Los grupos identificados con “las dos vidas” vinculados a sectores religiosos inundaron la ciudad de cintas celestes y carteles, en el marco del debate nacional por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Desde organizaciones vinculadas a los derechos Lgbtq+ lamentaron el ataque al paseo de la diversidad en Paraná.

En plazas y las principales avenidas de la capital provincial, atados sobre ramas de los árboles, postes de luz y paradas de colectivos, hay cintas celestes y pancartas de los grupos religiosos. Los carteles contra la interrupción IVE se replican en cada rincón de la ciudad.

El combate simbólico llega a la guerra por el sentido, violando cada espacio de la disidencia y la diversidad sexual. Ahora, los celestes, se construyen como apologistas de la “soberanía nacional” (de la “libertad” nacional) contra una supuesta imposición del control de natalidad del capitalismo en la salud sexual y reproductiva.

La intolerancia del patriarcado y el fanatismo religioso se expresan en la apropiación de símbolos nacionales y colores de país. La “verdad revelada” son ellos: blancos y celestes; defensores de la vida; ungidos por la “gracia de dios”. El repudio a la autonomía de las mujeres y a la diversidad se ve en cada paso y discurso que emiten despreciando las libertades que la burguesía supo arrancarle a las monarquías, como el Estado del Vaticano.

Para ellos es una cruzada, para los verdes una lucha, con ritmo y alegría, contra la criminalización de la autodeterminación sobre el cuerpo y ruptura de cadenas forjadas en base a principios metafísicos que no se corresponden con el espíritu de época.

Las demostraciones de violencia “son expresiones de reacción conservadora, nosotras estamos tranquilas porque a diferencia de los sectores antiderechos luchamos por la libertad, por autonomía y sabemos que más temprano que tarde conquistaremos los derechos que nos han sido negados”, dijo a esta Agencia Nadia Burgos, referente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST). En ese sentido, indicó que “estamos un paso más cerca de conquistar el aborto legal, después de años y años de lucha”, pero aclaró que saben “que mientras haya intromisiones clericales la lucha va seguir, por eso es que atamos nuestros pañuelos verdes a los pañuelos naranja y expresamos con más fuerza: ¡iglesia y Estado asuntos separados!”.

“Mientras los antiderechos visten la ciudad de celeste en defensa del aborto clandestino, la violencia obstétrica, la negación de la ESI, la intromisión de rosarios en nuestros ovarios, es decir, reforzando la violencia capitalista y patriarcal, nosotras sabemos que hay algo que ya no pueden revertir, el aborto en nuestro país esta socialmente despenalizado y las mayorías sociales comparten que es diacrónico decir aborto si o aborto no y que hay que resolver este problema de salud pública”, remarcó la activista feminista, quien aseguró que esperan “que los senadores entiendan que hay una deuda de la democracia, con nosotras, y que no se repita la imposición de creencias que vivimos en el 2018 porque nos merecemos el derecho a decidir, sin penalizaciones y sin objeción de conciencia”.

Ataque al paseo de la diversidad
Ante el vandalismo al paseo de la diversidad, Emanuel Benitez, activista Lgbtiq+ del movimiento Evita Entre Ríos, indicó a esta Agencia que: “Este acto de intolerancia por parte del sector pro vida denominandose ‘en contra por el derecho a decidir’, solo hace que se siga abriendo esa brecha por parte de la sociedad”.

“Este manifiesto intolerante debe llamarnos la atención porque siempre atentan sobre nuestra libertades y esa posibilidad soberana de poder ejercerla, porque cuando hablamos de derechos humanos, hablamos de derechos donde todos y todas puedan desarrollarse libremente y ese es el país que queremos y vamos a defender”, dijo el activista.