Tras los trágicos episodios sucedidos en el país, la senadora Silvina García Larraburu (FPV-Río Negro) presentó un proyecto de ley para que se realice la instalación obligatoria de detectores de monóxido de carbono y gas en todos los artefactos que se fabriquen en el país, se informó a AIM desde el área de Prensa de la legisladora. La iniciativa surge de datos alarmantes: Sólo en 2017, se contabilizaron 976 casos de intoxicación por monóxido de carbono.

Según pudo saber AIM, la iniciativa busca crear una campaña nacional de concientización sobre monóxido de carbono, dado que la falta de recaudos y control en la inhalación de este gas, representa una de las principales causas de muerte por envenenamiento en Argentina.

“Se registran cada año más de 2500 casos de accidentes relacionados con el monóxido de carbono en el país. De ese total un promedio de 200 son casos mortales”, advirtió la senadora.

En ese sentido, argumentó: “Mediante los detectores será posible prevenir nuevos accidentes y muertes. La obligatoriedad de su instalación es un paso necesario para resguardar a la ciudadanía de este tipo de accidentes”.

Cómo darnos cuenta

Una de las primeras respuestas es que el monóxido de carbono no tiene olor por lo que en principio no puede detectarse.

Pero, si se está despierto, el cuerpo avisa que algo no está bien, sólo que puede ignorarse o confundirse con otra causa y ese es el inicio del problema. Hay que tener en cuenta que es depresor por lo que hay que actuar rápido.

El dolor de cabeza es el indicio fundamental a lo que le siguen las náuseas o incluso los vómitos.

Si hay alguno de estos síntomas, en épocas de frío en que se usa calefacción con gas, lo primero que hay que pensar es que se trata de monóxido de carbono.

Se trata de un dolor de cabeza de tipo opresivo, que comprime primero la frente y luego la sien. Además es pulsátil por lo que se sienten los latidos allí.

Al respirar monóxido, éste pasa a la sangre y se une a la hemoglobina del glóbulo rojo, lo que forma la carboxihemoglobina. A partir de esto se pierde la capacidad transportadora de oxígeno y éste no llega a los órganos vitales, es entonces que aparecen los signos propios de la intoxicación.

Primero se ve afectado el cerebro que es el más sensible y puede estar poco tiempo con falta de oxígeno, por eso el primer signo es el dolor de cabeza, lo mismo que sucede cuando se está en alta montaña. Luego vendrán los vómitos.

El síntoma siguiente es el entumecimiento, adormecimiento, la persona se siente adormilada, quiere permanecer despierta y no puede. Por ello, la gente que se encuentra respirando el monóxido se encuentra como enlentecida.

Otro de los órganos que consume mucho oxígeno es el corazón por lo que puede haber una falla cardíaca. Pero además, los músculos de las piernas también requieren mucho oxígeno por lo que también pueden fallar cuando la persona quiere levantarse.

Datos

Un hecho trágico conmovió el lunes pasado las estructuras de la dirigencia política nacional: la esposa y uno de los hijos (de 17 años) del senador por Cambiemos Luis Petcoff Naidenoff fallecieron en su casa de la capital de Formosa.

La tragedia volvió a poner en el centro de la escena los riesgos que, fundamentalmente en la temporada invernal, debemos considerar respecto al uso de aparatos como cocinas, calefones y calefactores.

Las muertes por monóxido alimentan, año a año, una trágica estadística: según el ministerio de Salud de la nación, el año pasado hubo unas 200 víctimas. El Boletín Integrado de Vigilancia de esa cartera contabilizó 976 intoxicados con monóxido de carbono durante 2017, cifra que suele mantenerse sin grandes variaciones en los últimos años. En lo que va de 2018 ya se confirmaron 63 casos de intoxicación por la misma causa hasta la semana 14, cuando todavía no comenzó el invierno.