecto a ese conflicto. No sólo porque ignora la ley argentina que estableció la residencia de nuestra embajada en Israel cuando el establecimiento de las relaciones diplomáticas. No solo porque ignora los derechos territoriales y de soberanía que le caben al pueblo y la Nación de Palestina. O porque confronta sin necesidad ni razón con el mundo árabe.

A Milei todo el andamiaje jurídico y legal nacional le importa un comino. Lo pone de manifiesto cada vez que puede.

El famoso decreto 70/23, la primera versión de la Ley Bases y la aprobada por el Congreso de la Nación en medio de vergonzosas transfugueadas, no es sino una reforma constitucional encubierta. Esto, a propios y ajenos les importó un bledo, y cambiaron intereses nacionales por cargos bien rentados en el exterior o supuestas prebendas sectoriales.

Apenas un puñado de países, encabezados por Eeuu, tienen sus embajadas en Jerusalén. La Argentina, así, se sumaría a ese pequeño grupo reaccionario cómplice de los crímenes de ocupación contra el pueblo y la nación palestina.

La decisión de Milei-Villarruel de trasladar la embajada argentina a Jerusalén, implica el apoyo a la ocupación colonial militar de territorios palestinos. Las Naciones Unidas se ha referido en numerosas ocasiones sobre la ocupación colonial de los territorios palestinos por parte de Israel, la potencia ocupante. Y ha definido en el documento “La condición jurídica de Jerusalén”, la situación de estos territorios.

En la votación última del Comité de los 24, Comité de Descolonización, Siria, como indudable expresión del sentimiento de los pueblos y naciones árabes contra nuestro país por el comportamiento del gobierno actual, se abstuvo por primera vez de apoyar la causa argentina sobre Malvinas. No cabe duda alguna que fue una advertencia de lo que está por venir si la Argentina concreta el traslado de su embajada de Tel Aviv a Jerusalén.

¿Qué razón tendrán los países árabes que históricamente han sostenido el reclamo argentino sobre Malvinas, de mantener esa posición, si nuestro país establece su embajada en Jerusalén, respaldando la ocupación colonial-militar de los territorios palestinos por parte de Israel? ¿Por qué sería legítimo para el gobierno argentino apoyar la ocupación colonial israelí y esperar que esos países se opongan a la ocupación británica en Malvinas?

Si alguna nación, por despecho, apoya la mentira del derecho a la autodeterminación de los kelpers, se habrá abierto un camino de irreparables perjuicios para la Argentina. Luego, bastará que cualquier organismo internacional, incluso alguno de escasa importancia, avale esa falacia del derecho a la autodeterminación de los británicos ocupantes de Malvinas y otros territorios argentinos usurpados, para que el Reino Unido de un paso fundamental en su proyecto de independizar los territorios de Malvinas bajo el nombre de Estado Falklands. Siempre, el Reino Unido, en todos los territorios que usurpó, acabó por dividirlos estableciendo Estados que respondían a sus intereses. Así engordó la Comunidad Británica de Naciones (British Commonwealth of Nations), a la que espera incorporar el llamado “Estado Falklands”, que, alguna vez, 17 “intelectuales” argentinos, defendieron en un documento titulado “Malvinas, una visión alternativa”. Cipayos no faltan nunca por estas tierras.

Fuente: De la Redacción de AIM
geopolitica EDUARDO LUALDI FORO PATRIÓTICO Y POPULAR CAUSA MALVINAS

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