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Lualdi: “Ni amo viejo, ni amo nuevo; ningún amo”

En este artículo de opinión, Eduardo Mariano Lualdi, coordinador del Foro Patriótico y Popular, compartió con AIM consideraciones sobre el viaje realizado a las bases Marambio y Esperanza por el presidente de la Nación: “Milei pretende posicionarse como un defensor del medio ambiente, cuando en su campaña, despotricó, con su particular estilo de motosierra, contra aquellos que denuncian y se oponen a su destrucción por parte de colonialistas e imperialistas”.


El presidente Javier Milei realizó un viaje a las bases Marambio y Esperanza el sábado próximo pasado. Lo hizo, supuestamente, para dar inicio al acuerdo de cooperación entre Argentina y el Oiea para el uso de tecnología nuclear en el control de la contaminación por plásticos en el continente blanco, y posteriormente regresó a la ciudad de Río Gallegos, en Santa Cruz.

Ahora, Milei pretende posicionarse como un defensor del medio ambiente, cuando en su campaña, despotricó, con su particular estilo de motosierra, contra aquellos que denuncian y se oponen a su destrucción por parte de colonialistas e imperialistas. Se oculta que lo que se denomina “Medio Ambiente” es parte del patrimonio nacional que debe ser defendido, ya que el ambiente está compuesto por el ser humano que habita nuestro territorio y su entorno al cual está ligado con sus huesos y su sangre. En consecuencia, no puede haber defensa de nuestro ambiente si no es parte de una política de Independencia nacional. Este tema no es neutro. Los colonialistas ingleses pretenden, por ejemplo, en el caso del área protegida Namuncurá (que los usurpadores ingleses llaman Banco Burdwood) que colaboremos con su protección. El área marina protegida es clave para el desove y cría de la sardina fueguina y peces de fondo (Nototénidos) y también para varias especies de rayas. El área es usada intensamente por aves marinas como el albatros ceja negra, albatros errante, petrel barba blanca y pingüino rey, y por mamíferos marinos como el elefante marino del sur, el delfín austral, cachalotes y ballenas fin, entre otras.

En sus profundidades descansan, además, los restos del hundimiento del ARA General Belgrano y su defensa es clave para proteger la fauna marítima y la riqueza pesquera.
Los bancos submarinos como el mencionado se caracterizan por “retener” el agua, que tiende a recircular sobre ellos y permanecer más tiempo en el área. Por sus bordes escarpados existen movimientos verticales de agua o “surgencias” que traen a la superficie del mar, iluminada por el sol, aguas profundas ricas en nutrientes que favorecen el crecimiento del fitoplancton que constituye la base de la red trófica en el mar.

Los ingleses nos privan de lo nuestro y pretenden que colaboremos con ellos en la protección de lo que nos usurpan. Es la continuidad de los acuerdos de Madrid y Londres y una redición de los acuerdos Malcorra Duncan y Foradori Duncan. En lo que el nuevo gobierno y muchos de sus funcionarios persisten. Por eso este viaje no tuvo como objetivo principal la defensa del medio ambiente. El gobierno pretende presentar estos gestos políticos como una reivindicación del instrumento militar, incluyendo, desde ya, la reivindicación de las fuerzas de seguridad.

Nadie puede poner en duda el valor de los hombres y mujeres que con su servicio y sacrificio garantizan la presencia de Argentina en la Antártida. Continúan así, la tradición iniciada en 1904 y que tuvo en el Gral. Pujato, el General de la Antártida, a uno de sus más preclaros estrategas durante las presidencias del Tte. Gral. Juan Domingo Perón entre 1945 y 1955, cuando fue derrocado por un golpe de Estado en septiembre de 1955.

Cualquier novato sabe que una verdadera política de Defensa Nacional no se reduce a la calidad del instrumento militar, aunque su calidad es de vital importancia. Las conclusiones de la Guerra Nacional de Malvinas así lo enseñan.

Milei-Villarruel tratan, con estos gestos, de procurar el alineamiento de las fuerzas militares y de seguridad, para hacer pasar su política antinacional y de liquidación de la soberanía, que incluye hasta el reemplazo de nuestra moneda nacional por el dólar estadounidense. Y, en lugar de promover Fuerza Armadas para una Defensa Nacional Integral e Integrada, buscan convertirlas en una guardia pretoriana interior paran asegurar los planes de entrega, sumisión e indefensión nacional contenidos en el Decreto de Necesidad y Urgencia y en la Ley Ómnibus, verdaderos estatutos de un Golpe de Estado institucional.

Una Defensa Nacional, Integral e Integrada no solo se reduce a la posesión de materiales bélicos de proyección total, sino también soberanía y seguridad en el área energética (YPF y Aerolíneas Argentinas como Sociedades del Estado), en Fabricaciones Militares, desarrollo Científico y Técnico general (Conicet y Universidades, Investigación Científica básica, aplicada y desarrollo tecnológico, etc.) de elementos de uso dual, desarrollo aeroespacial (Conea, Arsat), de comunicaciones, fabricación nacional e incluso estatal de elementos claves de subsistencia militar y civil (medicamentos, vacunas, alimentos, insumos industriales estratégicos, etc.) y control efectivo del territorio, no solo continental, sino también de espacios marítimos y aéreos, la confluencia de los dos océanos, la proyección a nuestro Sector Antártico y la integridad territorial completa incluyendo a las Malvinas usurpadas y el dominio efectivo de nuestros ríos interiores.

Todos los estudiosos del tema consideran que el instrumento militar es un componente y no el principal de la gran política, como se denomina a la política de la defensa nacional de un país cualquiera. Esta incluye, sin lugar a duda alguna, su soberanía económica, tecnológica, industria, científica, técnica, alimenticia, sanitaria, etc. Se trata de una política que reafirma y proyecta la independencia de la Nación. Todo lo contrario del proyecto político del gobierno de Milei-Villarruel.

Desde San Agustín a Võ Nguyên Giáp, en la relación entre el Hombre, la Mujer y el Arma, el aspecto fundamental de esa relación es el componente Mujer/Hombre.

La llamada desmalvinización, justamente ataca principalmente al componente Mujer/Hombre, porque busca destruir la voluntad de lucha del pueblo argentino y de sus hombres y mujeres de armas, busca quebrar la voluntad de lucha anticolonial. De lograr ese objetivo, el colonialismo inglés habrá ganado la principal batalla ideológica y política para la consolidación de su proyecto colonialista. Esa ambición expansionista y colonialista inglesas compromete al 60 por ciento de la extensión territorial real de nuestro país.

La desmalvinización ha sido una verdadera política de Estado desde el 14 de junio de 1982. Y ahora, con el gobierno de Milei-Villarruel, se busca profundizarla a niveles desconocidos.

Con pluma clara y rica en argumentos, los Doctores Lerena y Micucci han demostrado que en la cuestión del mar, la pesca y el Atlántico Sur, tanto como en la política científica, técnica y sanitaria, las medidas promovidas en el inconstitucional DNU y la llamada “ley ómnibus” que el gobierno de Milei-Villarruel dictaron, son totalmente contrarias al interés soberano argentino. La condición antinacional se repite en todo el voluminoso articulado de ambos mamarrachos jurídicos.

En verdad, el DNU de Milei-Villarruel se ha constituido en un verdadero golpe institucional, a entender de quien esto escribe.

El DNU y el proyecto de ley buscan establecer la suma del poder público, para coronar sin atajos el proyecto de sumisión nacional de Videla-Martínez de Hoz y que se continuó con los gobiernos de Carlos Menem y Mauricio Macri y que los gobiernos de Alfonsín, Néstor
Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández, no modificaron en muchos de sus sustanciales y nefastos efectos y en algunos hasta los empeoraron. La mentada “decadencia argentina” de la que hablan Milei-Villarroel, no tiene su origen en el gobierno de Hipólito Yrigoyen, como repiten. La actual crisis, la que atravesamos hace 40 años, tiene su raíz en el nefasto golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 que ellos reivindican.

Esta Argentina con más del 50 de pobreza y que Milei-Villarruel se proponen llevar en el corto plazo a más de un 70 por ciento, es la Argentina que Videla y Martínez de Hoz, entre muchos otros, planificaron. Como bien reseñó el Dr. Julio González en su obra “M76. El asalto a la Argentina”, con ese golpe de Estado “tenebroso” y su política de exterminio, se consumó el ataque a la Argentina industrial, técnica y científica, para devolverla a su condición pastoril de principios del siglo XX.

Desde que el ministro del Interior de la dictadura, Gral. Albano Hargindeguy, en 1976, dijo que debíamos volver al proyecto pastoril que nos hizo “ricos” a principio del siglo XX (entonces el nivel de pobreza era de un 90 por ciento), este sonsonete de la Argentina supuestamente rica en la que la oligarquía tiraba manteca al techo, lo han repetido Menem, Macri y ahora Milei.

Milei-Villarruel saben que su golpe institucional y su política de consumación del proyecto de un Argentina reducida a una factoría de distintas potencias coloniales e imperialistas, como diseñaron Videla y Martínez de Hoz, no puede concretarse sin represión. Por ello, tratan de hacer gestos hacia las fuerzas armadas y de seguridad como si ellos fueran verdaderos defensores de la patria. En realidad, lo que necesitan es una guardia pretoriana que sirva a su proyecto de enajenación de los pocos dominios soberanos de nuestro país.

A lo largo de la historia, tanto las fuerzas armadas como de seguridad han cometido errores garrafales que incluyeron crímenes contra el pueblo. No es que a las “fuerzas vivas civiles”
no les cabe igual responsabilidad. Por el contrario. Pero estas ideas antinacionales no pueden prosperar sin fuerzas. Como suele repetir el Dr. Julio González en sus ensayos sobre el proyecto de un verdadero Estado al servicio de la independencia y la libertad, un nuevo Estado nacional, ideas y fuerza, son la base de cualquier cambio político, para bien o para mal.

No puede hablarse de una verdadera política de Defensa Nacional cuando el gobierno actual le pone a nuestra Nación bandera de remate. Sin patria no hay defensa nacional, sin pueblo próspero no hay defensa nacional.

Puertos, aeropuertos, energía, comunicaciones, tierras, mar, pesca, integridad territorial, etc., etc., etc., el mantenimiento en el tiempo del pago de deudas odiosas, ilegítimas, fraudulentas y usurarias, etc., no tienen nada que ver con el proyecto de un país soberano ni pueden expresar una verdadera política de Defensa Nacional Integral basada en el ejemplo de los guerreros de la independencia. ¡Si hasta planifican el fin de uno de los elementos de nuestra soberanía que es la moneda nacional!

Para pensar en una verdadera política de Defensa Nacional, hoy, en concreto, se debe impedir que se apruebe tanto el inconstitucional DNU, como el mamotreto llamado “ley ómnibus”. Ese puede ser un buen comienzo para avanzar en el rumbo propuesto por los padres fundadores.

La rebelión de Tupac Amaru en 1780, cuando da inicio al último proceso de lucha por la independencia de América sublevando a los pueblos originarios y conmoviendo los pilares de tres virreinatos; las tres heroicas Guerras Calchaquíes; la Reconquista y Defensa de Buenos Aires en 1806 y 1807, (donde a decir de Matheu “los ejércitos de tierra y los ejércitos de mar” confluyeron con las fuerzas milicianas ciudadanas); la Revolución patria del 25 de mayo de 1810 y su Primera Junta de Gobierno; la larga guerra de la Independencia americana que se desarrolló desde noviembre de 1803 con el inicio de la Revolución independentista y antiesclavista de Haití, hasta 1826 con la liberación de la Isla de Chiloé por los patriotas chilenos; la independencia de Cuba en 1898; los combatientes de la Vuelta de Obligado, San Lorenzo, Tonelero y Punta Quebracho; los sublevados federales de Felipe Varela; los revolucionarios de 1890 encabezados por Leandro N. Alem; las rebeliones populares de principios del siglo XX; la insurgencia democrática de los Tenientes Coroneles Pomar y Cattáneo; la pueblada del 17 de octubre de 1945; el Tte. Gral. Valle y su revolución del 9 de junio de 1956, en la que participó el fundador del FPyP, el entonces Capitán Adolfo Philippeaux; y los combatientes de la Guerra Nacional de Malvinas y sus 649 héroes, son referencia obligada para diseñar una verdadera Defensa Nacional Integral de raigambre patriótica y popular, para “Recuperar el patrimonio nacional, establecer la soberanía popular y garantizar la independencia argentina”, como establece el acta constitutiva del Foro Patriótico y Popular, fundado entre otros patriotas por el Tte. Cnel. (R) Adolfo César Philippeaux, el Sub. My. (R) Marcelino Sánchez, y el Doctor Julio C. González.

Ni amo viejo, ni amo nuevo, ¡ningún amo!

Fuente: De la Redacción de AIM
VIAJE AL SECTOR ANTÁRTICO ARGENTINO EDUARDO MARIANO LUALDI FORO PATRIÓTICO Y POPULAR

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